Tercera generación y referencia en Medina

M.B.
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Los hermanos Lucio y Diego Baz nos abre las puertas de este bar restaurante con 43 años de historia

061023JT_0022.JPG - Foto: Jonathan Tajes

Lucio y Diego Baz son ya la tercera generación en la Mejillonera, un bar-restaurante abierto hace 43 años y que sigue siendo referencia en Medina del Campo. En sus inicios por su extensa barra de tapas, que llegaba a acumular a filas y filas de medinenses y visitantes. Y ahora por su restauración y por su apuesta decidida por la gastronomía mediterránea, pero sin dejar de mirar a la vanguardia.

El abuelo de Lucio y Diego, Lucio, «un adelantado a su tiempo», fue el que apostó por desembarcar en Medina desde Madrigal de las Altas Torres. Allí regentaba un restaurante desde los años 60 del pasado siglo. Y desde allí se decidió por ampliar el negocio dos décadas más tarde. «Pero a los tres meses se murió un hermano de mi padre en accidente de tráfico y mi abuelo quiso dejar el negocio. Fueron mis padres los que decidieron quedarse con él», señalan los que son hoy tercera generación. Así que ese mismo 1980, año de su apertura, ya se pusieron al frente Manuel Baz y Fe Paniagua. Mantuvieron el nombre que ya existía, Mejillonera, y apostaron por el mundo de la tapa y los pinchos, con una barra en la que se veían cada día entre 40 y 60 propuestas diferentes.

Allí crecieron los dos hermanos, Lucio y Diego –«nos hemos criado aquí, casi debajo de la televisión»–. Ambos empezaron en el negocio con la adolescencia. Y tras la jubilación de sus padres, pasaron a hacerse cargo de este establecimiento hostelero, ubicado en la calle Cuenca, 3, a poco más de 300 metros de la Plaza Mayor de la villa medinense.

061023JT_0050.JPG061023JT_0050.JPG - Foto: Jonathan Tajes

Con su llegada también lo hicieron restaurante. Así, desde septiembre de 2018 cuentan con un amplio comedor contiguo, que se une a la siempre concurrida barra, en la que se llegaban a reunir en sus inicios hasta cuatro filas de clientes. «Seguimos siendo la Mejillonera, pero no tenemos las 60 tapas a la vista.Ahora sale todos desde la cocina, hecho al momento. Nos enfocamos más a la restauración, apostando por el producto», aclaran los hermanos Baz. Su cocina es mediterránea, «pero con un toque de vanguardia, buscando diferenciarnos». Diego y Lucio insisten en su apuesta por el producto y «por tratarlo de la mejor forma posible».

Antes de la pandemia tuvieron menú pero ahora solo trabajan con una carta que presentan en dos formatos, el de la barra y el del comedor, con snacks (solo en terraza y barra), entrantes y principales; que se pueden leer escritos en manteles y sobres de papel. 

«Mantenemos snacks de toda la vida, como fritura de calamar, de chopitos, croquetas o sepia; y luego platos de siempre, que nos han funcionado desde el cambio a restaurante, como el canelón meloso de lechazo», añaden. Cambian alrededor de un 25% de la carta cada tres meses –de hecho les toca ahora en unas semanas–. Hacen jornadas gastronómicas, como la del atún rojo, micológicas... Y por supuesto mantienen los mejillones en su carta, ahora al vapor, tomate picante o thai: «Seguimos vendiendo muchos pero no a los niveles de hace años».

Entre fogones cuentan con Héctor como jefe de cocina. Tras trabajar en Denia (Alicante) o el restaurante Entretierras en Urueña, regresó a casa de la mano de la Mejillonera. Junto a su equipo de trabajo preparan esos cambios de carta, «en el que todos probamos, esto es un ensayo-error».

El bar-restaurante Mejillonera abre todos los días menos los martes. Tanto para comidas como para cenas, y cuenta con una capacidad para un centenar de comensales, gracias a ese comedor donde pueden atender a unos 55, la terraza y la zona de la barra.

En este restaurante, además, se cuida mucho el tema de los vinos, con una cava de reciente inauguración, para su propio abastecimiento y algunas catas; y más de 150 referencias de todas las DO de España. «Después de más de 40 años, en aquellos años 80 en los que nuestros padres consiguieron ser una de las mejores casas de comidas de Medina del Campo, aquí seguimos ilusionados como el primer día», dejan claro desde la Mejillonera.