Burgueño, el hombre de las mil y una denuncias

Ó. F.
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Lucas Burgueño acumula infinidad de incidentes con la justicia en los últimos años, desde vejaciones a violencia de género, pasando por altercados en locales de hostelería y atentado a la autoridad

El psicólogo Lucas Burgueño. - Foto: Jonathan Tajes

La vida del psicólogo Lucas Burgueño ha ido a mil por hora desde que protagonizara el episodio de acoso a Óscar Puente en el tren, a finales de septiembre. El propio exalcalde ironizaba hace dos semanas en la red social X sobre lo «rara» que se hace una semana sin «otro episodio» de este «ciudadano ejemplar», mientras mostraba una noticia sobre una denuncia que había recibido por irse de un restaurante sin pagar. Una más dentro de una retahíla de incidentes que ha acabado con el psicólogo en la cárcel después de incumplir una orden de alejamiento de sus propios padres.

Pero, aunque la luz del foco mediático le alumbre ahora más que nunca, tras su 'salto a la fama' por el incidente con Puente, lo cierto es que Burgueño acumula un buen número de denuncias previas a este hecho. Y de todos los colores. Desde posibles vejaciones a violencia de género, pasando por múltiples altercados en locales de ocio. Por ejemplo, a finales de 2020 le denunció el dueño de uno en la calle López Gómez por utilizar un espray de pimienta en su negocio, lo que le obligó a desalojarlo y cerrarlo hasta que se ventilara la estancia. Pero el incidente no acabó ahí. El empresario, tras presentar la denuncia, tuvo que volver unos días después a dependencias policiales para hacer lo propio por un vídeo que había subido Burgueño a sus redes sociales en el que instaba al dueño del local a demostrar lo que decía con imágenes, porque, de lo contrario, tendría que hacerlo delante del juez. Un aviso que intercaló com amenazas.

Otro incidente en el que se vio envuelto sucedió en mayo del año pasado, cuando una mujer denunció a Burgueño al observar cómo perseguía a un hombre desde la Plaza Mayor a la calle Santiago para después agredirle en el cuello. La testigo grabó todo con un teléfono móvil y, una vez que el psicólogo se dio cuenta, según la denunciante, recibió un manotazo de Burgueño que hizo que el teléfono cayera al suelo y se rompiera.

Otra denuncia que presentaron contra él por un altercado en la calle tuvo su origen en un comentario ofensivo que hizo en la plaza de San Nicolás sobre las personas homosexuales. Una mujer se sintió aludida y comenzó una discusión que acabó con ella en comisaría denunciando los hechos.

En este incidente, el psicólogo repitió una práctica muy común cada vez que se ve inmerso en un altercado: grabarlo con su teléfono móvil, con la intención de, si procede, utilizar esas imágenes como prueba, como sucedió en esta ocasión, aunque la filmación no sirvió para aclarar nada.

Sobre Burgueño también pesa una denuncia de malos tratos que presentó una de sus exparejas en agosto de este año.La mujer, que a su vez era arrendataria de una habitación de una vivienda propiedad de Burgueño, denunció que el psicólogo se presentó allí un mes después de que la relación se acabara, con la intención de que abandonara la vivienda, pese a que el contrato de alquiler todavía no había expirado. Un compañero de piso de la denunciante dejó entrar al psicólogo y su expareja, en un principio, le entregó las llaves voluntariamente. Después, Burgueño se negó a devolvérselas y, ante la amenaza de la mujer de llamar a la Policía, cogió sus dos teléfonos móviles y pidió que se fuera en menos de un minuto. Como no accedió a hacerlo, según la denunciante, la agarró por la espalda, inmovilizándola con ambos brazos y la sacó a la escalera. Poco antes había pedido a su compañero de piso que grabara con el móvil todo. Después, tiró al descansillo la ropa de su expareja, que resultó lesionada con un hematoma y arañazos en un brazo.

No es el único incidente con compañeras sentimentales. Otra expareja denunció que, tras quedar con él para solucionar algunos asuntos pendientes, Burgueño se hizo con su móvil y lo lanzó varias veces al aire hasta dejarlo encajado en una cornisa. Finalmente tuvieron que ir los Bomberos a recuperarlo. 
Y la tercera denuncia relacionadas con sus exparejas tiene que ver con los comentarios hechos en la red social Instagram y en algunos de sus monólogos sobre una de ellas, donde hacia referencia a sus supuestas infidelidades a su actual marido.

Atentado a la autoridad

Otro de los incidentes en los que se ha visto involucrado fue una agresión a un policía local. Fue a mediados del pasado mes de septiembre, en el exterior de un bar de la plaza de Martí y Monsó, cuando Burgueño se acercó a una pareja de agentes, que no estaban de servicio, y echó el humo del cigarrillo a escasos centímetros de la cara a uno de ellos. El agente le conminó a apartarse y Burgueño le dijo: «eres el policía que me quitó el espray el domingo, te tengo grabado con el móvil, sé dónde vives, tengo tu número de teléfono», en referencia a una intervención del agente en ese mismo lugar unos días antes. Como es habitual, Burgueño empezó a grabar mientras decía «prepárate, que te vas a enterar», según señalan los denunciantes.

En un momento dado, cuando parecía que Burgueño se alejaba, ante la sorpresa de los agentes, rompió un vaso en una mesa y se lo lanzó al policía, lo que le provocó un corte profundo en la palma de una mano. Ambos intentaron reducirle, pero no lo consiguieron hasta que llegaron los refuerzos que habían pedido. Una vez detenido, en dependencias policiales, lejos de deponer su actitud, le dijo otra vez al agente: «te voy a enseñar lo que es una corbata colombiana, ten cuidado con la moto, que te voy a cortar los frenos, yo no dormiría tranquilo».

A todos estos incidentes se suman los conocidos más recientemente. Por ejemplo, la denuncia del dueño del bar Los Guajes cuando Burgueño y otras dos personas intentaron irse del local sin pagar después de cenar y de insultar y amedrentar a los camareros, además de grabarles con el teléfono. También grabaron a los policías cuando llegaron tras la denuncia, al tiempo que les explicaba que la comida había sido «una mierda» y el trato, «malísimo». La última 'aventura' de Burgueño se produjo hace apenas dos semanas, y con sus padres como protagonistas. El psicólogo se presentó en la vivienda de sus progenitores con una mujer y les amenazó, ya que no encontraba un ordenador que los padres decían no saber dónde estaba. Burgueño se puso violento y tiró al suelo los medicamentos de su madre, además de cortar un cable para dejarles sin calefacción. La Policía también investiga supuestos delitos de revelación de secretos, coacciones, amenazas y daños a sus padres, lo que le valió que le impusieran una orden de alejamiento que esta misma semana ha incumplido, de modo que ha acabado en la cárcel. Además, en el momento de la detención, Burgueño portaba un espray lacrimógeno, algo que tiene prohibido por las medidas cautelares que se le han impuesto en la orden de alejamiento.

Se trata del penúltimo capítulo de un culebrón de incidentes en el que Burgueño también ha actuado como denunciante en varias ocasiones, ya sea por robos en su casa o por agresiones, entre otras cosas. Pese a todo lo que ha llovido en estos años, no parece que el nivel de exposición mediática haga mella en el psicólogo, que vive inmerso en una huida hacia adelante, con un escándalo tras otro. Al contrario, parece estar cómodo y no tiene problema en jactarse en las redes sociales del alcance que tienen sus 'hazañas', mientras reparte amenazas de nuevas denuncias. Todo hace indicar que el culebrón continuará.