Buen verano para las empresas del sector turístico de Valladolid. En contra de lo pudiera parecer, la provincia no sufre un parón en la llegada de viajeros durante la temporada estival a pesar de la dura competencia del sol y la playa. La ciudad continúa atrayendo turismo extranjero, mientras que el medio rural se afianza en la llegada de familias procedentes de otras comunidades autónomas. 

Los diferentes agentes turísticos de la provincia coinciden en señalar que el mes de agosto ha sido «muy bueno» tanto en la ciudad como en los pueblos, aunque con una clara diferencia en el perfil del viajero que ha pernoctado en algunos de los establecimientos turísticos de Valladolid. 

El presidente de la Asociación de Propietarios y Gestores de Viviendas y Apartamentos Turísticos (AVAT), Francisco Moreno, indicó que ha sido un verano «muy bueno» en contra de lo que haya podido parecer. «Julio y agosto son los mejores meses del año». Explica que son muchos los turistas franceses y portugueses que reservan una o más noches en la ciudad. «Muchos de ellos están de paso, van hacia la playa o a cualquier otro destino, pero se quedan a conocer la ciudad», relata. 

?Moreno sostiene que? la ocupación de este verano en estos alojamientos ha sido similar a la del pasado año. «La gente se suele quedar una o dos noches. Se trata de gente de paso que se detiene para conocer la ciudad», comenta. Evidentemente, este tipo de turistas viene buscando una ubicación en el centro para conocer los aspectos más relevantes del patrimonio y la gastronomía. «Hay de todo, pero sobre todo el turista que ha llegado este verano lo hace procedente de Francia». 

La situación ha sido bien diferente en los pueblos. Las casas rurales han pasado el verano en dos periodos claramente diferenciados. Uno antes de las pasadas elecciones del 23 de julio y otro después. «En agosto ha sido una desbandada», recalca el presidente de Valladolid Rural, Luis Chico. 

Las casas rurales registraron un grado de ocupación de un 65 por ciento en todo el verano, pero teniendo en cuenta que durante el mes de agosto se ha llegado a superar el 90 por ciento. Junio y julio «siempre son más flojos», recuerda Chico, aunque la amplísima y variada oferta de eventos que tiene lugar en los municipios en agosto «disparan» el grado de ocupación. 

El turista que llega a las casas rurales en nada se parece al de la ciudad. Los viajeros procedentes del extranjero no son mayoría en los pueblos, sino que se trata más de familias que vienen a conocer el patrimonio y la gastronomía y alargan su estancia al menos una semana. 

Las fiestas patronales de los municipios, los mercados medievales, los eventos turísticos y las concentraciones son algunos de los atractivos que influyen en  la llegada de este tipo de turistas. 

junio y julio. Esta afirmaron sobre un agosto de récord frente a unos meses de junio y julio mucho más flojos se puede ver fácilmente teniendo en cuenta los datos que maneja el Instituto Nacional de Estadística (INE), ya que reflejan que Valladolid ha registrado el peor dato de viajeros de los últimos ocho años (a excepción de los veranos afectados por la pandemia) en los dos primeros meses. En concreto, llegaron hasta la provincia 125.439 turistas frente a los 137.192 del mismo periodo de 2022. Las pernoctaciones tampoco fueron elevadas ni mucho menos, ya que se quedaron en 217.862 frente a las 227.009 de hace un año.  

?El número de viajeros que han recalado en Valladolid en el mes de junio y julio ha ido creciendo de forma prácticamente constante durante la última década y este año se ha producido un bajón considerable. No ocurre lo mismo con la cifra de pernoctaciones, ya que 2023 es el quito mejor año de los últimos diez. Se entiende, de esta forma, que los turistas están más tiempo y prolongan su estancia. 

Algo que también han notado en los campings de la provincia. Una de las responsables del Camping Cubillas Carolina San José también destaca que ha sido «bastante mejor» que el resto del verano. Los turistas que han recibido llegaron procedentes de España en su mayoría y han apostado por asentarse en bungalows, mientras que los extranjeros han ocupado más las parcelas. 

La estancia media ha sido de una semana o más para las familias procedentes de otras partes del país, mientras que muchos viajeros portugueses o franceses se quedan únicamente una noche porque van de viaje hacia otro destino.  

En referencia al gasto, sí es cierto que tanto en el medio rural como en los turistas que apuestan por la capital han superado el gasto, o al menos igualado, de otros años. Los viajeros salen a conocer la gastronomía y el patrimonio de los lugares y comen y cenan fuera. Eso supone que cada día de estancia en la ciudad o en la provincia gastan en torno a cien euros, lo que se asemeja al gasto que se ha registrado otros años, aunque las familias tienden a gastar menos y, como ocurre siempre, el turista extranjero es algo más derrochador que el nacional.