La Audiencia de Valladolid ha condenado a una pena de diecinueve meses de prisión por delito de coacciones al joven que amenazó a su pareja para que silenciara que las lesiones sufridas en junio de 2023 se las había ocasionado tras arrojarse desde el balcón de la vivienda mientras huía de él.
Se trata de la sentencia de conformidad que este lunes, minutos antes de iniciarse el juicio, ha sido pactada entre el acusado, Enrique R.Q, la fiscal del caso, que inicialmente solicitaba un año por coacciones, y la letrada de la víctima, que pedía un total de siete años de privación de libertad, de ellos cuatro por detención ilegal, un año por maltrato, otro año por amenazas y un año más por coacciones, junto con una multa de 16.200 euros, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.
La condena, que es ya firme, incluye la prohibición de portar armas durante dos años y siete meses, así como la de aproximarse a la víctima a menos de 500 metros y comunicar con ella por cualquier procedimiento por idéntico periodo de tiempo.
Los hechos que han concluido en la presente condena se remontan al día 24 de junio de 2023, fecha en la que se produjo una fuerte discusión de pareja entre Enrique R.Q. y su novia. Ella se había subido a su coche para irse pero él la bajó a la fuerza, tras lo cual la mujer accedió a regresar al domicilio del acusado, sito en la calle Padre Manjón, si bien cuando la denunciante trató luego de abandonarlo, su novio la agarró por el brazo y la introdujo de nuevo en el inmueble.
Fruto de la impotencia que sentía, la mujer aprovechó el momento en el que él se hallaba en la cocina para saltar a la calle desde el balcón de la vivienda, un primer piso. En la caída, la víctima se produjo la fractura del calcáneo derecho y otras lesiones, no imputables a su pareja.
Tras bajar a la calle, el acusado consiguió que su novia regresara al piso, le quitó el teléfono móvil y no la trasladó a un centro médico hasta el día siguiente, una vez transcurridas unas diez horas desde el accidente, no sin antes trasladarla, presuntamente, la siguiente amenaza: "¡Ojo con lo que dices!" y advertirla de que si le preguntaban los facultativos por el origen de las lesiones respondiera que se las había causado escalando.