10 millones de euros de inversión, 250 puestos de trabajo, residencia para deportistas, clínica deportiva, gimnasio, pistas auxiliares de baloncesto, escuela formativa... Rock Gym Village-Ciudad de Baloncesto. Sunil Bhardwaj presentó ayer por la mañana, con ese nombre, el plan de viabilidad del CB Valladolid basado en la construcción de un gran complejo en la parcela aledaña al polideportivo Pisuerga. Complejo que será posible gracias a la apuesta de la multinacional Marco Aldany, de peluquería y estética, que tiene previsto 42 aperturas en 2016 y que ha elegido la capital castellana como el centro de operaciones y de formación de su nueva cadena de gimnasios.
«Todo pasa por un proyecto de refundación del club, por recuperar credibilidad, por pagar las deudas, 7 millones; y cumplir con los compromisos, algo que se lleva sin hacer 10 años», se arrancó el presidente del CB Valladolid, encargado en solitario (aunque con el apoyo del presidente de la Fundación, Juan Vela; y el director general, Moncho Arroyo) de presentar el proyecto que pretende sea el salvavidas y permita la continuidad de la entidad: «Es una posibilidad única de dar viabilidad al club otros 40 años».
Habló primero de una Escuela de Valores que irá de la mano de ese complejo: «Es un nuevo modelo de entender un club de baloncesto, donde se pretende transmitir valores como el esfuerzo, el sacrificio, la superación y el compañerismo tan en desuso actualmente, empleando como vehículo el baloncesto como deporte de equipo. Además, se pretende ser un complemento a la formación integral de los niños y niñas del club donde recibirán una formación complementaria académica, lingüística y humana». Esa Escuela hará que se trabaje de manera global con los más jóvenes y que no haya diferencia entre primer equipo y cantera, con formación académica y deportiva.
Pero, el quid no estaba ahí. Está en el proyecto que lleva el nombre de Rock Gym Village-Ciudad de Baloncesto. Ahí es donde Marco Aldany invertirá esos 10 millones para desarrollarlo al completo, con una clínica deportiva, una residencia para deportivas, un gimnasio, una zona infantil, pistas auxiliares de baloncesto, una zona de restauración complementaria y una escuela de formación, con titulaciones homologadas.
Bhardwaj relató que ya se ha pedido al Ayuntamiento las certificaciones necesarias para solicitar luego la licencia de obras. «Esperamos tenerlo construido desde esa licencia en un año», se mostró seguro y confiado el presidente de la entidad de baloncesto, que respondió ante las dudas que crea el complejo que «técnicamente ya se solventó el tema de la anegabilidad». Hay que recordar que ya hace unos años se ‘tumbó’ un proyecto de un karting en la misma parcela por riesgo de inundaciones.
«Con esto, además de integrar la ribera del Pisuerga, tendremos un patrimonio futuro y presente, y damos la viabilidad que venimos buscando desde hace ocho meses», añadió un presidente que informó de que la parcela no necesita recalificación «porque es de uso deportivo urbano terciario» y que en cuanto se consiga la certificación se presentará ante el Ayuntamiento un aval por esos 10 millones para poder desbloquear la situación con las subvenciones.
Y es que aquí también radica otro de los quid. Porque el CB Valladolid, pese a que será el máximo accionista del complejo, no dispondrá de esos 10 millones, ya que irán directamente al proyecto, pero sí podrá tener liquidez, primero de la empresa que apuesta por Valladolid y por este Rock Gym Village -que además será el segundo patrocinador del club la próxima campaña- al invertir también algo de dinero en el CB Valladolid; y segundo con la esperanza de que ese aval permita cobrar las subvenciones de 2014 y 2015, que rondan los 800.000 euros.
Tanto el Ayuntamiento como miembros de la actual oposición conocen desde hace semanas, según explicó Bhardwaj, este proyecto que el actual presidente busca que sea el plan de viabilidad definitivo de una entidad deportiva que lleva años andando sobre un alambre, que acumula 7 millones de euros de deuda (impagos con proveedores, empresas afines, los propios jugadores y trabajadores) y cuyo futuro era una incógnita hace unos días.
El Rock Gym Village-Ciudad de Baloncesto pretende ser la respuesta a todos esos interrogantes y la llave que abra las puertas de un futuro esperanzador a un Club Baloncesto Valladolid sumido en lo institucional en un mar de dudas.