El Gobierno prepara unos indultos rápidos y reversibles

Agencias
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José Luis Ábalos remarca que el Ejecutivo está dispuesto a asumir el desgaste político que supone otorgar este beneficio a los presos del 1-O, que podría ver la luz dentro de un mes

Carmen Calvo, José Luis Ábalos y Pedro Sánchez, antes de una sesión en el Congreso de los Diputados. - Foto: Chema Moya

Desde hace semanas la idea del indulto está en boca de todos los miembros del Gobierno para que a nadie resulte extraño que condecer la gracia a los nueve presos del procés será el próximo paso del Ejecutivo de Pedro Sánchez de cara a intentar encauzar la situación en Cataluña.  Y se espera que estos sean rápidos y reversibles, esto es, que el texto esté preparado en un mes o un mes y medio con extremo detalle para que no lo pueda tumbar el Tribunal Supremo y se espera que tenga la peculiaridad de que se puedan echar atrás si los beneficiados vuelven a incumplir la ley -podría ser en un plazo de tres años-.

La concesión de indultos parciales que únicamente resten unos determinados años de las condenas de prisión parece ser la opción más probable que elija el Gobierno respecto a este asunto. De este modo no se no afectaría a otras partes de la pena, como son las inhabilitaciones, y además supondría un coste político frente a la opinión pública que se cree menos dañino que en el caso de que se anunciaran indultos totales.

Quien ayer se pronunció sobre este tema y las evidentes contrapartidas políticas que van a acarrear fue el ministro de Transportes y secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, que afirmó que el Gobierno «está dispuesto a asumir el coste de los indultos» a los políticos presos pero, al tiempo, reclamó al presidente de la Generalitat, el republicano Pere Aragonès, que ejerza su liderazgo y de los pasos necesarios para avanzar en la resolución del conflicto.

Ábalos señalaba que para superar un conflicto «de la naturaleza» del catalán, «hace falta liderazgo, pero en las dos partes», no solo en la Moncloa. «Un liderazgo claro, que se arriesgue y asuma el coste de decirle a la ciudadanía las cosas realmente como son, no como le gustaría que fueran. Hace falta que alguien ejerza ese liderazgo en Cataluña. Aragonès tiene ahora ese desafío», agrega. Al nuevo Govern de coalición (ERC y JxCat) le dice que «ahora» le toca «ofrecer una hoja de ruta que dé un cauce, y no proponer lo mismo que ya nos llevó al colapso».

Respecto del precio que podría suponer para el jefe del Ejecutivo, la concesión de los indultos a los políticos independentistas, Ábalos incide en que «ya está» asumiendo su coste. «Con incomprensión y como un elemento más de desgaste al Gobierno», precisó.

Igualmente, afirmó que están dispuestos a retomar la mesa de diálogo entre Ejecutivo central y Generalitat para generar estabilidad: «Fue la parte independentista radical quien no quería verse en la tesitura de sentarse en la mesa del diálogo». Ayer mismo Aragonés recogía el guante y emplazaba ayer mismo a convocar las reuniones «antes de las vacaciones de verano».

El ministro indicó que el Estado de derecho «se impuso al desafío del procés», pero que ahora ese mismo Estado puede demostrar «su grandeza» aplicando la clemencia «por el bien común y el interés general».

Además, Ábalos aseveraba que no le consta «división» en el seno del PSOE sobre la concesión de los indultos, «más allá de las declaraciones de algunas personas», y subrayó que tampoco sería la primera vez que en el partido «hay opiniones discrepantes».

Sobre el Partido Popular y su oposición a los indultos, el ministro de Transportes argumentó que «cuando uno no piensa en Cataluña, no piensa en España», y le reprochó usar el conflicto catalán «para sacar rédito electoral» en otras comunidades, mientras recuerda a los populares que «no se hace España descontando parte de España».