Proyectos bajo la lupa por el relevo en el Ayuntamiento

M. Rodríguez
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El vuelco electoral que provocaron las elecciones del 28-M propicia que el nuevo equipo de Gobierno revise algunas de las actuaciones de sus predecesores y asuma o modifique otras que están en marcha

070623JT_0082.JPG - Foto: Jonathan Tajes

Los resultados de las elecciones municipales condicionan gran parte de la agenda municipal prevista para este año. El equipo del alcalde en funciones, Óscar Puente, aprobó en diciembre un presupuesto de 404 millones para 2023, de los que 78 se destinaban a inversiones en las distintas áreas. Unas cuentas que respondían a un proyecto de ciudad que difiere sensiblemente del dibujado por Jesús Julio Carnero, el candidato del PP, que si cierra su pacto con Vox, será el nuevo alcalde de la capital el próximo día 17.

Una buena parte de estas inversiones, más de 65 millones, corresponden a proyectos que cuentan con financiación a cargo de los fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia Next Generation de la UE, de los que el Ayuntamiento ya ha ingresado más de 50 millones. La mayoría están vinculados a inversiones como el centro de control de la movilidad, los polémicos aparcabicis seguros y el sistema de alquiler de bicicletas (1,9 millones). También están  pendientes de desarrollar los «caminos de biodiversidad», con casi dos millones€ cada uno y las nuevas instalaciones para bio-residuos (1,6). 

En infraestructuras destacan los proyectos de modernización sostenible de la infraestructura escénica del Laboratorio de las Artes (LAVA) y el nuevo espacio enogastronómico del Museo Patio Herreriano, denominado 'Valladolid Origen', con 1,5  millones para cada uno. También está licitada la reforma para mejorar la eficiencia energética de la Casa Consistorial y San Benito, que suman otros 1,2 millones. El proyecto del Teatro Lope de Vega recibe 1,1 millones para revivir esta instalación cultural, aunque el proyecto de Carnero difiere del presentado por los de Puente.   Lo  mismo sucede con el diseño del convento de Las Catalinas, donde se proyectaba un centro de interpretación del vino, un hotel-boutique, que el nuevo alcalde quiere que sea un Parador, una zona verde y un centro deportivo, que cuenta con 4,9 millones de los fondos europeos.

Estos incentivos también servirán para terminar la rehabilitación integral del edificio existente para adecuación en la 'zona joven Pinar'(1,4), los elevadores de la zona este de Parquesol (0,7) y los nuevos ascensores de Rafael Cano y Girón.

Unas inversiones que deberá gestionar el nuevo equipo de Gobierno, que también deberá solucionar problemas con inversiones como las de la rehabilitación del 29 de octubre, cuya última fase está paralizada por falta de empresas interesadas, o la reforma del mercado municipal de La Rondilla, que acumula meses de retraso.

análisis. Todas son inversiones de mejora de la ciudad que, en principio, continuarán su desarrollo. La gran mayoría ya tiene los proyectos redactados, otros están licitados y otra parte ya en ejecución. Pero hay otro paquete que se revisarán, reorientarán e incluso se paralizarán. 

Entre estas últimas están las vinculadas con el proyecto de integración de las vías del tren a su paso por la capital. Actualmente se está ejecutando la parte final de las obras del entorno de los nuevos pasos de Panaderos y Recondo, pero falta la intervención en el túnel de Labradores. Por otro lado, ya han comenzado las obras para el nuevo paso inferior peatonal bajo las vías a la altura de la calle Padre Claret, que se ejecutará entre las calles Padre Claret y la calle Andalucía, junto al mercado de Las Delicias, a unos 300 metros del triple paso de Panaderos. 

En este grupo también están los contratos vinculados a la implantación de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE).

Paso de Padre Claret.

Esta es una de las obras de la integración que están en el aire con el previsible cambio de Gobierno. Los trabajos previstos comenzaron a principios de mayo, pero esta semana ya son muy visibles los movimientos de tierra y hay una perforadora trabajando en la zona.

El candidato del PP aseguró en una entrevista con El Día de Valladolid que técnicamente «tendremos que acometer lo que corresponda a través de la sociedad Valladolid Alta Velocidad (VAV). Ya hice en campaña un planteamiento de lo que haremos en los seis primeros meses: inicio de la modificación del PGOU, reasignar funciones a VIVA, constituir la mesa del soterramiento e iniciar las conversaciones con el actual Ministerio de Movilidad y la Junta».

