El camino más radical

M.R.Y. (SPC)
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La llegada del ultraliberal Milei a la Casa Rosada acabará con las políticas peronistas que han gobernado hasta ahora con severas medidas de ajuste que pretenden dar un vuelco al país

El camino más radical - Foto: Matias Martín Campaya

«Hola a todos, yo soy el león. Rugió la bestia en medio de la avenida». Con esta carta de presentación -letra de una canción del grupo de rock La Renga- Javier Milei se daba a conocer en cada mitin, instando a los argentinos a despertar a una nación dormida preparada para un cambio que él lideraría por ser «el rey de un mundo perdido». Y el león, sin duda, ha dado el zarpazo de su vida con su inédito triunfo en las presidenciales de noviembre que le llevará este domingo a la Casa Rosada. 

Su provocador carisma y su desinhibida oratoria a la hora de cargar contra el poder, erigiéndose como el candidato «anticaspa», fueron claves para atraer a los jóvenes y a los desencantados con la clase política, cada vez más numerosos, como muestran los resultados en las urnas.

Consciente de que no debía pasar inadvertido, más allá de hacer públicas excentricidades como que había clonado a su perro Conan cinco veces y que esas mascotas le «aconsejan» a la hora de tomar decisiones, su imagen con una motosierra -su símbolo por excelencia- ha sido otra de las llamadas de atención a millones de ciudadanos, que apostaron por el Trump argentino, también apodado El loco Milei, para liderar un nuevo período de cambio total con lo vivido hasta ahora.

Ese instrumento no es casual. Es toda una declaración de intenciones, ya que con esa metáfora anunció sus recortes del gasto público, eliminando ministerios, reduciendo el papel del Estado en las empresas con privatizaciones y cerrando el Banco Central, una de sus propuestas más transgresoras.

Dentro de su ideario, el ultraliberal apuesta por la libertad para acceder a las armas de fuego y para vender órganos. También es un negacionista del cambio climático, rechaza la adhesión del país a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y llega a poner en duda los crímenes de la dictadura militar.

Precisamente, tomará posesión del nuevo cargo coincidiendo con el 40 aniversario de la restauración de una democracia a la que mostró su «firme compromiso» la misma noche de su victoria. Entonces también puso en valor «el comercio libre y la paz», resaltando que con él «comienza el fin de la decadencia argentina».

«Basta del modelo empobrecedor de la casta, hoy volvemos a abrazar las ideas de la libertad para ser una potencia mundial», prometió.

Eso sí, su discurso se ha visto obligado a moderarse con respecto al que le llevó a ganar, de manera sorpresiva, en las primarias de agosto, cuando comenzó a despuntar entre sus rivales. Porque, para ganar en la segunda vuelta contra el peronista Sergio Massa, tuvo que apoyarse en los conservadores de Juntos por el Cambio. Hasta el punto que tanto la candidata a la Presidencia por esa formación, Patricia Bullrich, y el aspirante a vicepresidente, Luis Petri, han entrado en su reducido Gobierno como ministros de Seguridad y de Defensa, respectivamente.

Difícil gobernabilidad

Sin embargo, su victoria en las urnas y su unión con el partido del expresidente Mauricio Macri solo servirá a Milei para instalarse en la Casa Rosada y ponerse al frente de un Ejecutivo completamente opuesto al saliente, liderado por el izquierdista Alberto Fernández. Y es que su minoría en la Cámara de Diputados y el Senado le obligará a generar espacios de diálogo con otras fuerzas para poder aprobar proyectos de ley. Porque su acercamiento a Juntos por el Cambio no ha terminado de convencer a muchos políticos conservadores, que se han apartado, incluso, de la disciplina de Macri. 

De este modo, la ultraderechista La Libertad Avanza solo tiene 38 de los 257 escaños del órgano de diputados y apenas siete de los 72 asientos para senadores.

Por su lado, los peronistas conservan 108 legisladores en la Cámara Baja y 33 en la Alta, por lo que tampoco tiene una mayoría suficiente como para plantar cara, pero sí podría sumar al centroderecha más moderado para tratar de frenar alguna excéntrica medida de Milei, como su plan para dolarizar la economía. 

Futuro incierto

Más allá de la victoria de Milei, las elecciones del pasado noviembre dejaron otra gran noticia: el movimiento creado por Juan Domingo Perón, que ha gobernado 26 años y medio de los 40 de la reciente democracia, encajó una gran derrota, pero, además, queda totalmente descabezado.

Sin Alberto Fernández, que no se presentó a la reelección, ni Cristina Fernández de Kirchner, que después de dos décadas abandona la vida política, Massa fue el mal menor para optar a la Presidencia. Y su fracaso significa una nueva transición en un peronismo que durante estos cuatro años tendrá que buscar un líder capaz de devolverle a la gloria perdida.