Redondo considera que si los asesinos fascinan es por su mente

D.V.
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La escritora participa esta tarde en un encuentro con César Pérez Gellida enmarcado en la 56 Feria del Libro de Valladolid-Delicias

Dolores Redondo, en la Feria del Libro de Valladolid. - Foto: Ical

"Si los asesinos fascinan es porque no entendemos qué puede pasar por su mente criminal". En esa aseveración considera la escritora donostiarra Dolores Redondo que puede radicar el éxito que vive la novela negra en España y en buena parte del mundo en los últimos años. El género, apuntó, aborda dos cuestiones a las que cualquier persona, con independencia de donde viva, trata de buscar respuesta: el amor y el miedo.

"En la lectura tratas de resolver momentos en los que no entiendes qué ocurre a tu alrededor", señaló Redondo, para quien "escribir es la búsqueda que hago de la realidad y que no entiendo". La autora, que acumula millones de lectores, llegó a Valladolid tras recibir el Premio Príncipe de Viana de Cultura, la máxima distinción cultural del Gobierno de Navarra.

La conexión entre Dolores Redondo y los lectores es casi inmediata y a medida que pasa el tiempo atrae más fieles a sus novelas que a su vez se convierten en prescriptores. "Siempre cuento con el aprecio de muchos lectores que acuden rápidamente y luego ellos son los que recomiendan. Por eso todas mis novelas siguen vendiéndose, nunca se han retirado de las estanterías. Son los lectores los que mantienen vivo esto. Es el consejo de unos a otros lo que hace que las novelas sigan ahí", explicó en un comucniado recogido por Ical.

Redondo ambienta 'Esperando al diluvio', su última novela, en el Bilbao de 1983, una época "muy interesante", desde el punto de vista político, social y laboral y que quedó marcado en su memoria adolescente por aquel gran diluvio que dejó hasta 600 litros por metro cuadrado que arrasaron la ciudad y obligaron a su reconstrucción para convertirla en lo que hoy es.

La escritora reconoció que ese viaje al pasado para ambientar aquella época desde el punto de vista social y policial le ha ofrecido "un placer inmenso" para hablar desde aquella mirada; al tiempo que un esfuerzo de preparación y ambientación para no cometer errores de cosas que hoy por hoy están prácticamente asumidas por los lectores dentro de una investigación policial.

"Irse a los 80 es olvidar los teléfonos móviles y la inmediatez de internet y volver a las cabinas telefónicas, a calcular si tienes dinero suficiente para la llamada…", defendió.

Redondo plantea su novela como un homenaje al trabajo policial de esos detectives que tuvieron la "clarividencia" de guardar pruebas, recabar datos y tomar muestras que en aquel momento no se podían hacer nada con ellas, pero años después han servido para poner en libertad a algunos inocentes o cazar a asesinos. Esos policías cobran vida en el personaje de Noah Scott Sherrington, el detective que llega a Bilbao muy enfermo y en los últimos días de su vida, tras los pasos de John Biblia, un asesino real que actuó en Glasgow a finales de los 60.

El pasado se queda en el pasado y una de las pocas pistas que ha dado hoy sobre la próxima novela en la que ya está trabando es que volverá al presente, será contemporánea.