Los estrenos de imaginería nueva se complementan con las nuevas salidas procesionales de la imaginería del barroco. Las procesiones vallisoletanas suman nuevas esculturas de madera en las calles para completar la crónica local de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo: Jesús Medinaceli, el Jesús con la cruz a cuestas y el Cristo del Calvario, correspondiendo la primera talla con la Cofradía del Discípulo Amado y las dos siguientes con la Penitencial de la Sagrada Pasión de Cristo. Son tres imágenes que está previsto que se alumbren en sendas procesiones titulares de ambas hermandades, en la Procesión de Amor yMisericordia delSantísimo Cristo de Medinaceli (Lunes Santo, 22.00 horas) y en la Procesión de Oración y Sacrificio (Jueves Santo, 20.30 horas).

Por orden cronológico de salida procesional, la primera imagen que se estrenará en las calles en tiempo de Semana Santa es la del Jesús de Medinaceli. La Cofradía del Discípulo Amado desfila por primera vez en la Semana de Pasión contemporánea, tras ser recuperada y reconocida por el arzobispado de Valladolid hace tres años, y lo hace con la imagen de Jesús de Medinaceli. Se trata de una talla del escultor sevillano Juan Antonio Blanco, con la tipología de Jesús Cautivo, que fue bendecida en la Catedral el 22 de junio de 2012, tras lo que salió por las calles vallisoletanas por primera vez. Así, Jesús de Medinaceli es una talla de vestir, que procesionará con la túnica morada, si bien se caracteriza por estar completamente tallada.

En cuanto a la imagen de Jesús con la cruz a cuestas, es una escultura recuperada por la Cofradía de la Sagrada Pasión de Cristo, un obra de autoría anónima, que data del siglo XVII, que representa a Cristo en pie sujetando la cruz con las manos, aunque lo cierto es que coincide con el estilo de Gregorio Fernández e incluso pudiera ser la figura central del paso Camino del Calvario (1614), la encargada por la penitencial en la segunda mitad del XVII para sustituir la primitiva, en paradero desconocido. Se da la paradoja, además, que recibe culto en la Iglesia del Real Monasterio de San Quirce y Santa Julita, donde ya estuvo en el primer cuarto del siglo XX, un año antes de cerrarse la Iglesia de la Pasión, sede histórica de la cofradía, hasta que, en torno a la década de 1940, pasó a la Iglesia del Carmen Extramuros.

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La otra imagen, que si la lluvia lo permite, saldrá a las calles será el Cristo del Calvario, también de la Penitencial de la Pasión y que también saldrá en la tarde del Jueves Santo, en su desfile de regla. Su característica más peculiar es que es un Cristo vivo, de los pocos crucificados con vida que se alumbran en la ciudad, destacando también las heridas en su cuerpo (cabeza, manos y pies, excepto la lanzada del costado) y el paño de pureza con su sobresaliente lazada. Se trata de un anónimo fechado en el siglo XVII. También recibe culto en la iglesia de San Quirce y Santa Julita. Así, estas dos imágenes de la Cofradía de la Pasión desfilarán junto al Cristo del Perdón y NuestroPadre Jesús Flagelado.