Los tipos de interés ahogan la economía

Carlos Cuesta (SPC)
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Un buen número de familias y empresas están viviendo al límite ante el encarecimiento del precio del dinero y asfixiados por los altos costes de la energía, los alimentos, la vivienda y los créditos

Los tipos de interés ahogan la economía

Calma tensa y mucha preocupación es lo que caracteriza actualmente la economía de las familias y las empresas españolas. La situación de adversidad está marcada por unos tipos de interés en máximos de hace 15 años, con los precios de los alimentos batiendo récords, con las tarifas de la electricidad, el gas o la energía sin precedentes y con una enorme desconfianza en un futuro lleno de incertidumbres. 

En este contexto, las subidas de los tipos de interés que está acometiendo el Banco Central Europeo (BCE), y que con el último ajuste de este mes de junio ya ascienden hasta el 4%, empiezan a hacer mella en los agentes económicos.

Tanto los hogares como el propio tejido productivo nacional están afrontando condiciones financieras severas que no esperaban y que en solo un año han pasado de una variable de tipos negativos a superar el 4% y todo apunta que en la próxima reunión del BCE de julio vuelvan a subir como mínimo un cuarto de punto más.

Los economistas destacan que quienes peor lo están pasando son aquellas personas y organizaciones que se endeudaron en demasía durante la pandemia y redujeron sus beneficios como consecuencia del cese y la reducción de su actividad pensando que la situación tendría un menor recorrido y, sobre todo, sin esperar que luego llegara la guerra de Ucrania con la escasez de materias primas y con una inflación que ha cambiado todo el escenario productivo.

En este sentido, la alta inflación está golpeando las economías domésticas con fuerza, sobre todo, los hogares con las rentas más bajas que han perdido poder adquisitivo y que, en muchas ocasiones, se ven incapaces de pagar sus créditos, especialmente las letras de sus hipotecas, así como sus recibos mensuales básicos de luz, gas o teléfono.

Los expertos advierten que si bien hasta ahora los ajustes de precios han sido ordenados, sin embargo, podrían volverse desordenados si prosigue el alza de los tipos de interés. La corrección podría poner a prueba, incluso, la resistencia de los fondos de inversión con intereses difíciles de afrontar.

En esta línea, alertan que las sobrevaloraciones que repercuten en los altos precios de los productos y servicios más necesarios, unas condiciones financieras más duras y una menor liquidez en el mercado pueden aumentar el riesgo de que los precios se vuelvan caóticos, especialmente, si se replica en España la situación de recesión que viven de media los países de la eurozona como, por ejemplo, Alemania que tiene una caída del -0,3%.

Contracción del crédito

Una de las primeras alarmas que han saltado ya en la economía española es la contracción del crédito causado por el alza de los tipos de interés que avanza en el país, mientras resiste en la zona euro. 

La banca nacional prestó el pasado mes de abril el 0,8% menos a los hogares frente a ascensos importantes del 2,9% en Alemania o el 4,3% de Francia, según un informe del BCE, que también reveló un descenso en la financiación de las empresas del 0,6% que contraste con el crecimiento medio de la UE del 4,6%.

Con la inflación en un escenario que apunta a que se mantendrá alta también en el próximo semestre, hasta final de año, el problema de la financiación va a frenar las opciones de crecimiento con efectos muy dañinos para aquellas familias y empresas que llevan ya tiempo sufriendo los efectos negativos de la crisis.

A esta situación hay que añadir la presión impositiva, tanto en el IRPF como en el impuesto de Sociedades, o el IVA que si bien a las arcas del Estado las ha hecho recaudar más y reducir, incluso, el déficit público, sin embargo, a la mayoría de los españoles les ha hecho más vulnerables.

Así, por ejemplo, los municipios están ingresando actualmente con el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) el doble que en el pico del boom inmobiliario. Los ayuntamientos españoles recaudaron en 2022 más de 13.000 millones de euros gracias a este tributo, lo que representa el doble de lo que suponía en los años previos a la recesión financiera de 2008.

En definitiva, el desgaste de la crisis iniciada con la pandemia y seguida por la guerra de Ucrania está poniendo al límite a las empresas y familias que ven que lejos de mejorar sus economías están empeorando.