El carné por puntos reduce un 71% la mortalidad en carretera

A. G. Mozo
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En los 15 años de vigencia del permiso por puntos, Tráfico ha pasado de registrar 49 fallecimientos anuales en Valladolid a 14. La accidentabilidad también cae un 60% pero se enquista en vías sin desdoblar, que concentran dos tercios de los casos

El carné por puntos reduce un 71% la mortalidad en carretera

El carné por puntos alcanza estos días su 15 aniversario y lo hace con la sensaciónd el deber cumplido, de haber conseguido su objetivo de transformar la seguridad vial española. Las carreteras se siguen cobrando vidas, pero no lo hacen ya al intenso ritmo que lo venían haciendo hasta la entrada en vigor de aquel nuevo permiso que irrumpió en España el 1 de julio de 2006 tras años de debates en torno a su conveniencia, sobre cómo sería su encaje en la idiosincrasia nacional... En Valladolid, por ejemplo, se ha pasado de lamentar un fallecido en accidente vial casi cada semana a ‘solo’ tener que sufrir poco más de uno al mes; menos todavía en este último año y pico de pandemia, con dos meses de confinamiento y seis de cierre perimetral, que ha reducido aún más las cifras de la siniestralidad vial vallisoletana.

El jueves se cumplen quince años del permiso por puntos y, en este tiempo, la Dirección General de Tráfico (DGT) ha contabilizado en las carreteras de la provincia de Valladolid 268 accidentes mortales, en los que fallecieron 307 personas y otras 278 resultaron heridas. La evolución es positiva, desterrándose ya las alarmantes cifras que dejaba aquel 2006, que terminaba con 36 accidentes mortales, en los que perdían la vida 49 personas y otras 39 resultaban heridas. El último año ‘normal’, antes de que la pandemia lo cambiase todo, la DGT registraba 14 siniestros con 14 víctimas.

Por el camino se ha vivido una progresiva adaptación a esa nueva normativa que, muy poco a poco, fue dando sus frutos en forma de menos accidentes y, sobre todo, menos muertos sobre el asfalto, que era el principal objetivo del permiso por puntos. 2007 y 2008 aún dejaban más de 30 siniestros y fallecidos en Valladolid, pero en 2009 y 2010 ya se conseguía bajar a la veintena, aunque era 2011 el primer año en que se empezaba a atisbar por dónde iba a ir el futuro: doce accidentes y otros tantos muertos. En 2012 se anotaba un repunte, regresando a la veintena por última vez, para bajar en 2013 de nuevo y en 2014 alcanzar ya un techo que no se ha vuelto a tocar, al contabilizarse nueve siniestros y nueve decesos; cifras históricas. En los últimos siete años, la cosa se ha instalado en la franja de los catorce (accidentes y víctimas).

CAMBIOS PARA 2021

Los datos de la DGT dejan claro que el éxito del carné por puntos no fue flor de un día y que el cambio en la seguridad vial conseguido ha necesitado de tiempo. La evolución fue progresiva y alcanzó sus mejores cifras en aquel 2014, para luego volver a repuntar, una situación que ha empujado al Ministerio del Interior a introducir cambios. Aún no tienen fecha, pero a lo largo de 2021 se producirá una reforma la norma para una versión 2.0 del carné por puntos que apunta directamente hacia las actitudes al volante que no se habían corregido en estos quince años, aquellas que incluso habían empeorado.

El nuevo permiso por puntos va a endurecer el castigo para los conductores que fuesen al volante utilizando el teléfono móvil. Se mantendrá la multa de 200 euros, pero se pasará de restar tres a seis puntos. Las costumbres sociales han cambiado mucho desde que se redactó la primera versión de la norma, cuando el uso del móvil era casi exclusivamente para hablar con el teléfono a la oreja, y la DGT busca con este cambio perseguir a los conductores que lo manipulan  para luchar contra las distracciones al volante.

La información facilitada por la Jefatura Provincial de Tráfico a El Día de Valladolid desvela que, por ejemplo, la conducción distraída ha sido la principal causa en los accidentes mortales de Valladolid durante los últimos siete años. Y la DGT tiene claro que detrás de esas distracciones suele estar el móvil, por eso la última reforma lo ha equiparado a la conducción bajo los efectos del alcohol o las drogas y a los excesos de velocidad más graves: 6 puntos.

Distracciones con consecuencias especialmente graves si ocurren en carreteras convencionales, unas vías en las que se multiplican las posibilidades de chocar contra otro coche y, por tanto, la mortalidad. En este sentido, la radiografía de estos quince años de siniestralidad vial vallisoletana desvela también que algo más de la mitad de los 272 accidentes del periodo 2006-2021 se produjeron precisamente por colisiones (fueron 150, superando a las 117 salidas de vía) y que dos tercios de esos 313 fallecidos se dejaron la vida en una carretera convencional.

Y ese supone otro de los caballos de batalla de la DGT. En este caso no se ha retocado nada del carné por puntos, sino que lo que hizo en enero de 2019 fue rebajar el tope de velocidad para las carreteras nacionales, de 100 a 90 kilómetros por hora. Esta medida no evitó que ese año concentrasen siete de cada diez muertes viales de Valladolid, algo que cambió el extraño 2020 que dejó seis decesos en el asfalto, cuatro de los cuales en autovías.