La Feria de Día se debate entre reinventarse o morir de éxito

M.R.I. / J. M.F.
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El alcalde quiere dar una vuelta de tuerca a la Feria de Día para que haya una mayor uniformidad y programar más actuaciones musicales en las zonas de casetas. Los hosteleros defienden una mejor distribución y el público que bajen los precios

Feria de Día durante la Feria y Fiestas de la Virgen de San Lorenzo. - Foto: Jonathan Tajes

El alcalde quiere darle una vuelta de la Feria de Día. Con las casetas todavía a pleno rendimiento, el alcalde, Jesús Julio Carnero, ya ha tenido tiempo para valorar algunos de los cambios necesarios para dinamizar una de las propuestas reinas de la Feria y Fiestas de la Virgen de San Lorenzo. La idea es intensificar más las actuaciones musicales en las zonas de concentración de caseta y dotar a los puestos de mayor uniformidad. 

El modelo de la Feria de Día se implantó con el cambio de siglo, tras un viaje de hosteleros y representantes políticos a Málaga de, donde ya se realizaba con éxito. En su primera edición salieron a la calle 80 negocios para ofrecer sus pinchos y tapas. El éxito fue tal que solo dos años más tarde fueron casi 300, aunque en los últimos años esa cifra se ha estabilizado en torno al centenar. ¿Qué necesita esta propuesta de los hosteleros para ganar fuerza y no morir de éxito?

En estos 23 años se han introducido novedades, al igual que en la capital de la Costa del Sol, que es el espejo donde se sigue mirando Valladolid. De hecho, en la ciudad andaluza las casetas se han reducido en el centro y se han trasladado a un recinto ferial, con una oferta más familiar y elaborada. En la conocida ahora como Feria del Centro no se aplica el concepto de tapa incluida en la bebida. Las tapas rondan los 2,50 euros y las bebidas los dos euros. De hecho, la anterior concejala de Turismo y Cultura, Ana Redondo, viajó a esta ciudad para estudiar esa opción, pero considera que aquí no sería válida porque Valladolid ya cuenta con una Feria de la Gastronomía y el Folclore en los anexos del estadio. Redondo confirma que en su anterior etapa ya estaba valorando con los hosteleros «mejoras» y destaca que cambios que se introdujeron como las terrazas, sobre todo en la zona de Recoletos, han contribuido a esto.

Feria de Día durante la Feria y Fiestas de la Virgen de San Lorenzo.Feria de Día durante la Feria y Fiestas de la Virgen de San Lorenzo. - Foto: Jonathan TajesEl debate que siempre está abierto en torno a la Feria de Día es el precio del pincho de feria y la calidad del mismo. Una decisión que está en manos de los profesionales, que este año decidieron liberalizarlo, con un tope de 3,50 euros. El de la calidad es más complejo. Carnero considera que Valladolid «tiene que reflejarse como capital del vino» y de la gastronomía. Una idea que Redondo cree que es básica y que debe reflejarse en la estandarización de la misma en todas las casetas: «La tapa de feria tiene que ser la seña de identidad porque ya lo es de la ciudad».

Hosteleros

Desde la Asociación Provincial de Hostelería se rechazan las críticas a la relación precio-calidad, pero se abren a estudiar mejoras, aunque después de que concluyan la fiestas y se pueda hacer una valoración con datos objetivos.

En este sentido, es una voz más que autorizada el dueño del restaurante Trasto, Teo Rodríguez, flamante ganador del Pincho de Oro 2023 con su Pucela Roll: «Mucha gente me pregunta por él, y lo que he hecho es poner en la lona de la caseta un mapa en el que señalo dónde tenemos el restaurante, porque allí lo van a encontrar y no aquí».

Y es entonces cuando explica que «somos los que somos» y que para elaborar semejante 'delicatessen' tardan seis horas, aparte de que hablamos de materiales de primerísima calidad: lechazo, curry y hojaldre. En el restaurante lo vende por cuatro euros. Aparte, llevarlo a la Acera de Recoletos tiene su complicación... Yahí está otra de las quejas de este empresario y otros de sus colegas:la localización.«Si vas por ahí, mucho público no llega hasta el final, son 17 casetas. ¿Por qué no las ponen todas en una placita o en dos o tres pasillos? Puede ser más incómodo, pero merece la pena para todos», sostiene.

Añade Rodríguez que hay casetas de restaurantes de prestigio a los que «se nos exige tres veces más que al resto». «Pienso en el nuestro, en Los Zagales... La gente tiene que entenderlo. No hay una varita mágica para que por 3,50 euros podamos ofrecer un producto de altísima calidad incluyendo la bebida. Otra cosa es el plato solo, pero hay que tener en cuenta que «de cada 1.000 tapas que te piden, se 'cuela' una ración».   

Desde La Mejillonera, su gerente, José Manuel González, cree que no hay que obligar a los hosteleros a hacer promociones con un precio cerrado, de hecho, cree que habría que suprimir el formato 'pincho+tapa', una misión que se antoja imposible. Tampoco a realizar invenciones de una semana. «Cada local debe guardar su personalidad y tendría como reclamo su trayectoria y su oferta tradicional», subraya, al tiempo que indica que debe haber una libertad de precios.

Sobre esta cuestión, bastante polémica, Mariola López, propietaria de la taberna japonesa Wabi-Sabi, cree que «deberían partir todos de un precio mínimo a partir del cual, quien considere que su tapa vale más por los productos que quiere usar, para dar otro tipo de opción gastronómica, pueda entonces hacerlo». Yes que recuerda que hay una obviedad que no parece tan obvia para muchos:los precios se han disparado, un litro de aceite de oliva virgen extra vale 10 euros. «Los gastos nos han subido muchísimo», recalca, aunque matiza: «En general, pienso que la calidad es acorde con el precio. Nos esforzamos siempre por dar una buena calidad». 

Javier González, gerente de Los Zagales, también es partidario de que haya libertad en los precios para poder ofrecer la máxima calidad. En cuanto a las críticas de mucha gente con respecto a los precios, indica que «será así en algunas casetas, pero no en todas». «Igualmente pasa el resto del año en los establecimientos de hostelería de la ciudad. Al final el cliente es quien elige. Por eso hay muchas que tienen una gran demanda de público y otras no». 

Sobre si algunos bares y restaurantes pueden llegar a dañar la imagen del resto con sus ofertas, pagando justos por pecadores, él lo tiene más que claro:«Nosotros estamos contentos con la Feria, seguimos trabajando bien. No veo que paguemos por nada ni por nadie. Todo es mejorable, sin duda. Pero valoremos lo que hay. Es un gran esfuerzo que no siempre se valora».  

 

Consumidores

Y así es, muchos no lo valoran. Porque a pie de calle, no son pocos los vallisoletanos que piensan que las tapas de las fiestas están bien, pero que, en general, son algo «carillas». Esa ha sido la opinión mayoritaria en la encuesta realizada. 

Llama la atención que los consultados han subrayado que dependía mucho de la zona concreta en la que hacían la consumición e incluso la hora. En este sentido, salían ganando las casas regionales y la zona de las universidades en lo referente a la 'calidad-precio'.

No ha gustado a algunos que cambiaran precios en productos como botellines de agua de la misma marca, por ejemplo. Olos lorencitos. «No lo entiendo, esto es un robo de algunos», se queja airado Nacho, un habitual de la Feria de Día que le pone un '8' a la calidad de la oferta gastronómica. La nota media no baja del '7', pero como en todo en la vida todo es más que mejorable. Habrá que ver cómo será la «vuelta de tuerca» de Carnero del próximo año.