El Fundación Aliados, tras una muy floja primera mitad sobre todo en el plano defensivo, supo reaccionar tras el descanso para, a través de un completo juego de equipo, hacerse con una importante victoria en Badajoz ante el Mideba Extremadura, que le permite seguir soñando con la tercera plaza liguera, aunque para lograrla depende del tropiezo de Bilbao.

Ya había advertido el técnico del conjunto vallisoletano, José Antonio de Castro, que no iba a ser un partido fácil el que tenían que disputar en tierras extremeñas, lo que quedó constatado desde el primer minuto. El cuadro local salió mucho más enchufado, más serio en defensa y con más ganas, y aprovechó el acierto anotador de Sandoval y de Hernández para controlar el juego. Aun así, el Fundación Aliados alcanzó el final de los dos primeros cuartos con ventaja (31-33).

En la reanudación, el equipo morado cambió el chip, mejoró notablemente sus prestaciones defensivas y, a partir de esa progresión en su área, pudo realizar un ataque más fluido, que aprovecharon sus artilleros para ir tomando distancias en el electrónico, ante un Mideba que se iba apagando, ante la falta de rotaciones.

Pudieron salir todos los jugadores del conjunto visitante, y aportar en defensa o en la vertiente ofensiva en la que, una vez más, volvió a sobresalir Fabián Romo. Puesto que el trabajo fue coral, a los extremeños se les hacía imposible detener el rodillo en el que se convirtieron los vallisoletanos y, finalmente, sucumbieron ante el mayor potencial de estos (49-77).

Con este triunfo, el Fundación Aliados mantiene aún opciones de poder alcanzar la tercera plaza de liga, aunque es un reto muy difícil, y le da fortaleza de cara a la próxima participación en la Copa del Rey, a finales del mes de abril.