El 60% del suelo industrial de la Diputación está vacío

R. Gris
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La institución solo ha vendido seis parcelas en los últimos cuatro años a pesar de subvencionar la mitad del coste a los empresarios durante dos ejercicios completos

Polígono industrial de San Miguel del Arroyo, el que tiene mayor superficie. - Foto: J. Tajes

Seis de cada diez metros cuadrados de suelo industrial que la Diputación de Valladolid tiene en la provincia están vacíos. La institución dispone de los polígonos de El Carpio, Villalón de Campos, Mayorga y San Miguel de Arroyo con una superficie de 96.485 metros cuadrados, de los 62.965 están vacíos. La institución provincial ha puesto en marcha varias iniciativas para fomentar su ocupación por parte de los empresarios durante este mandato, pero los resultados no han sido los esperados.  

El propio presidente de la Diputación, Jesús Julio Carnero, recordaba en la sesión plenaria ordinaria del mes de febrero que desde 2014 se habían comercializado seis parcelas en el suelo industriales. «Se vendieron dos en 2014, dos más en 2015 y dos en 2018», comentó, hablando del caso de San Miguel del Arroyo. Carnero manifestó que la apuesta de la institución se ha basado en la implantación de nuevas compañías en este suelo y para ello se ha destinado un montante de 150.000 euros para la llegada de nuevas empresas a estos polígonos industriales y recientemente, a principios de febrero, la institución ha hecho pública otra línea de ayudas para favorecer la generación de empleo en la provincia, mediante la concesión de incentivos y ayudas económicas. «Durante este mandato hemos realizados también acciones de difusión en las páginas web». La pasada semana, la Junta de Gobierno de la institución aprobó una ayuda de 10.000 euros para la llegada de Sat Cascalejos a San Miguel del Arroyo. 

El equipo de Gobierno de la Diputación también ha mejorado este mandato la bonificación que mejoran las empresas que se instalan en algunos de estos cuatro polígonos. La institución cubría el 50 por ciento del coste del suelo durante el primer año y el 25 por ciento durante el segundo, mientras que ahora llega a la mitad de la cuantía durante los dos años. Igualmente, también se ha limitado la cuota mensual que se paga por la ocupación de los viveros de empresa de El Carpio y Mayorga hasta los 450 euros. 

Sin embargo, todas estas medidas no consiguen que el ratio de ocupación haya mejorado durante estos últimos años. San Miguel del Arroyo, el espacio con mayor superficie de los cuatro, se encuentra al 37,8 por ciento, según los propios datos que maneja Sodeva. 

Eso significa que el resto de parcelas está libre. Este suelo industrial está compuesto por 42.456 metros cuadrados, de los que 26.368 están sin ocupar. Los precios de estas parcelas son los más elevados de todos, ya que oscilan entre los 23,5 euros y los 43,7. 

De todas formas, el polígono de San Miguel del Arroyo se encuentra en mejor situación que los casos de Mayorga y El Carpio. En el primero se puede ver un desinterés por parte del empresariado en la instalación en esta zona. El polígono únicamente registra un grado de ocupación del 16,8 por ciento. De los 25.423 metros cuadrados de suelo industrial con los que cuenta el municipio, más de 21.000 están vacíos. Es decir, ocho de cada diez metros no cuentan con ningún negocio. Y eso teniendo en cuenta que el precio que la Diputación ha fijado es de 25,86 euros el metro cuadrado y de esta cantidad habría que reducir la mitad durante los dos primeros años. La superficie de cada una de las 25 parcelas de las que dispone el polígono son variadas. De las 21 que están disponibles la mayoría ronda los mil metros cuadrados. 

La situación en El Carpio es algo más esperanzadora, aunque tampoco es buena. En este espacio, el grado de ocupación es del 25,4 por ciento, casi nueve puntos porcentuales más que en Mayorga. De los 20.?526 metros cuadrados, 15.302 están libres. En este caso, el precio del suelo se sitúa en 21,2 euros. 

La imagen que dejan estos espacios industriales repartidos por la provincia es claramente mejorable, ya que las empresas que se sitúan en estos pueblos son pequeños ‘islotes’ en un entorno sin una actividad laboral acorde a un espacio de estas características. Se podría decir que lo peor no es la situación actual, sino las expectativas de mejora a pesar del esfuerzo que está realizando la Diputación son escasas. 

La situación de estos polígonos no es nueva, sino que en algunos no se ha vendido una sola parcela durante este mandato, lo que evidencia la falta de interés por parte del empresariado. La Diputación buscaba la dinamización de estas zonas y por eso creó estos polígonos a sabiendas de la dificultad para la venta de parcelas. 

Villalón de Campos es una excepción, ya que se encuentra prácticamente al completo. Tan solo una parcela de 168 metros cuadrados están todavía sin vender en este polígono, que cuenta con un grado de ocupación del 97,9 por ciento. En este caso, la Diputación fijo en 14 euros el precio del metro cuadrado, lo que significa que si una empresa ocupara la superficie libre que aún resta lo haría a un precio muy por debajo del valor del mercado. Y más aún si se tienen en cuenta la bonificación por parte de la Diputación. 

Aunque existe una gran variedad dentro de las empresas instaladas en cada uno de los cuatro polígono, sí se refleja una preferencia de aquellas compañías que están relacionadas con el sector agroalimentario.