Ignacio Fernández

Ignacio Fernández

Periodista


El reino

29/06/2023

Cuando sigo la actualidad en política de España me siento, en ocasiones, como se sentía Bergamín: «Mi mundo no es de este reino», decía el escritor madrileño. En efecto, cierta añoranza de una política menos casuística y más profunda, cierta falta de contexto, cierta trivialización, un vivir cada vez más a horcajadas de un día a día trepidante sin saber muy bien el destino.
Pongamos Extremadura. Yo comprendo que será muy relevante lo que pasa allí, pero me pregunto si en una región de un millón de habitantes en dos provincias con diputaciones y ayuntamientos cabe interpretar lo que ocurre con las claves trascendentales que a veces queremos darle a las cosas. Es como un poco de risa elevar a nivel categórico lo que tiene más de anécdota que otra cosa, porque ya me contarán con ese tamaño qué autonomía competencial y qué potencia de tiro político puede tener un gobierno y un parlamento. Tiene la que tiene, pero no podemos darle ni más ni menos.
Algo parecido pasa con las uniprovinciales, diputaciones que gestionan la sanidad y la educación pero que se han dotado de una arquitectura extravagante que las hace pasar por entidades determinantes sin tener cualidades para ello.
Paremos un momento la película: los gobiernos autonómicos tienen cometidos importantes pero limitados por legislaciones suprarregionales que les obligan y les conciernen. No se puede hacer lo que se quiera en materia de derechos fundamentales desde la presidencia del Parlamento de la Rioja, por ejemplo, porque el armazón que sostiene nuestra gobernanza es muy amplio y contundente.
Es sano el debate político como sano es que haya muchas opciones para elegir. Pero hay demasiado ruido, argumentaciones demasiado simplistas y elementales. Una suerte de juegos florales permanentes para crear problemas artificiales y no abordar los realmente sustantivos.
Lamentablemente esto deviene en desafección y cierta desazón en una ciudadanía algo empachada. Tenemos que frenar un poco y rehacer los debates. Sería importante que el reino de lo público siguiera siendo de la gente.