«Llevaremos estatuas grandes de los Goya a los barrios»

M. Rodríguez
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«Llevaremos estatuas grandes de los Goya a los barrios, sobre todo a los sitios más emblemáticos, para que la gente pueda hacerse foto

Ana Redondo concejala de Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Valladolid - Foto: Jonathan Tajes

Todavía con la resaca de la celebración de esta designación, Ana Redondo reitera que es un premio a la ciudad, un chute de autoestima y con impacto difícil de cuantificar. Defiende que esta apuesta forma parte de una estrategia que se basa en sacar el máximo rédito a una 'ciudad de cine', donde el próximo objetivo es ofrecer una apuesta formativa completa y poner en marcha un museo de cine con el aval del Ministerio de Cultura.

Lo de la gala de los Goya es de esas noticias que algunos no se creen. ¿Ese era el mayor reto, creer que Valladolid la podía acoger?

Creo que ese es el principal escollo que hemos superado: el que hubiera una sensación de que no podía Valladolid albergar los Goya. Y, sin embargo, este es un triunfo de ciudad. Estamos preparados y llevamos trabajando mucho tiempo. Somos una ciudad muy cinéfila, donde el cine es uno de los motores culturales, y afortunadamente vamos a dar un salto con los Goya en Valladolid. Somos una ciudad de premio y no nos lo creemos.

¿Qué implica organizar esta gala?

Los Goya son, sin ninguna duda, el evento cultural más importante del país. Pero también son un reto para una ciudad como Valladolid, que está a la altura.

¿Qué ha sido lo más difícil de resolver para la organización?

La dificultad mayor era el espacio porque es verdad que no tenemos un lugar ya creado como el que tenía, por ejemplo, Sevilla para albergar un gran evento. Hasta ahora organizábamos citas que podían caber en el Calderón o en el Delibes, pero no eran de la magnitud de los Goya. Por eso, cuando los miembros de la Academia de Cine valoraron la posibilidad de Valladolid, lo primero que nos dijeron es que había que ver con qué espacios contábamos.  Y entre los espacios, el único en el que encajaba una gala de estas características era la Feria de Valladolid. Tiene espacios que se pueden acondicionar y metros cuadrados suficientes para recibir este evento.

¿Ya está todo diseñado?

En el pabellón 4 se desarrollará la gala. Y luego se necesitan espacios adyacentes para la alfombra roja, donde todas las estrellas se presentarán a los medios de comunicación, además de un graderío para esos medios. En un evento de estas características se suelen acreditar unos 400. También se necesitan espacios para las personas que van a entregar los premios, además de otro para la fiesta postgala, que se prepara para unas 3.000 personas. Se necesita mucho espacio y muchos elementos que la Feria, afortunadamente, puede albergar.

Acondicionar la Feria requiere una importante inversión, donde esperan la colaboración de más administraciones. ¿Hay ya confirmación positiva?

Estoy convencida de que el resto de administraciones se sumará. Es verdad que nosotros hemos emprendido el camino, pero estamos hablando del principal evento cultural del país y en todas las ciudades donde se ha desarrollado, ha existido colaboración pública, pero también del sector empresarial. Esto es imagen de ciudad y de territorio. Habrá un antes y un después de los Goya en Valladolid. Es un reto colectivo y será un triunfo colectivo.

Siempre hay quien ve el vaso medio lleno y se duda de las cifras de impacto que se han barajado. ¿Tienen algún informe que las avale?

Hay tangibles e intangibles. Hay impactos económicos que rondan los 60 millones, y hay otro intangible, que para mí es mayor, que es la imagen y el orgullo de ciudad. Por un lado, la capacidad que tendremos a partir de ese momento de albergar un gran espectáculo, evento cultural o programa de televisión. Eso nos catapulta al grupo de ciudades, que son muy pocas, que lo pueden hacer. Eso supone jugar en primera división de los grandes eventos. 

