El Pucela, a recuperar a su afición

M.B.
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El Real Valladolid buscará su tercer triunfo consecutivo este domingo, a partir de las 18.30 horas, ante el Burgos. Los blanquivioleta buscan reconciliarse con los suyos

Marcos André celebra, junto a Cedric, el gol en Oviedo. - Foto: realvalladolid.es

El Real Valladolid necesita a su afición. A sus casi 22.000 abonados. Y a todos aquellos que le siguen desde la distancia. Tiene que volver a engancharles, a reencontrarse con ellos. Y la mejor forma es ganando partidos. Mejor de tres en tres, que con empates o derrotas, eso está claro. Aunque no solo vale ganar. También se le pide lograrlo con juego, que suele llegar con esas victorias, esfuerzo y sacrificio hasta el final. 

Los blanquivioleta acumulan tres jornadas en positivo, ganando en las dos últimas con sendos goles sobre la bocina. Y eso ha hecho que las aguas bajen de nuevo calmadas en el José Zorrilla. Y deberían reconducirse del todo este domingo, cuando visite el coliseo pucelano el Burgos, en uno de esos derbis que suenan a históricos, pero que apenas ha tenido antecedentes –más allá de los vividos en los años 60 y 70–.

Una victoria en el encuentro de rivalidad regional podría, incluso, colocar al Pucela en puestos ya de playoff. Y después del inicio dubitativo de la plantilla... «La afición tiene que estar siempre de nuestro lado, no saben lo que nos pueden ayudar durante un partido cuando animan. Le pido que nos apoyen porque lo vamos a dejar todo dentro del campo», llegó a señalar esta semana David Torres, el último canterano asentado en el equipo y en el once inicial.

En el banquillo volverá a sentarse Paulo Pezzolano. Probablemente vuelva a escuchar algún que otro cántico pidiendo su dimisión, pero desde los primeros hasta los últimos han pasado varias semanas y han llegado esos resultados positivos, algo que minimiza el sonido de viento desde la grada. Tampoco se olvida desde esos asientos que los dos derrotados por los pucelanos son el Real Oviedo y el Cartagena, que cierran la clasificación y ya han cambiado de entrenadores.

En el palco es complicado que esté su presidente, Ronaldo Nazário, que esta semana contrajo matrimonio en Ibiza con su pareja Celina Locks. Contra él también se han escuchado esas voces discordantes en los últimos encuentros en el José Zorrilla.

Con esos ingredientes, y muchas dudas en el once, llega el derbi, el primero regional de la temporada. Con llamamiento de clubes y Federaciones de peñas a la convivencia entre aficionados, «con una rivalidad propia de un partido especial que puede y debe ser sana y respetuosa, rechazando cualquier acto de violencia». 

En lo deportivo, Pezzolano no podrá contar una semana más con Javi Sánchez y probablemente tampoco con Anuar. Mientras que habrá que ver qué pasa con Gustavo Henrique o Montiel, bajas en Oviedo por sendas molestias sin especificar. La otra cuestión será saber si vuelve a apostar de inicio por cinco defensas o si regresa a los cuatro, dando protagonismo a los jugadores de banda o incluso a la opción de jugar con dos delanteros, como hizo en los minutos finales en el Carlos Tartiere. Lo que parece una obviedad es que su equipo necesita hacer más goles. Solo lleva cinco a favor (dos de Cedric, uno de Monchu, otro de Gustavo Henrique y uno más de Marcos André) en siete partidos, un número corto para un candidato al ascenso.

Enfrente estará un Burgos que está sacando mejores resultados como local que como visitante, que tiene en sus filas a dos viejos conocidos del club blanquivioleta, el portero Caro, que arribó en Zorrilla en 2018 y llegó a debutar en Primera con el Pucela antes de salir definitivamente en 2022, y el defensa Raúl Navarro, que jugó en el Promesas.

Con Bolo en el banquillo, los burgaleses acumulan 10 puntos, todos sumados en El Plantío; sin haber aún sumado como visitantes. Eso sí, en esas tres derrotas, siempre ha caído por la mínima (2-1 en Albacete y Gijón, y 3-2 en casa del Levante).