Un mal que invade América

M.R.Y. (SPC)
-

El asesinato del candidato presidencial Villavicencio es solo uno más de los crímenes contra políticos que se han registrado durante años por todo el continente

Los candidatos presidenciales de Ecuador prometen más seguridad en pleno aumento de violencia. - Foto: Europa Press

Ecuador vive aún en shock el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio apenas 10 días antes de que se celebren las elecciones extraordinarias en el país -el próximo 20 de agosto-. Una violencia contra la clase política que se expande por la nación -son varios los aspirantes que han recibido amenazas de muerte y recientemente bandas criminales han matado a un alcalde y a un candidato a la Asamblea-, pero también por todo el continente americano, que ha presenciado durante años con estupor atentados contra candidatos e, incluso, presidentes, que se han saldado con mejor o peor suerte: heridas de diversa gravedad o un deceso cruel e inesperado. 

Colombia

El país, dominado por el narcotráfico a finales del pasado siglo, registró en apenas tres años -entre 1987 y 1990- la muerte de tres aspirantes a la Presidencia. El líder de la izquierdista Unión Patriótica (UP), Jaime Pardo Leal, fue asesinado en 1987 y su sucesor en el cargo, Bernardo Jaramillo, murió tiroteado en 1990 en Bogotá pese a ir acompañado de 16 escoltas. Un año antes, durante una concentración popular, Luis Carlos Galán, aspirante a la Presidencia por el Partido Liberal y favorito el triunfo, fue acribillado por las mafias del narco.

Mejor suerte corrió en abril de 2002 el entonces candidato Álvaro Uribe, que salió ileso de un atentado con un bus bomba. Además, el día de su posesión, el 7 de agosto de ese año, las FARC lanzaron cohetes contra la Casa de Nariño, por lo que se tuvo que suspender la ceremonia al aire libre.

Estados Unidos

El demócrata Robert Bobby Kennedy, hermano del presidente John F. Kennedy, aspiraba a la Casa Blanca en las elecciones de 1968. Pero cinco meses antes de la cita con las urnas, un palestino le disparó durante un acto en Los Ángeles y, tristemente, corrió la misma suerte que su hermano.

De hecho, EEUU es uno de los países americanos en los que han muerto más dirigentes en atentados durante su mandato: más allá de JFK, en 1963, también se vieron privados de culminar sus legislaturas al ser asesinados Abraham Lincoln (1865), James A. Garfield (1881) y William McKinley (1901). 

Con vida sí salió el gobernador de Alabama George Wallace, quien en 1972 sufrió un tiroteo en plena campaña de las primarias republicanas, en las que se veía favorito ante el finalmente triunfador Richard Nixon. Eso sí, el atentado dejó a Wallace sin movilidad en las piernas.

Y también con secuelas quedó la gobernadora de Arizona Gabrielle Giffords cuando en 2011 resultó herida de gravedad tras un tiroteo durante un acto público en el que fallecieron seis personas, entre ellas un juez federal. 

México

El país ha sido sacudido en varias ocasiones, pero sobre todo en 1994, con el brutal asesinato de Luis Donaldo Colosio -candidato a la Presidencia del PRI y favorito al triunfo- en un tiroteo durante un mitin -un caso que, a punto de cumplirse 30 años, sigue sin estar esclarecido-, y el de José Francisco Ruiz Massieu -secretario general del mismo partido-, apenas cinco meses después, tras ser abatido por un hombre con una metralleta cuando salía de su casa.

También fallecieron de manera violenta el jefe del Ejecutivo Vetustiano Carranza (1920), encargado de promulgar la Constitución de 1917  que rige actualmente el país, y el general Álvaro Obregón, presidente electo, en 1928, que recibió seis tiros a quemarropa en un restaurante. 

Brasil

Quizás el más reciente o, al menos, más recordado, es el intento de asesinato del entonces candidato a la Presidencia Jair Bolsonaro, que fue apuñalado en 2018 durante un mitin electoral. Las secuelas de ese ataque le han costado varias operaciones a lo largo de los años. 

Venezuela

Carlos Delgado Chalbaud es, hasta la fecha, el único presidente venezolano que ha sido asesinado. Protagonista de un golpe de Estado militar, fue secuestrado en 1950 cuando viajaba con su vehículo por una carretera y herido de muerte, acto seguido en un tiroteo dentro del vehículo en el que lo subieron sus raptores.

Recientemente, se ha cumplido el quinto aniversario del llamado Atentado de Caracas de 2018, cuando dos drones impactaron cerca del estrado en el que Nicolás Maduro se encontraba dando un discurso a las Fuerzas Armadas en Caracas.

Chile

A punto de cumplirse medio siglo de su muerte, el fallecimiento de Salvador Allende en 1973 sigue siendo un misterio. Sobre su deceso por armas de fuego durante el ataque al Palacio de la Moneda al comienzo del golpe de Estado de Augusto Pinochet hay varias versiones: una, que murió combatiendo en la defensa del Palacio; otra, que fue asesinado cuando se encontraba heridos; y la tercera, que acabó suicidándose antes de rendirse con una AK-47 que le había regalado Fidel Castro. Esta última es la más respaldada y la que defiende su familia. 

Haití

Un país caracterizado por su inestabilidad política tiene tras de sí los asesinatos de dos presidentes. Uno, en 1915, cuando Jean Vilbrun Guillaume fue atacado por civiles descontentos con sus actos de presión social. El mandatario ordenó la ejecución de 167 presos políticos, entre ellos el expresidente Oreste Zamor, lo que provocó una insurrección y una turba se lanzó contra el dirigente, acabando con su vida.

El paso de los años no ha hecho mejorar la situación en la nación caribeña y más recientemente, en 2021, el entonces jefe del Ejecutivo, Jovenel Moïse murió tras un ataque en su residencia privada por un grupo de sicarios, posiblemente pagados por Jimmy Chérizier, ? conocido como Barbecue, expolicía y líder del grupo armado G9 an Fanmi e Alye, una alianza formada por los nueve grupos armados más poderosos de Haití con base en Puerto Príncipe, que era contrario a sus políticas contra la corrupción.

La República Dominicana, Perú, Panamá o Bolivia son otros de los países que a principios del siglo pasado también vivieron los asesinatos de alguno de sus mandatarios. Ahora, en 2023, la situación vuelve a estar cada vez más convulsa.