Y, de cara al interior, a la propia ciudadanía, donde muchos no se lo creían porque dudaban de la capacidad de poder hacerlo. Si la Academia ha avalado nuestro proyecto es porque la ciudad está detrás de ese proyecto. Y ese intangible de ser una ciudad de primera es muy valioso.

La Academia valoró también el programa de actividades complementario. ¿Cuándo se visualizará que la ciudad es la anfitriona?

A partir de ya. La mayoría de las programaciones de aquí a final de año van a hacer un guiño a lo Goya. Lo haremos en TAC, en las fiestas,… Y habrá una programación específica. La Academia planteará una propia para los 15 días anteriores a la gala, pero nosotros ya estamos trabajando para que los Goya estén muy presentes en Valladolid y nadie pueda despistarse de la gala de febrero.

¿Será un evento que solo se viva en el centro o llegará a los barrios?

Eso lo tendremos muy presente en la programación. Y el ejemplo es Seminci, que ya tiene su propio Territorio Seminci, que implica que muchos centros cívicos programan películas ganadoras del festival en ciclos en torno a las fechas de su celebración. Y con la gala hay una posibilidad de llevar estatuas grandes de los Goya a los distintos barrios, sobre todo a los sitios más emblemáticos para que la gente pueda hacerse fotos. Además, probablemente llevaremos photocall a los barrios para que los vecinos puedan participar y tener ese recuerdo. Hay muchas acciones que se pueden hacer para que toda la ciudad vibre con los Goya y nadie será ajeno a este acontecimiento.

Los grandes beneficiados serán hosteleros y hoteleros. ¿Han planteado acciones específicas, como podría ser un postre de los Goya?

Toda la ciudad se va a volcar y sumar a esta gran fiesta. Es muy pronto para avanzar detalles, pero tendremos reuniones después de Semana Santa para darles toda la información que podamos porque hemos aprobado un acuerdo de confidencialidad para que determinados detalles se preserven. Una de las cuestiones que ha valorado mucho la Academia es la planta hotelera de Valladolid, aunque quizás de cinco estrellas nos falte algún hotel, pero no todas las ciudades la tienen tan potente. Ellos ganarán, pero también la ciudad.

¿Están notando el efecto publicitario del anuncio en los visitantes de Semana Santa?

Es difícil de valorarlo, pero estoy segura que sí  porque fuimos una de las noticias más vista de esos días. Ese retorno de los Goya ya empieza a ser efectivo. Valladolid ha estado en todos los medios de comunicación, y eso nos ilusiona porque se hablará de nosotros en sitios donde es muy difícil llegar. Y eso supone que gente que no conoce la ciudad o no tenía pensando visitarla ahora se anime.

¿Será una buena Semana Santa?

La climatología cuenta. Y esta Semana Santa hemos hecho un gran esfuerzo en promoción nacional e internacional en países especialmente significados por el turismo religioso.

Todo esto coincide con una época de balance del equipo de Gobierno y con el foco puesto en las elecciones municipales. ¿Son los Goya la guinda del pastel de su área?

Siempre digo que este área no es secundaria, ni mucho menos, porque es la de la felicidad; la que impulsa y es capaz de llevar el sentimiento de satisfacción a la ciudad, además de ser el termómetro del bienestar, que también tiene una parte de impulso económico. Si hablamos de una ciudad que pretende que sus ciudadanos vivan lo mejor posible, la cultura no es algo secundario. Y por eso en este tiempo se ha incrementado el presupuesto y se han cumplido los objetivos marcados.  

Se ha mantenido y mejorado el pulso cultural y esto tiene su peso en el turismo; también se han cubierto vacíos, como en el tema del patrimonio, y se ha llevado al máximo la calidad de los eventos que hacemos, entre otras cosas.  Cogimos una ciudad mediocre y creo que en este momento competimos por la excelencia.

Habla de un salto cualitativo en la calidad de los eventos. ¿Tienen cerrado el programa de San Pedro Regalado? ¿Habrá ya un guiño?

