Un verano de sol y paraguas

SPC
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Castilla y León vivirá un estío cálido aunque entre húmedo y normal en precipitaciones tras la primavera más seca desde que hay registros

Imagen de una fuente durante una jornada calurosa. - Foto: Rueda Villaverde

Castilla y León vivirá un verano cálido, aunque entre húmedo y normal en precipitaciones, tras la primavera más seca desde 1951, fecha en que comenzaron los registros, tal y como apuntó ayer la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, durante la presentación del resumen climático del último trimestre y la predicción para el periodo estival de este 2023. Un estío que comienza a las 16.58 horas del 21 de junio y se prolongará hasta el 23 de septiembre, y en que se prevé «cálido y húmedo», si bien el delegado territorial de la Aemet en Castilla y León, Manuel Mora, matizó que la probabilidad de que el verano sea más cálido que la media de los 30 años de referencia es del 50%, por un 30% que prevé que sea «normal», mientras que en precipitaciones, la probabilidad de que sea «húmedo» (40%) o normal (35%) es «muy pareja».

Mora tradujo los datos apuntando que aunque se prevé un verano cálido, esta afirmación se refiere «respecto al promedio normal, no respecto al año pasado», que fue «extraordinario» por corresponder al «más cálido desde que tenemos registros». A ello se une una mayor humedad, que ya se está viviendo en un junio que, a diferencia del año pasado, no vivirá olas de calor, y que apunta hacia una mayor posibilidad de tormentas, por las «condiciones propicias de temperaturas altas y humedad por encima de lo habitual».

No obstante, y para estos próximos días, donde la previsión es «más precisa» que para el conjunto del verano, Mora apuntó una probabilidad de precipitaciones «muy alta» para lunes y martes con «tendencia a la estabilización» el miércoles, señalando además que la última semana de junio es probable que sea «más lluviosa de lo normal».

Por su parte, Barcones reseñó que la primavera en Castilla y León ha sido «muy seca o extremadamente seca» en el conjunto de la Comunidad, a tenor de los datos recogidos por la Agencia Estatal de Meteorología, que señalan un déficit hídrico del 53% con respecto al valor medio del periodo de referencia (1991-2020) con una temperatura media «excepcional», con termómetros «cálidos o extremadamente cálidos» según la zona de la Comunidad.

De hecho, el periodo transcurrido entre el 1 de marzo y el 31 de mayo ha sido «el tercer trimestre de este periodo con la temperatura media más alta desde 1951», con máximas «por encima de lo normal» en Castilla y León, alcanzando «valores significativamente altos» en lugares como Valladolid, que marcó su récord en el mes de abril con 30,1 grados de máxima el día 27, o Soria, donde también se alcanzó el valor histórico más alto de ese mes con 30 grados el 28 de abril.  Las temperaturas mínimas, por el contrario, tuvieron «más oscilaciones». De hecho, las heladas de principios del mes de abril, que fueron «muy negativas».