En el caso de optar por la paralización de la obra, la sociedad VAV deberá indemnizar a la empresa adjudicataria. La obra se adjudicó a la empresa Obras con Huarte Lain el pasado mes de septiembre con un presupuesto de 4,6 millones de euros (IVA incluido) 

Paso de Labradores.

El triple paso de Panaderos era uno de los proyectos estrella de la integración. La obra se adjudicó en abril de 2021 por 14 millones de euros y con un plazo de ejecución de 20 meses. Los viales del nuevo paso para vehículos en esta calle y en Recondo se abrieron al tráfico el pasado mes de abril, pero todavía no se ha concluido la urbanización del entorno y del nuevo acceso peatonal, incluida la instalación del ascensor y la rampa de peatones. Aunque las obras están ya en su recta final. 

Los retrasos en el proyecto modificaron el cronograma de los trabajos y se dejó para el verano la reforma del viejo túnel de Labradores.  Una obra que se califica de «quirúrgica» porque busca ganar más gálibo, algo que se logrará profundizando en el suelo para poder permitir el paso de vehículos de gran tamaño, incluidos los nuevos autobuses urbanos. Unos trabajos que podrían prolongarse durante «tres o cuatro meses». En este caso, todo parece indicar que sobrevivirá al efecto soterremiento.

Otros pasos.

La opción de recuperar el soterramiento que abandera el PP implica paralizar la mayoría de los proyectos en marcha. Por un lado, está la nueva conexión peatonal y para bicis entre la Unión y Pelícano, que ya tiene el proyecto constructivo redactado, lo mismo que el proyecto de mejora del acceso de San Isidro. Y previsiblemente se guarden en un cajón.

En fase de redacción, en este caso gestionado por Adif, está la remodelación y ampliación de la estación Valladolid-Campo Grande, con un coste de unos 70 millones de euros. Muy cerca de la terminal se ubica otro de los grandes proyectos de la integración: el nuevo túnel para tráfico rodado, con cuatro carriles, de Arco Ladrillo. En noviembre se adjudicó la redacción del proyecto  por 343.038 euros y en campaña se pudieron ver algunas infografías, que posiblemente pasen a la caja de irrealizables. Lo mismo que los de los tres pasos de Ariza, que ya estaban concluidos y listos para licitar las obras.

ZBE.

La implantación de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) y su extensión han sido motivo de confrontación durante todo el mandato. Y uno de los compromisos del futuro alcalde es reducirla a la «mínima expresión». Esto también tendrá afectaciones en contratos porque ya se ha adjudicado el suministro de casi medio centenar de cámaras de control de acceso para el área de 3,1 kilómetros. De hecho, el Ayuntamiento recibió 1,2 millones de fondos europeos para financiar este sistema de control.

Ciudad deportiva.

Otro proyecto que se ha quedado en el aire tras el vuelco electoral en la capital es el de la Ciudad Deportiva del Real Valladolid. El alcalde en funciones decidió frenar el pasado 31 de mayo la aprobación definitiva del proyecto de ampliación de la ciudad deportiva. Una decisión que justifica por «pulcritud democrática», dejándolo sobre la mesa para que sea el próximo regidor el que decida al respecto. En este caso, Carnero se comprometió en campaña a acometer, junto al Real Valladolid y a una empresa privada, una remodelación del estadio José Zorrilla que, con un coste de al menos 25 millones de euros, convertiría la infraestructura en un «gran contenedor deportivo y cultural».

La propuesta se divide en cuatro fases: una primera, ya acometida por el club, con la remodelación de los fosos y el marcador; una segunda, que consistiría en el revestimiento exterior del campo y que se realizaría entre club y Ayuntamiento; una tercera, en la que ya entraría la iniciativa privada, para completar la grada sur del campo «para ganar en capacidad y dar sensación de un gran estadio de fútbol»; y una cuarta y última, que incluye las cubiertas e incluso la construcción de un techo para «utilizar el campo como escenario cerrado si fuera menester» para grandes acontecimientos deportivos y culturales, si bien esta última posibilidad estaría aún sin cuantificar.