Los Goya estarán presentes en todas las programaciones que hagamos. Esa será la estrategia. Pero las fiestas de San Pedro Regalado tienen ese punto más de tradición, música de raíz, de actividades que son propias de los castellanos y vallisoletanos, y queremos seguir incidiendo en fomentar la música tradicional. 

Acabamos de inaugurar la exposición 'Tahona, amasando la tradición. 50 años de folk en Valladolid'. Lo que se pretende es poner en valor la producción de grupos locales muy importantes, que han conseguido mantenerse y que hoy en día estemos hablando de un resurgimiento importante de la música de raíz. Nosotros reivindicamos este género y queremos que esté presente en las fiestas patronales.

El año pasado la apuesta fue el festival de música celta, con Carlos Núñez a la cabeza. ¿Seguirá este año esa línea?

Este año se está cerrando, pero Carlos Núñez sigue siendo el director de esa programación. Hemos confiado en él porque lo que nos gusta de ese festival es que aúna la música de raíz castellana con la celta. Y ese diálogo entre dos tradiciones nos parece que es una buena manera de engarzar las piezas de ese festival.

Hablando de directores. ¿Cómo está el proceso para elegir el de la Seminci?

Creo que es factible que se cierre a finales de abril o principios de mayo. Creo que entre los 19 candidatos hay figuras realmente importantes y relevantes en el mundo del cine. Y estoy orgullosísima que se hayan presentado esos candidatos porque eso significa que Seminci está muy alto. Es un gran festival, que está entre los tres mejores de España. 

Estos eventos generan impacto económico en la capital porque la cultura también es una industria. Y otra apuesta que tienen es que Valladolid sea una localización ideal para rodajes audiovisuales. ¿Serán los Goya el impulso definitivo para difundir sus atractivos?

El audiovisual es una industria y lo sabíamos cuando en 2019 nos presentamos a la candidatura Unesco que, finalmente, también conseguimos. Esto implica que hay una estrategia, que ya ha avanzado mucho. Por ejemplo, además de la feria de localizaciones, que se celebra en la Feria de Valladolid y que en su segundo año ha duplicado el número de participantes, se han hecho tres ferias más pequeñas con productores de cine publicitario. También se ha conseguido que hemos pasado de ser una ciudad donde apenas se rodaba a ser anfitriona de grandes películas como Voy a pasármelo bien o series como la de Memento Mori, pero también anuncios muy impactantes. Eso supone un salto muy importante.

¿Y cuál es el próximo reto?

Creo que es doble. Por un lado, ser capaces de ser la sede de un centro de formación para todas las profesiones conectadas con el cine, ya sea una facultad o una escuela profesional. Y afianzarnos como un gran plató de rodaje donde se puedan desarrollar proyectos importantes. En este momento, no lo tenemos. Es verdad que hubo algún proyecto en la zona de Las Norias, donde alguna empresa nos ofreció un proyecto formativo, sobre todo. Y al final no pudimos avanzar porque llegó la pandemia. Pero hay que retomarlo porque la formación es muy importante. Además, ya tenemos una tradición con la Cátedra y el máster de cine, donde colaboramos. Pero nos falta algo más, la formación integral, cualificada y reconocida. Ese reto cerraría un círculo si somos capaces de generar un espacio.

¿Cuál sería ese espacio?

Ese espacio lo tenemos en las naves de Renfe. Es un espacio culturalmente que hay que mantener, es un patrimonio de la ciudad que tienen muy pocas ciudades. Esos antiguos talleres hay que recuperarlos. Serían fantásticos para una propuesta de Javier Angulo, que me resulta un poco más complicada, pero que hay que luchar: un museo del cine. Seguimos peleando por ese proyecto porque es un proyecto potentísimo porque no es un museo al uso, es de última generación. Aquí todo pasaría por la realidad virtual, el ciberespacio y la capacidad de generar nuevos mundos a través de la tecnología. Sería un proyecto nacional y la Academia está muy interesada. Hay que insistir en el Ministerio para que ese museo virtual pueda estar en Valladolid. Y así aunaríamos la recuperación del patrimonio de la ciudad y ser motor de la industria audiovisual.