José María García y Jorge Vijuesca decidieron en una cena juntar sus conocimientos sobre los personajes ilustres que están enterrados en la provincia de Valladolid. De esta sobremesa salió el libro Por sus tumbas los conoceréis. Una amplia recopilación de sepulturas ubicadas en los pueblos vallisoletanos que representan un importante mapa de la historia de Castilla. «No somos conscientes de la gran cantidad de eventos de vital importante que realizaron hombres y mujeres que están enterrados en nuestra provincia y la mayor parte de la población no lo sabe».
Historia de Castilla que se puede conocer a través de las tumbas de personajes tan ilustres como Álvaro de Benavente, el Infante Don Juan Manuel, Bernardo de Hoyos (Padre Hoyos), Alonso Berruguete o Ventura Seco. Tal vez el paso de los siglos haya hecho que algunos de estos nombres hayan quedado en el olvido, pero no lo han hecho aquellas hazañas y logros que consiguieron en vida. Si les digo que en Valladolid están enterrados el autor del primer plano urbanístico de la ciudad, el confesor de Santa Teresa de Jesús o el general que encabezaba las tropas españolas que lucharon contra Napoleón seguro que sí conocen estos hechos.
Ambos autores han sido capaces de documentar 78 sepulturas repartidas por toda la provincia de personajes que han sido relevantes en la historia del país y cuyas acciones cambiaron el rumbo de los acontecimientos. Algunas de las tumbas están en el interior de ermitas, colegiatas, iglesias e incluso castillos, mientras que otras pertenecen incluso al imaginario, ya que realmente no existen.
Estatua orante de Alfonso Velázquez en el municipio de Tudela de Duero. - Foto: D.V.Algunos de estos personajes perviven en la memoria gracias a la traiciones y fiestas populares que celebran cada año los vecinos de los municipios. Es el caso de Trigueros del Valle, que todos los años organiza la fiesta conocida como Asalto al Castillo, donde los vecinos recrean los hechos acontecidos en 1521, en el contexto de la Guerra de las Comunidades, en el que los habitantes del pueblo se rebelaron contra su señor, Gutierre de Robles, dueño y señor del castillo. Otros, han dejado para la posteridad elementos de nuestro día a día cotidiano que han ayudado a la sociedad a avanzar hasta nuestros días. Alonso de Quintanilla, cuyos restos descansan en Medina del Campo, fue el propulsor bajo el reinado de los Reyes Católicos de los cuerpos de policía. La conocida como Santa Hermandad, nacida para proteger a las personas y propiedades y garantizar el libre comercio.
La Diputación de Valladolid se ha hecho eco de esta obra y ha puesto en marcha rutas guiadas con salidas desde la capital para todas aquellas personas que estén interesadas en conocer algunos de estos lugares. Son doce trayectos que se han desarrollado a lo largo del presente año y que han conseguido la participación de 388 personas hasta el pasado mes de noviembre. Uno de los dos autores del libro siempre están presentes en estos viajes.
Estas personas han tenido la oportunidad de conocer, por ejemplo, al mítico caballero de Olmedo, Juan de Vivero. Detrás de la famosa obra de Lope de Vega hay todo un mundo de anécdotas que sitúan un acontecimiento ocurrido en la localidad que alcanzó a convertirse en una universal obra literaria. El origen de la leyenda es Juan de Vivero, que era señor de Castronuño y Alcaraz, que fue asesinado viniendo de Medina del Campo por Miguel Ruiz, vecino de Olmedo. Fue enterrado en el desaparecido convento de San Francisco, de Olmedo.
