Jesús Fonseca

EL BLOC DEL GACETILLERO

Jesús Fonseca

Periodista


La carcajada general

03/12/2023

En la Dinamarca del siglo XIX, Søren Kierkegaard, aquel escritor que prefería el otoño a la primavera, porque en otoño «se mira al cielo y , en primavera, a la tierra», interpelaba a sus contemporáneos con preguntas que nos resultan de enorme actualidad. Mariano Fazio, desnuda el corazón del filósofo danés, al que deja hablar extensa y libremente, desde la duda y el padecimiento por la búsqueda de la verdad, para sacar a la luz la tensión que comporta toda existencia ética en el hombre común, que es el hombre universal; pero, al mismo tiempo, el hombre concreto que intenta alcanzar el yo ideal, a través de las circunstancias de su vida. A lo largo de su existencia, Kierkegaard, el Sócrates del Norte, puso en alerta a la sociedad de su tiempo sobre hasta que punto la verdad andaba «en despojo y humillación». Y como todo es, al decir del poeta, «dar vueltas y vueltas a la noria», vuelve el filósofo a despertar conciencias en nuestros días; esta vez, de la mano de uno de los autores actuales de más serena inteligencia con que contamos: el argentino Mariano Fazio. «Sucedió una vez, en un teatrillo, que el fuego prendió amenazante entre bastidores. El payaso acudió para avisar al público de lo que ocurría. Creyeron los asistentes que se trataba de una broma más y aplaudieron; aquel lo repitió y ellos rieron aún con más ganas. De igual modo pienso que el mundo se acabará con la carcajada general, convencidos de que se trata de una broma». Recuerda Fazio este texto de Kierkegaard al comienzo de su libro 'Kierkegaard una introducción', pulcramente editado por RIALP. El difícil carácter del danés y su tendencia a la sorna, junto al enfrentamiento con la Iglesia Luterana de Dinamarca –la Iglesia del Estado–, es decir, «el orden establecido», fue tan cruel que lo llevaría a la tumba. A partir de ahí Mariano Fazio va, página a página, desgranando la obra del filosofo y sus estadios existenciales, para llegar a esta conclusión: disfrutar y divertirse, como única meta de la vida, todo aquello que a uno se le viene en gana, sin sujetarse a un orden establecido, ni comprometerse, o comportarse con lealtad con nada ni nadie, «conlleva un vida sin peso». Sin ton ni son, como tantas. Es esta verdad la que medula el libro de Fazio, a caballo entre la biografía y el ensayo, detrás de la cual está el encuentro del yo con el Absoluto. Es decir, la dependencia del individuo respecto a Dios y su libertad, también plena, precisamente porque está fundamentada en la Divinidad. El deber moral será así una manifestación de esta identidad. De ahí que, Kirkegaard, considere totalmente equivocada la proclama moral kantiana de considerar al hombre como auto legislador universal, que se niega a encontrar cualquier imperativo categórico, o mandato divino, más allá de lo puramente inmanente. Felizmente, amable lector, todavía existen páginas volanderas en las que poder desgranar estas verdades eternas, así no estén en uso.