La Consejería de Sanidad tiene entre manos un proyecto mediante el cual pretende limitar las consultas telefónicas de los médicos, para dejarlas en un máximo de cinco al día por facultativo. La decisión llega después de unos años de comprobar que esta medida ha supuesto un importante aumento de la carga asistencial para el sistema. Y esto es así por varios motivos. Uno de los principales es el uso inadecuado que hacen algunos ciudadanos de esta herramienta, aunque sea de forma involuntaria. Las llamadas están concebidas para citas que tienen casi más que ver con trámites administrativos que con temas relacionados con la salud, pero muchos usuarios utilizan el teléfono para intentar explicar al médico las dolencias que tienen. Y esto no sirve de nada, porque el profesional siempre les insta a pedir una cita presencial. Es decir, al final la consulta acaba duplicándose, porque la telefónica no procede y el paciente tiene que volver a pedir otra presencial.
Además, a este factor se suma la mayor accesibilidad que suponen las citas telefónicas. Un sistema que pueden utilizar incluso los pacientes que están fuera de Valladolid. Y esto ha hecho que las consultas se incrementen.
En principio, las consultas telefónicas están pensadas para cuatro casos concretos: dar los resultados de una prueba, solicitarla, hacer seguimiento de un diagnóstico previo o renovación de recetas. Bien es cierto que no todo el mundo lo tiene claro, y Sanidad tampoco ha hecho mucha pedagogía en este sentido. Actualmente no hay límite a las consultas telefónicas. Son los pacientes los que eligen el sistema que mejor les viene. Un médico puede tener un día concreto hasta un 80% de consultas por teléfono, lo que puede dejar un estampa de pocos pacientes en el consultorio, lo que no significa que el médico no esté trabajando al teléfono dentro.
Los datos de la propia Consejería de Sanidad ponen de manifiesto que muchos pacientes optan por ahorrarse el viaje y se decantan por la cita telefónica. El año pasado se gestionaron en los centros de salud de la ciudad y los consultorios locales de la provincia unas 2,8 millones de consultas y cerca del 45% de ellas fueron por teléfono.
Donde sí que se observan diferencias es entre el ámbito rural y el urbano. En los pueblos es mucho más habitual que los pacientes acudan al médico de forma presencial, mientras que en las ciudades, donde es menos cómodo hacerlo, si tira más de teléfono.
Si el análisis se hace por centros de salud o consultorios, se observa que en algunos pueblos, como San Pedro Latarce y Nava del Rey, las telefónicas no llegan ni al 20%, mientras que en la ciudad hay centros donde son mayoría. El que se lleva la palma es Parquesol, donde el 55,1% de las 137.472 citas del año pasado se hicieron por teléfono. También en Arturo Eyries se da esta situación (51,4%), así como en los centros de salud de Parque Alameda-Covaresa (50,3%) y Pisuerga (53,7%), y en algunos pueblos de tamaño mediano o grande, como Boecillo (53,1%), La Cistérniga (54,5%), Cabezón de Pisuerga (50,2%), Mojados (50,9%) y La Pedraja de Portillo (52,1%), entre otros. El caso más extremo, la excepción que confirma la regla, es el del consultorio rural de Medina del Campo, con solo el 29,5% de citas en persona.
Las cinco citas telefónicas que podrían tener como máximo los médicos si se implanta este plan pasarían a suponer el 14% de las que tienen en un día, frente a las 45% de media actuales.