Llegó tarde al arbitraje. Con 28 años estaba en Renault y entró en el Colegio. Jugó al fútbol en el Betis, el San Pío hasta llegar a Tercera (con el Venta de Baños), aunque no era bueno, bromea él. Y, aunque pitó 146 encuentros entre Segunda B y Primera, en Valladolid siempre será el delegado del Pucela.
Santamaría Uzqueda pasó a formar parte del Real Valladolid cuando colgó el silbato en la 1994/95. Con 45 años, había pitado 20 encuentros en 1ª ese curso más tres en Copa. En total, en la máxima categoría dirigió 52 partidos, con 24 triunfos locales, 13 empates y 15 victorias visitantes. Mostró 228 amarillas y 19 rojas. Esa campaña estuvo en Mestalla, en Sarriá, en Balaídos, en el Villamarín, en Anoeta, en el Pizjuán, en San Mamés y un par de veces en el Bernabéu, destacando el clásico de ese año. Antes había dirigido en el Calderón o en el Nou Camp. En su histórico hay expulsiones de renombre, como la de Stoichkov (Barça), Esnáider (Zaragoza) o Simeone (Sevilla). Al equipo que más veces dirigió fue al Racing de Santander, en una decena de ocasiones, y a los que menos, entre otros, al Alavés, Mirandés, Mallorca o Ferrol, con una. Debutó en El Molinón y colgó el silbato con un derbi Betis-Sevilla.
Pero, por lo que más se le recuerda, es por su paso por el Real Valladolid. Durante tres temporadas fue directivo, y ya en el verano de 1998 empezó a ejercer como delegado de equipo y de campo en sustitución de Camilo Segoviano, otro clásico.
Ahora, con 73 años y muchos de ellos como representante del Real Valladolid, Paco sale de su club. Su cargo lo ocupará Manuel Rodríguez, que desde 2021 ha aprendido de la mano del propio Paco Santamaría.