La OCDE reduce de nuevo sus previsiones para Europa

EFE
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Según la Organización, este año en la zona euro el crecimiento se limitará a un 0,6%, tres décimas menos que lo estimado en junio, con la caída de la actividad en un país clave como Alemania (-0,1%) y cifras decepcionantes en Francia e Italia

Imagen de archivo del secretario general de la OCDE, Mathias Cormann. - Foto: EFE/Edgar Sapiña Manchado

La OCDE ha reducido de nuevo sus expectativas de crecimiento para Europa este año y el próximo, de forma que será la zona, dentro de las economías avanzadas, que más tardará en recuperarse, mientras Estados Unidos muestra una vez más su capacidad de resistencia.

En su informe semestral de Perspectivas publicado este miércoles, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) anticipa "un aterrizaje suave" para las economías avanzadas como conjunto, tras constatar que las subidas de tipos están produciendo los efectos buscados en la contención de la inflación.

Los países emergentes deberían tener globalmente un comportamiento más dinámico y eso permitirá a la economía mundial un crecimiento del 2,9 % en 2023, que se ralentizará en 2024 para quedar en el 2,7 %, antes de recuperarse el año siguiente, con un 3 %.

Estados Unidos está demostrando ser más fuerte de lo que se había previsto y por eso los autores del estudio prevén un aumento del producto interior bruto (PIB) del 2,4 % este año (dos décimas más de lo que calcularon en septiembre y tres más que en junio) y del 1,5 % en 2024 (dos décimas más de lo que dijeron en septiembre).

La ralentización que se espera en los próximos meses en la primera potencia mundial (como en la inmensa mayoría de los países del mundo) debería dar lugar a una ligera aceleración para alcanzar una cadencia del 1,7 % en 2025.

Europa, en el furgón de cola

La situación es claramente menos favorable en el Viejo Continente. En la zona euro este año el crecimiento, según la OCDE, se limitará a un pobre 0,6 % (tres décimas menos que lo estimado en junio), con la caída de la actividad en un país clave como Alemania (-0,1 %) y cifras relativamente decepcionantes en Francia (0,9 %) e Italia (0,7 %).

La sorpresa positiva en la eurozona en 2023 es España, con un incremento del PIB del 2,4 %, el mayor del grupo, tres décimas más de lo anticipado en junio y una más que en septiembre.

Los autores del estudio también han corregido a la baja sus previsiones de crecimiento para la zona euro en 2024 ante los altos costos de financiación y el alto nivel de incertidumbre.

Las dejan en un pobre 0,9 % (seis décimas menos que en junio y dos menos que en septiembre) y habrá que esperar a 2025 para ver una tasa un poco más alentadora del 1,5 %.

Fuera de la Unión Europea, pero también en el Viejo Continente, las cosas no van a ir mejor en el Reino Unido, con una expansión económica de únicamente el 0,5 % este año, del 0,7 % en 2024 y del 1,2 % en 2025.

Costa Rica, líder en crecimiento en la OCDE

Costa Rica será el país de la OCDE con el mayor ritmo de crecimiento económico no sólo este año (5,1 %, frente al 4,9 % de Islandia, en segunda posición y al 1,7 % de media de los 38 miembros), sino también en 2024 (3,5 %, comparado con el 1,4 % de media) y en 2025 (3,6 %, comparado con el 1,8 % en la OCDE).

La situación de los otros miembros latinoamericanos es bastante diferente. Las anticipaciones para México son favorables y mejores que hace seis meses, con un aumento del PIB que debería ser del 3,4 % este año, del 2,5 % en 2024 y del 2 % en 2025.

Para Colombia, sin embargo, las cosas han ido a peor, y el crecimiento debería quedarse en el 1,2 % en 2023, en el 1,4 % en 2024, antes de subir hasta un 3 % en 2025.

En cuanto a Chile, el estancamiento de este año por las complicadas condiciones de financiación por la subida de tipos de interés y el efecto sobre el consumo de la retirada de los estímulos por la covid será seguido por una recuperación no muy boyante, del 1,8 % en 2024 y del 2,1 % en 2025.

La OCDE considera que los tipos de interés están en el pico del ciclo o muy cerca en la mayor parte de las economías avanzadas, aunque no quiere descartar que sea necesario encarecer el precio del dinero si persistieran las presiones inflacionistas.

Una de sus principales preocupaciones ahora es la debilidad del comercio mundial, que no se debe a factores cíclicos sino estructurales por la aplicación de medidas restrictivas proteccionistas.

A su juicio, ahí se está perdiendo una fuente de prosperidad a largo plazo tanto para las economías avanzadas como para los países emergentes.