Óscar Puente aprovecha el centenario para tornar sobre la producción literaria y la vida de Delibes. Sobre su obra se muestra prudente porque reitera que grandes expertos, con muchos más conocimientos en la materia, «han ponderado con sobrados argumentos su admirable prosa». Pero se permite aconsejar, a quien aún no lo haya hecho, que se sumerja sin dilación en las novelas de don Miguel, «porque la recompensa será impagable y le acompañará el resto de su vida». Además, pone en valor algunas de las cualidades que adornaban la personalidad de Delibes, entre las que destacaban la honestidad y la profundidad de sus convicciones, que defendía con intensidad «pues era nuestro paisano, hombre de una sola pieza, lo que le llevó a tener sonados encontronazos con algún jerarca de la dictadura franquista cuando estaba al frente del decano de la prensa española». Y era, además, firme en sus lealtades, a su familia, a sus amigos, a su periódico de siempre, a su editorial de toda la vida, a su tierra, a Valladolid, a la que estuvo indisolublemente unido y a la que, con generosidad, dedicó ‘El Hereje’, su novela postrera. «Por todo ello, en alguna ocasión he afirmado, y creo que me asistía la razón al hacerlo, que Delibes personificaba al castellano de bien». El alcalde posa en el balcón del Ayuntamiento, donde la ciudad rindió homenaje póstumo a su Hijo Predilecto. |