El vallisoletano Eugenio Ampudia expone en Gijón

D.V.
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El artista alerta sobre los riesgos y desequilibrios de la crisis climática en la exposición 'Kilos de oxígeno en la zona de intercambio' en el Museo Barjola, donde podrá contemplarse hasta el próximo 9 de junio

Eugenio Ampudia en Gijón. - Foto: ICAL

El artista vallisoletano Eugenio Ampudia (Melgar de Arriba, 1958) invita a reflexionar sobre los riesgos y desequilibrios que provoca la crisis climática en la exposición individual 'Kilos de oxígeno en la zona de intercambio', que ayer viernes abrió sus puertas en el Museo Barjola de Gijón. La muestra, que permanecerá abierta hasta el próximo 9 de junio, alerta además sobre los riesgos de la globalización, entre los cuales alude a la "violenta pérdida de identidad" y el "empobrecimiento cultural" que acarrea el cambio en las dinámicas relacionales que se ha establecido en las últimas décadas. 

Con su trabajo en Gijón, Ampudia invita al espectador a mantener la consciencia, individual y colectiva, sobre la necesidad de no bajar la guardia respecto al ninguneo sistemático del imprescindible enclave local de las fases relacionales globales". En declaraciones a Ical, el artista explica que el título de la muestra alude al intercambio que se produce entre países más y menos desarrollados, en relación con las cuotas que cada uno tiene para generar una cierta cantidad de monóxido de carbono-

"El problema básico que tenemos es que solo podemos vivir desde la cota cero del mar hasta los 4.000 metros, gracias al oxígeno que han aportado los vegetales, las plantas y los árboles durante toda la vida del planeta. En el mundo en que vivimos se intercambian emisiones de carbono por dinero y eso me parece algo muy preocupante", denuncia antes de advertir de que "está en riesgo" nuestra propia supervivencia, y es su intención "evidenciarlo".

Según explica, tres son las piezas que conforman la propuesta ,todas ellas ubicadas en la capilla del centro. En primer lugar, en el testero de la capilla se exhibe el vídeo 'Ode to Joy (Oda a la alegría)', un concierto protagonizado por alrededor de quince objetos de uso cotidiano (cacharros de cocina de diversa índole) que, al recibir gotas de lluvia sobre el agua acumulada, hacen llegar a los oídos de los visitantes una lacónica interpretación del Himno de Europa, el 'Himno a la Alegría' de Beethoven. 

"Los cambios climáticos están determinando un mapa de reparto desigual que en su lectura nos deja una triste partitura irregular no exenta de momentos triunfales, aunque sean el acompañamiento del naufragio de un, anteriormente determinado como insumergible, Titanic", apunta el artista sobre esta pieza de reciente creación, que hasta el momento solo se había podido contemplar en el Palacio Quintanar de Segovia. 

Cerca se encuentra la obra 'Interlocutores válidos', una pieza del Musac que es una montaña de harina con un dispositivo que proyecta huellas de modo que parecen salir del montón, dejando sus marcas en el espacio circundante, insinúan "el paso común del connivente recuerdo como adelanto de un futuro solvente". 

Por último, bajo la cúpula, se ha ubicado la instalación cinética 'Somos aquello que dejamos de ser', una obra que exhibió recientemente en ARCO (donde fue adquirida por la Fundación María Cristina Masaveu Peterson, que es un móvil realizado con palos de deriva que fueron arrastrados por el mar a las playas, después de haberlos desgastado durante mucho tiempo ("casi son esculturas en sí mismos", advierte), bajo los cuales ubica hojas de limonero pasadas a bronce. Esta obra, señala, está concebida a modo de nexo, casi sagrado (como un tránsito entre los pies y el testero de la capilla), entre antes-ahora, pasado-futuro, tradición-actualización, ir-volver, recordar-olvidar, opción-decisión, sueño-realidad, naturalezas-culturas, humano-no humano...

Las tres obras constituyen entre sí un discurso trascendente, a modo de panegírico de un contexto responsablemente sostenible, se integran y mimetizan con las raíces históricas del nuevo terreno ocupado.

Invitación al pensamiento

Con su trabajo multidisciplinar, Eugenio Ampudia ha sido distinguido con galardones como el Premio AECA al mejor artista español vivo representado en ARCO18 (un reconocimiento que ya alcanzó en 2008), y el Premio ARCO-BEEP, Colección de Arte Electrónico.

Su obra indaga, bajo una actitud crítica, sobre los procesos artísticos, el artista como gestor de ideas, el papel político de los creadores, el significado de la obra de arte, las estrategias que permiten ponerla en pie, sus mecanismos de producción, promoción y consumo, la eficacia de los espacios asignados al arte, así como sobre el análisis y experiencia de quien las contempla e interpreta, y en los últimos años ha centrado su investigación en la relación inter-especies y una cosmovisión anti-antropocéntrica, proponiendo una nueva mirada hacia nuestra relación con otras especies.