La víctima de la Circular murió dos horas después del robo

D.V.
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Los forenses que examinaron el cadáver califican de "etiología homicida" la muerte de la septuagenaria, a causa de una insuficiencia cardiaca con motivo del estrés psíquico y físico y debido a las dificultades respiratorias al estar amordazada

La víctima de la Circular murió dos horas después del robo - Foto: EP.

Los médicos forenses que examinaron el cuerpo de María Aguña, la mujer de 73 años fallecida en octubre de 2018 tras ser víctima de un robo en su domicilio de la plaza Circular de Valladolid, calificaron este martes de "etiología homicida" la muerte de la titular del inmueble a causa de los golpes recibidos y las dificultades respiratorias provocadas por la cinta americana que usaron los autores para amordazarla. La pericial aportada por ambos profesionales determina que la septuagenaria presentaba hasta un total de 13 lesiones, de ellas ocho sufridas antes de fallecer y el resto postmortem o incluso anteriores.

En el caso de las padecidas en los momentos previos al óbito, el informe refiere lesiones por traumatismo en la cabeza, con afección a la zona de ambos ojos y la nariz, la región malar derecha, la zona del parietal izquierdo, el hombro, una mano y el antebrazo, entre otras, que provocaron a la anciana una hemorragia occipital que, de no haber fallecido, hubieran obligado a su internamiento hospitalario y tratamiento correspondiente al tratarse de lesiones "graves".

La muerte, han confirmado ambos forenses en declaraciones recogidas por Europa Press, fue de "etiología homicida" a causa de una insuficiencia cardiaca con motivo del estrés psíquico y físico sufrido por María al ser golpeada y debido a las dificultades respiratorias que le provocó la cinta adhesiva que cubría su boca y parcialmente sus fosas nasales.

Los expertos también han fijado la muerte sobre las 15.00 horas del 17 de octubre de 2018, "más o menos", con un margen de cuatro horas y media antes o después, es decir, en torno a dos horas después del asalto.

Además, han precisado que con un corazón sano, frente al "patológico" de la mujer--sufría una cardiopatía crónica--, el desenlace habría sido posiblemente distinto o que también podría haberse evitado el fallecimiento con una atención precoz sanitaria tras el asalta a su vivienda.

El informe presentado por los dos forenses se ha poducido en el sexto día del juicio con jurado que se viene celebrando en la Audiencia de Valladolid por el denominado robo y crimen de la plaza Circular de Valladolid, en que también ha comparecido el jefe de la investigación policial.

ADN DE ANTÓN Y LOS DOS GABRIEL

En la jornada de tarde, dos agentes de la Policía Nacional que efectuaron el análisis de ADN en el escenario de los hechos han situado en el piso de María a tres de los seis encausados, a los tres presuntos sicarios (Antón A.M., Gabriel E.K. y Gabriel M.K.), a tenor del perfil genético del primero localizado en la superficie de la cinta americana usada para maniatar y amordazar a la anciana, los restos del segundo en una mancha de sangre hallada en la palma de la mano izquierda de la víctima y en una caja de cartón y los del tercero, exclusivamente, dejados en la referida caja.

También han comparecido dos expertas del Servicio de Histopatología que, en una pericial de escasa relevancia, han testificado para confirmar que la víctima presentaba una severa hipertrofia cardiaca, como demuestran los cerca de 800 gramos que pesaba dicho órgano--supone una "patología crónica importante"--, que nada tiene que ver con su muerte.

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