Santiago González

CARTA DEL DIRECTOR

Santiago González

Director de El Día de Valladolid


Villalar debe ser el epicentro de la fiesta de la Comunidad

23/04/2023

Villalar reunirá este domingo a miles de personas como cada 23 de abril, fiesta de la Comunidad y fecha en la que se recuerda la memoria de Padilla, Bravo y Maldonado, los comuneros ajusticiados tras su derrota a manos de las tropas del rey Carlos I. En esa fecha se apagó prácticamente la rebelión que dio inicio a la guerra de las comunidades, el levantamiento de unos hombres y mujeres en defensa de sus derechos y de otro concepto de entender el gobierno de los ciudadanos y de los territorios. Desde aquel 1521 han pasado poco más de cinco siglos, por lo que dejo a los historiadores explicar el significado de aquella revuelta, sus verdaderos objetivos y las consecuencias del aplastamiento que sufrieron en la Batalla de Villalar. Yo quiero centrarme en el pasado reciente, en el presente y sobre todo mirar hacia el futuro para convertir el municipio comunero en el epicentro de la fiesta autonómica.
Sin entrar ahora en los años en que formaciones de la izquierda radical acaparaban las campas y calles del pueblo como que fuera suyo, en los últimos años habíamos alcanzado una normalidad democrática, institucional y ciudadana que consolidó Juan Vicente Herrera con su presencia en la villa durante sus años como presidente de la Junta de Castilla y León. Estos gestos y esta apertura había ensanchado la fiesta y animaba a la presencia de personas de todo tipo, ideología y condición, lo que ha convertido a Villalar en lugar de encuentro, de celebración, de jornada festiva y familiar, sin olvidar por ello el carácter reivindicativo en recuerdo a los valores que representaba el movimiento comunero.
Tras los años de pandemia, ahora es la llegada de Vox al Gobierno y al Parlamento autonómico la que pone en duda otra vez una celebración popular en Villalar, que debe convertirse en el epicentro del Día de la Comunidad. El ahogamiento financiero a través de la Fundación Castilla y León obliga al Ayuntamiento a hacer un esfuerzo económico importante para mantener las actividades, algo que se ha conseguido por la solidaridad y generosidad de los grupos musicales y otras formaciones culturales y sociales. Y esta situación me trae a la mente el recuerdo de José María Aznar, otro presidente de la Junta que no quiso saber nada de los comuneros y durante 12 años llevó la fiesta de forma itinerante por toda la Comunidad. Todos estos movimientos políticos provocan una disputa, en apariencia, entre el municipio vallisoletano y otras provincias castellanas y leonesas, sin embargo nada más lejos de la realidad.
Villalar debe convertirse para siempre en el epicentro de esta fiesta, en el cogollo donde se rinda homenaje y recuerdo al espíritu comunero, reconociendo en ellos y sus valores a nuestros antecesores. Esto, sin embargo, no debe impedir que el Día de la Comunidad tenga presencia en otras capitales y pueblos de Castilla y León con actos populares, culturales e institucionales. En un territorio tan amplio no se puede focalizar todo en un solo punto geográfico y quizás de ahí venga ese desinterés regional por la concentración en Villalar más allá de las fronteras vallisoletanas o zonas aledañas.
Esta es una comunidad autónoma complicada. El sentimiento no ha calado a pesar de los años y quizás haya que esperar a una nueva generación para conseguir generar una trama homogénea, siempre con las diferencias de cada territorio, que permita la defensa de los intereses comunes y la reivindicación conjunta, que siempre da mucho mejor resultado que de forma individual. Soy consciente de la dificultad que entraña, pues para empezar deberíamos de acabar con las envidias internas y las luchas fratricidas, con el victimismo provincial y las puñaladas que acaban con las energías que deberíamos utilizar en luchar por un mejor futuro de todos.
Quizás todos estos deseos no sean más que papel mojado. Esteriles palabras que no sirvan para nada, pero me resisto a pensar que no somos capaces de ponernos unos junto a otros y tratar de levantar este territorio histórico. Villalar debe ser el principio de todo.