Un mes sin lluvia en el inicio de año más seco desde 2005

A. G. Mozo
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Valladolid no registra precipitaciones desde el 5 de enero y la Aemet no prevé cambios a corto plazo. La persistencia del anticiclón provoca temperaturas por encima de lo normal tras el enero más cálido en más de 70 años

Terrazas de la Plaza Mayor en pleno mes de febrero. - Foto: J. Tajes

Valladolid vive un arranque de año meteorológico absolutamente atípico, con temperaturas por encima de la media y la ausencia de nieblas y lluvias. Es el sello que deja el inicio de un 2022 que ya se cuela en los anales climatológicos vallisoletanos, pues, desde que hay registros (1951), nunca hubo un enero tan cálido en la provincia, nunca en 70 años la media de las temperaturas máximas llegó a ser de 10,9 grados; 2,7 por encima de lo normal.

Este guarismo ha continuado creciendo en estos primeros días de febrero hasta situarse ya por encima de los once grados. Se trata de una situación provocada por «la persistencia del anticiclón» y «la ausencia de nieblas, que es casi lo más extraordinario en Valladolid y que permite que las temperaturas máximas suban y no se queden en los cuatro o cinco grados». Habla el delegado de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Castilla y León, Juan Pablo Álvarez, quien avanza que «la situación por ahora no va a cambiar»: «Entrará algún frente pero muy débil y no llegará a Valladolid. Febrero suele ser un mes de viento, con frentes que se mueven rápido».

Esto significa que el sol seguirá dominando los días vallisoletanos, lo que provocará que el mercurio continúe elevándose por encima de lo habitual, que en febrero son 11,2 grados y 27 litros por metro cuadrado en todo el mes. Registros que por lo menos en esta primera mitad no se esperan.

«Llevamos semanas con unas temperaturas excepcionalmente altas para la época, cosa que no pasa cuando hay nieblas, que baja mucho la temperatura», detalla el delegado de la Aemet, que apunta esos 10,9 grados que dejaba enero, ligeramente por encima de los 10,7 que llegó a haber en el mismo mes de 1982 y de los 9,6 de enero de 2002, el que era hasta ahora el más cálido del siglo. «Las mínimas, en cambio, han estado dentro de sus valores, incluso algo más frías de lo normal», apostilla Álvarez.

Junto a esas máximas elevadas, la ausencia de precipitaciones es lo más llamativo de este arranque de 2022. No llueve ni una gota desde el pasado 5 de enero y, en lo que va de año, la Aemet únicamente ha contabilizado 8,6 litros por metro cuadrado en Valladolid, «lo que se traduce en un déficit de más de un 80% sobre lo normal, que son 40 litros», puntualiza el delegado de la Aemet en Castilla y León, quien concreta que «desde 1951, éste es el décimo más seco». El peor de la serie fue el de 1968, cuando solo se contabilizaron 0,4 litros en enero, y el peor del siglo XXI es por ahora el de 2005, que únicamente llegó a 2,7 litros.

El domingo se cumplía un mes sin precipitaciones en Valladolid, una situación que no se producía desde el pasado verano, cuando llegaron a encadenarse 70 días sin caer una gota. Enero de 2021, por ejemplo, dejó diez jornadas con agua, con una acumulación de algo más de 26 litros.