Astibot Ingeniería y Tekhne son dos de las empresas a las que Fundación Michelin prestó su ayuda cuando dieron sus primeros pasos. Ambas reconocen que fue un impulso muy importante.
«Cuando estás empezando con la empresa, hasta cien euros de ayuda vienen bien»
Astibot es una joven empresa ubicada en el polígono de San Cristóbal que ofrece servicios de ingeniería a otras firmas. Desde desarrollo de software hasta automatización de procesos. «Al principio hacíamos proyectos de investigación en distintas disciplinas de la ingeniería, pero luego nos fuimos transformando y abarcando proyectos llave en mano para grandes empresas como Renault e Iberdrola, y otras más pequeñas y menos conocidas», asegura Felipe Beteta, fundador de la compañía.
La empresa nació en 2015, cuando este emprendedor era autónomo, empezó a tener un volumen de facturación «importante» y surgió la necesidad de contratar personal para abarcar todos los proyectos. Y ahí es donde entró en juego la Fundación Michelin, con unas aportaciones de mil euros por trabajador contratado durante los primeros años. «Me ayudaron bastante, porque, cuando estás empezando, hasta cien euros te vienen bien», reconoce este empresario.
Beteta comenzó esta aventura en solitario, aunque ahora cuenta con dos socios minoritarios, que solo poseen el 1,5% de la empresa cada uno. Entre sus filas hay 14 ingenieros especialistas en distintas disciplinas que se han ido adaptando a todo tipo de clientes. Los más frecuentes en los últimos años son las administraciones públicas, gracias a las licitaciones a las que Astibot se ha presentado. «Trabajamos mucho en la implantación de sedes electrónicas para que los ciudadanos puedan pagar impuestos o hacer operaciones después de identificarse», explica. Así, han hecho trabajos, por ejemplo, de gestión de subvenciones para la Diputación de Badajoz e incluso el diseño de páginas web para algún ayuntamiento que quiere promover su turismo.
Javier Santos (i) y Samuel López, dos de los socios de Tekhne. - Foto: Jonathan TajesBeteta es muy crítico con las ayudas que reciben los emprendedores en España. «Si hubiera sabido las cosas que hay en otros sitios, lamentándolo mucho, hubiera abierto la empresa en otro país», reconoce. Según él, la Administración «no entiende la problemática que tiene una empresa cuando se constituye».
«Queremos construir en torno a Tekhne un ecosistema tecnológico»
Tekhne ofrece servicios de consultoría tecnológica especializada en diseño de productos electrónicos. Pero con una característica especial: la apuesta por el ecodiseño, la durabilidad y la reparabilidad. Es decir, por reducir el impacto de estos productos en el medio ambiente. Esta pyme colabora con compañías del sector de transporte y movilidad, industria y telecomunicaciones, entre otros, para transformar ideas en soluciones electrónicas «de gran valor».
«Castilla y León no es una comunidad que se caracterice por ser innovadora o consumidora de innovación, pero nuestra motivación era establecer Tekhne como piedra angular para empezar a construir en torno a ella un ecosistema tecnológico de innovación que permita impulsar el tejido industrial de nuestra región», explica Samuel López, uno de los socios, quien incide en que en Castilla yLeón falta «la cultura del producto propio», pese a que la calidad que, según él, tienen las universidades. De hecho, la mayoría de los clientes de esta empresa, situada en el Parque Científico de la Universidad de Valladolid, son de fuera de la Comunidad. «Pero nosotros, estando aquí, estamos en foros donde se estudian los desafíos del presente y del futuro de diversas industrias», añade.
Fundación Michelin también jugó un papel importante en la puesta en marcha de esta empresa, a principios de 2020. «Accedimos a ayudas para la creación de empleo que supusieron un apoyo para la incorporación de talento al equipo, que es muy relevante en nuestro día a día, ya que es nuestro mayor activo», explica López. Además, destaca que la tramitación de estas ayudas «fue muy sencilla» en comparación con otras de la Administración. «Estuvimos acompañados por un técnico de Fundación Michelin que nos iba dando soporte y guiándonos», añade.
Este ingeniero lamenta el ingente trabajo que supone tramitar la solicitud de ciertas ayudas públicas. Una inversión en tiempo que no siempre las empresas pequeñas se pueden permitir.
A finales del pasado año, el Instituto de la Juventud, dependiente del Ministerio de Derechos Sociales, premió el proyecto de Tekhne en un certamen nacional de jóvenes emprendedores.