Las viviendas de uso turístico se expanden por la provincia

R.G.R
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Este negocio gana volumen cada año y pone en jaque a las casas rurales

A1-10224824.JPG - Foto: Jonathan Tajes

Las viviendas de uso turístico atraviesan un proceso de expansión por toda la provincia. La Junta mantiene abierto un registro de este tipo de alojamientos en todos los municipios y la estadística refleja ya que existen tantas viviendas de este tipo en los pueblos de la provincia como en la capital. 134 viviendas con licencia para acoger huéspedes, reconvertidas en su mayoría de casas familiares. El crecimiento de los últimos años ha sido exponencial y los ayuntamientos otorgan licencias para su apertura sin más requisitos que los marcados por la Junta de Castilla y León, más exiguos que los necesarios para la inauguración de una casa rural. Esta circunstancia está posibilitando que familias con una vivienda en el pueblo la trasformen con una reducida inversión para convertirla en establecimiento de uso turístico y obtener así una rentabilidad.

De esta forma, algunos municipios ya cuentan con ocho, seis o cuatro viviendas de este tipo. Llama la atención el caso de Tordesillas, que se sitúa en la casilla de salida respecto a las viviendas de uso turístico al tener ya 29, lo que supone que uno de cada cuatro establecimientos de este tipo está en este municipio.  

El responsable de Alojamientos Oliveira y alcalde de Tordesillas, Miguel Ángel Oliveira, explica que este pueblo tiene una gran afluencia de visitantes que se alojan en viviendas de uso turístico. Él mismo tiene varios de estos pisos en la localidad y también en la capital. Explica que Tordesillas es un nudo de comunicaciones y eso se nota en la llegada de viajeros que se aproximan cada año. «En verano llegan muchos usuarios que viajan por la Autovía de Castilla. El eje París-Lisboa nos deja muchos turistas y eso hace que no tengamos más remedio que disponer de una amplia oferta hotelera. «Ahora mismo estamos en un 60 por ciento de grado de ocupación anual en este tipo de alojamientos en Tordesillas, lo que nos sitúa en una media similar a la capital», destaca el regidor. 

Este tipo de alojamientos, muy presente en Tordesillas, se está extendiendo de forma progresiva en la provincia. Los pueblos del alfoz, como Arroyo de la Encomienda, con seis, y Simancas, con ocho, son algunas de las localidades que más tienen. «Este tipo de alojamientos está creando muchos puestos de trabajo y cada vez está más de moda en todos los pueblos de la provincia», sostiene Oliveira. 

Los clientes reservan este tipo de viviendas a través de portales de internet y acceden a sus residencias a través de un código para la apertura de las puertas. Las empresas o grupos que se dedican a este negocio compran, en ocasiones, edificios para reformar y hacer distintos apartamentos. «Se busca que sean bloques enteros para que no haya molestias con los vecinos».

Así, municipios del área metropolitana como Aldeamayor y también más alejados como Mojados o Medina de Rioseco ya cuentan con cuatro viviendas de uso turístico. «Poco a poco, cada vez son más», aclara el presidente de Valladolid Rural, Luis Chico, la asociación de propietarios de casas rurales. Aclara que se están viendo «muy perjudicados» por ?la entrada en servicio de estas viviendas, no ya en pueblos con una mayor población, sino en aquellos de reducido tamaño demográfico.  

En pueblos pequeños.

 

Ni más ni menos que 32 municipios tienen una única vivienda de uso turístico, algunos de ellos con poco más de cien habitantes censados como puede ser el caso de Robladillo y Torrescárcela. Este fenómeno se explica desde la óptica de familias que buscan obtener una rentabilidad por sus casas familiares. «En muchos casos se trata de casas de una familia vinculada al pueblo, que realiza una reforma o lo cede a un grupo inversor para su reconversión y al menos así saca algo de dinero por ello», explica Chico.   

De esta forma, la llegada de estas viviendas a todo tipo de municipios está ocasionando un aumento de la oferta de alojamientos y una «competencia directa» a las casas rurales a unos precios más económicos. «Nos complica mucho y nos hace mucho daño económico. No jugamos con las mismas reglas, ya que las casas rurales deben cumplir una serie de requisitos que no se exige a las viviendas de este tipo. Sin ir más lejos, nosotros debemos tener un seguro de responsabilidad civil que a los demás no se les exige», matiza Chico. 

Algunos propietarios de casas rurales están viendo cómo tienen que entrar en competencia con estos 'nuevos' alojamientos y pierden clientes al no poder competir en precios. «Ellos pueden dar estancias más económicas que nosotros porque no tenemos que cumplir todos los mismo requisitos», concluye Chico. 

En la provincia, existe una gran diversidad dentro de 134 viviendas turísticas existentes. Algunas se han abierto dentro de edificios, mientras que otras son casas unifamiliares o incluso se encuentran dentro de urbanizaciones rurales. La inmensa mayoría se trata de viviendas familiares que se han reconvertido en un piso turístico. Es el caso de  Sara Velasco con La Casona de Clotilde, en Sardón del Duero. Empezó en el año 2020 con la actividad a través de una casa familiar de unos 600 metros cuadrados. «Es muy grande y todos los inviernos estaba cerrada y entonces pensamos que teníamos esta opción para alquilarla y nos pusimos con ello», aclara. El turista que llega a esta vivienda en de carácter nacional y viene de visita sobre todo en los meses de verano. «Nos llegan turistas, especialmente del resto de España, que vienen a pasar algunos días en verano, sobre todo».

Lo mismo le ocurrió a Sara Luz Herrero. Posee una casa a las afueras de Hornillos de Eresma y hace tres años, justo antes de la pandemia, se puso manos a la obra para conseguir una vivienda de uso turístico. Se decantó por esta fórmula y no por una casa rural porque la tramitación es más sencilla y menos costosa. «Además, nosotros estamos a las afueras del pueblo y nos venía mejor». La casa era de la familia y querían que tuviera una utilidad. «La gente que nos llega es de aquí de España, no vienen turistas internacionales y, como suele ser normal en toda la zona, llegan especialmente durante los meses de verano». 

Esta llegada de viajeros es la que ocasiona un conflicto de intereses con las casas rurales, que ven cómo estos servicios les roban clientes sin tener que contar con los mismos servicios. Lamentan que, además de los intereses particulares de algunos emprendedores, existen grupos inmobiliarios que se dedican a este negocio y les hacen competencia. 

Juanjo Barrago gestiona una casa de ocho plazas en Cabezón, Los Senderos del Pisuerga. La abrió hace año y medio pensando, en un primer momento, en los fines de semana, pero poco a poco tuvo cada vez más demanda. «Ahora está enfocada más a los grupos de trabajadores de empresa que llegan a Valladolid y pueden hacer vida normal en esta casa. A las empresas les interesa mucho más que un hotel».