Pedro Luis Gallego, una vida entre rejas

A.G.M.
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Pedro Luis Gallego, en la Audiencia de Burgos, en el juicio por la muerte de Marta Obregón en 1995.

Pedro Luis Gallego Fernández nació en Valladolid el día 13 de noviembre de 1957 y empezó a delinquir con solo 19 años. Su primera ficha policial, ya con unas incipientes entradas, data de 1976, aunque no llegó a pisar la cárcel hasta 1979 cuando se le condenó por robar un coche y su primera violación. En marzo de 1981 y enero de 1982 llegaron otras tres sentencias por abusos deshonestos y en 1985 una por violación en Alicante y otra por robo y otro delito de abusos deshonestos en Palencia. En 1987 le caían diez años por una nueva violación, lo que le llevó a pasar dos años recluido en un hospital psiquiátrico penitenciario. En 1989 logra salir en libertad y no tarda en volver a delinquir, en Valladolid y Salamanca, y con un modus operandi idéntico: ataque nocturno a chicas que entraban solas a su portal, a su ascensor... No tardó en ser conocido como el ‘violador del ascensor’ y se cree que llegó a agredir sexualmente a medio centenar de mujeres, si bien solo 18 denunciaron sin llegar a claudicar por al miedo que éste les infundía antes de escapar. Es el peor violador en la historia de la ciudad, un depredador sexual, que no dudó en matar a dos de sus víctimas. Fue en 1992. El 21 de enero acabó a cuchilladas con la burgalesa Marta Obregón tras no conseguir violarla y el 19 de julio con la vallisoletana Leticia Lebrato, a la que secuestró cerca de su casa de Viana y violó y mató en un pinar. Su fuga duró apenas cuatro meses, ya que se le detuvo el 17 de noviembre en La Coruña, cuando iba a recibir un giro postal con dinero de su familia. Llegaron los juicios y condenas por hasta 273 años de cárcel, pero solo pasó los siguientes 21 entre rejas. Las redenciones que contemplaba el antiguo Código Penal le hubieran puesto en libertad en 2008, pero la doctrina Parot le mantuvo otros cinco años hasta que el Tribunal Europeo de Derecho Humanos la tumbó. Salió de prisión con 56 años y un día, y a los tres años y un mes de aquella mediática salida de Alcalá-Meco (donde no le esperaba nadie) volvió a atacar, en Madrid. Repitió tres veces más y el 16 de junio de 2017 volvía a ser detenido.