La negociación entre Podemos y Sumar se encuentra en estos momentos en vía muerta, a pesar de la insistencia por parte del PSOE para que lleguen a un acuerdo y, así, concurrir juntos en las listas electorales previstas para finales de año. Incluso podría darse el caso de que, si las negociaciones no se desbloquean, la izquierda pudiera presentarse a los comicios generales con tres formaciones diferentes.
El interés de Pedro Sánchez de evitar a toda costa la fragmentación es meridianamente claro, ya que su objetivo es intentar reeditar la coalición que le permita seguir en La Moncloa, lo que también implicaría seguir pactando con otras fuerzas minoritarias que ya conocemos. Resulta evidente que un divorcio entre las fuerzas de izquierda les restaría votos y pondría freno a la cuadratura del círculo a la que aspira el presidente del Gobierno. Sánchez tampoco oculta su debilidad por Yolanda Díaz y su deseo de que la actual vicepresidenta encabece esa opción a la izquierda del PSOE, al considerarla con más empaque y capacidad de liderazgo que al resto de candidatos y candidatas progresistas. Por eso pretende compartir con la también ministra de Trabajo buena parte de la estrategia electoral, poniendo en valor los éxitos obtenidos por un Gobierno de coalición comprometido con los avances sociales.
Pablo Iglesias, quien dirige realmente a la formación morada, augura esta amenaza y, por ello, insta a la convocatoria de primarias para tratar de evitar el varapalo de su partido si Yolanda Díaz se convierte en la nueva capitana, pues no acepta que Podemos vaya de comparsa de Sumar.
Consciente de ello, el secretario general de los socialistas sabe que su partido en solitario no tiene ahora la capacidad para competir con el PP tras años en el poder y el consiguiente desgaste político. Como también conoce, igualmente, que las disputas palaciegas y los juegos de artificio que suelen caracterizar las relaciones entre PP y Vox quedarán en agua de borrajas llegado el caso de a quién va a respaldar la formación liderada por Santiago Abascal. De ahí, la imperiosa necesidad que tiene Pedro Sánchez de que el proyecto de Yolanda Díaz cuaje si quiere seguir siendo el principal inquilino de La Moncloa, restando de paso protagonismo a los 'podemitas' que tanto le han complicado la actual legislatura. Posiblemente, los resultados que obtengan los morados en las elecciones autonómicas y municipales de mayo servirán para seguir con este 'juego de tronos' por la supremacía de la izquierda.
Sin duda, asistiremos a diferentes episodios durante estos próximos meses que nos van a dejar suficientes pistas de la correlación de fuerzas que vive la izquierda española.