Desembarco vikingo en La Rondilla

M.B.
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Pablo Jerez nos abre las puertas de la Brasería Vikingos, que cumple un cuarto de siglo con su menú buffet libre, sus búrguer y sus bocadillos por bandera

Pablo Jerez, a los mandos de las brasas en la Brasería Vikingos. - Foto: Jonathan Tajes

En un local de La Rondilla no se comen hamburguesas de ternera, de lechazo, de pollo o veganas. Aquí se piden y se degustan una Odín, Freya, Thor, Loki o Nerta. Nombres que retrotraen a tiempos e historias vikingas. Por algo el establecimiento se llama, desde hace un cuarto de siglo, Brasería Vikingos. Tras pasar por varias manos, hace una década se puso al frente Pablo Jerez, el encargado de añadir las búrguer a una carta muy reconocible hasta ese momento.

«Conocía a uno de los antiguos dueños, Pablo Trillo, porque pertenecemos a la misma peña, 'Hijos de Baco'. Un día me comentó que lo dejaba y me decidí a coger el local junto a otro socio. La idea era que lo llevase más él, pero al final él duró poco y me quedé yo», resume Pablo Jerez, un abulense que en la Brasería Vikingos se lanzó a su primer negocio hostelero.

El establecimiento cumple 25 años, desde que Marce y Diego lo abrieran en lo que era una hamburguesería. Luego pasaron Pablo, Rodrigo y Marce, hasta que hace una década llegó Jerez. Localizado en la calle Nebrija, 15, «pese a muchas leyendas urbanas de otras ubicaciones e, incluso, de cierres», la Brasería Vikingos siempre ha sido un sitio de referencia para celebraciones de clubes deportivos: «Pocos vallisoletanos de los que ahora tengan entre 30 y 40 años, y hayan jugado a algún deporte colectivo, no habrán pasado por aquí».

Chorizo criollo en Brasería Vikingos.Chorizo criollo en Brasería Vikingos. - Foto: Jonathan TajesEn sus inicios solo abría de viernes a domingo y ofertaba el archiconocido 'menú buffet libre', con ocho tipos de carne, ensalada, pan y bebida. En su carta se mantiene, con panceta, churrasco, chorizo rojo, chorizo criollo, salchichas, morcilla, pollo adobado y lacón a la brasa, por 17,90 euros por persona: «El funcionamiento es el mismo. Se van sacando las carnes al centro de la mesa. Entre esas ocho clases hablamos de casi un kilo. Y luego se repite de la que te guste». El producto fue otro de los cambios por los que apostó Pablo Jerez –«tenemos carne de buena calidad y no maltratamos el producto con salsas o cremas, con lo que no hay gluten ni lácteos para alérgicos»– de la mano de Javi de carnicería Pérez Olandía. Introdujo el reparto a domicilio y realizó varias reformas. «Y nos adaptamos a los clientes, por ejemplo gracias a las carnicerías halal».

Aparte de las búrguer, cuyos precios van de los 5,5 o los 6,5 euros; los bocadillos o las raciones son otras de las ofertas del restaurante, aunque la brasa es la principal seña de identidad del local... en sus inicios y actualmente. De ella se encarga el propio Pablo. Enciende el carbón, de encina o marabú cubano, nada más abrir la brasería, a las once de la mañana. Y va trabajando las carnes casi desde ese momento, ya que con cada consumición siempre pone un pincho gratis.

Aunque siguen llegando equipos deportivos, ahora la mayoría de sus clientes se reúnen en grupos de 4 o 6 personas. Ahora ya abre todos los días de la semana, menos los lunes, de 11.00 a 16.00 y de 20.00 horas a cierre. Además de ese menú buffet libre, tiene otro completo, al que se le añade café, chupito y postre, o bien copa, por 22,90 euros.

Con una capacidad para unas 45 personas en su interior, cuenta con una terraza, «mientras nos la dejen», para otras 24. Pablo Jerez reconoce que ahora muchos de sus clientes son los hijos de aquellas generaciones que durante años celebraban sus triunfos y trataban de levantarse de sus derrotas en este local. Por ello, prepara algún acto que conmemore esos 25 años, como algún concierto, cena o fiestas para finales de año.

Platos, vasos, jarras y ensaladeras de barro completan el menaje de un local que es una de las sedes de la peña 'Hijos de Baco' y cuyo lema le va al pelo al nombre del mismo, 'comer hasta hartarte'. «Y ponen el mejor bocadillo de Valladolid», añade un cliente a punto de irse a trabajar con uno de panceta con queso bajo el brazo.

Nota a pie de página. Los baños cuentan con sendas imágenes vikingas. El de las mujeres es Valquiria y el de los hombres es Thor: «Algunos aún nos preguntan quién es quién».