Historia de Castilla en tumbas ilustresLas tumbas de estos ilustres personajes también han permitido conocer episodios de la historia que bien habían podido cambiar el devenir de algunos de los acontecimientos más relevantes de la historia de España. Es el caso de Gaspar de Ezpeleta. Señor que fue asesinado en 1605 durante la estancia de Miguel de Cervantes durante su estancia en Valladolid. Un lío amoroso en el que el autor de la obra más importante de la literatura española vio involucrado sin tener nada que ver. Se sospechó que algún vecino de la zona donde actualmente se encuentra la Casa Cervantes pudo ser el autor del crimen de Ezpeleta (enterrado en el convento de San Francisco) y Miguel de Cervantes permaneció unos días en el calabozo. No es el único hecho vinculado al hidalgo Don Quijote de la Macha, sino que en Castrillo-Tejeriego también está la tumba de uno de los personajes que salen en el libro. Bernardino de Velasco, conde de Salazar fue el encargado de expulsar por orden del rey Felipe III a los moriscos que continuaban viviendo con su religión y sus costumbres. «No -dijo Ricote, que se halló presente a esta plática- hay que esperar en favores ni en dávidas, porque con el gran don Bernardino de Velasco, conde de Salazar, a quien dio Su Majestad cargo de nuestra expulsión, no valen ruegos...». Es el pasaje de El Quijote donde aparece relatado este episodio del ilustre vecino de Castrillo-Tejeriego.
IGLESIAS
La religiosidad que ha caracterizado el devenir histórico español ha hecho que muchas de las tumbas de estos personajes se encuentren en ermitas e iglesias. El monasterio del Abrojo alberga los restos de Gaspar Alonso Pérez de Guzmán, quien fue protagonista de una de las conspiraciones que pudo cambiar la historia. Corre el año 1641 cuando una trama encabezada por Alonso Pérez intenta derrocar a Felipe IV. A punto estuvo de lograrlo, aunque finalmente los espías de la corte lo descubrieron e hicieron caer también al Conde Duque de Olivares, pariente de Gaspar Alonso Perez.
En la localidad de Tordesillas, están dos de los personajes de mayor relevancia para la provincia. En el convento de Santa Clara descansan los restos de la abadesa que recibió al emperador Napoleón cuando entró en España al mando de 90.000 soldados. Las crónicas de la época marcan que en este encuentro hubo «buena gastronomía sobre mesa y mantel, que compartieron confidencias e incluso hubo cierto coqueteo». En la iglesia de San Antolín se encuentra el impresionante sepulcro de uno de los regidores más importantes de la villa, Pedro González Alderete, comendador de Santiago, regidor de Tordesillas y fundador de la capilla de la Piedad. La obra fue iniciada en 1550 y acabada antes de 1560, con una excelente factura en el trabajo del alabastro y siguiendo el estilo plateresco característico del primer Renacimiento español.
Ventura Seco fue el encargado de medir las calles y plazas de Valladolid en el siglo XVIII para elaborar el primer plano que se ajustó al máximo a la realidad urbanística. El escribano fue enterrado en la iglesia del Salvador. Se trata de un documento trascendental para el estudio de la historia de la ciudad.
Sarcófagos de Gutierre de Robles y María de Guevara en Trigueros del Valle.En el Monasterio de las Reales Huelgas descansan los restos de María de Molina, una de calles más famosas de la ciudad. Fue nieta, esposa, madre y abuela de Reyes, aunque siempre procuró mantenerse en un segundo plano.
LA CAPILLA SIXTINA
Álvaro de Benavente fue el mecenas de la que se podría considerar como La Capilla Sixtina de Valladolid. Ubicada en Medina de Rioseco, la iglesia de Santa María guarda en su interior uno de los grandes tesoros de la provincia. Juan de Juni labró un magnífico retablo con una abrumadora decoración . Los sepulcros están ordenados teniendo en cuenta la proximidad a Álvaro de Benavente.
Casi todos los lectores de este reportaje habrán oído hablar del Palacio de Fabio Nelli. Lo que seguramente no sabrán es que se trató de un banquero que mandó construir el palacio y que está enterrado en una capilla de San Agustín.
El almirante de Castilla, Sancho Bazán, recibió el encargo de llevar a la hija de los Reyes Católicos, Juana, hasta Flandes, para casarse con Felipe el Hermoso después de ser uno de los protagonistas de la toma de Granada. Se encuentra enterrado en la iglesia del convento de los Santos, en Villanubla.
Un sinfín de historias y relatos que forman parte de la historia de España y que se pueden entender a través de los restos y los lugares donde descansan los restos de aquellos personajes que cambiaron la historia.