"Gracias a Dios estás a salvo"

EFE
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El emotivo reencuentro de unos hermanos tras el naufragio que dejó 78 fallecidos es una de las pocas imágenes alegres de una de las mayores tragedias migratorias en el Mediterráneo

Ambos jóvenes se funden en un abrazo en el puerto de Kalamata tras el rescate de uno de ellos. - Foto: EFE

Mohamed, de 18 años, fue rescatado con vida el pasado miércoles después de que la abarrotada embarcación en la que viajaba volcara en su travesía hacia Europa. Es uno de los 103 supervivientes del naufragio de un pesquero frente a las costas griegas, que dejó al menos 78 muertos y cientos de desaparecidos, y que ahora se ha podido reencontrar con sus hermanos, una de las pocas imágenes positivas de una de las mayores tragedias migratorias en el Mediterráneo.

El joven embarcó en el este de Libia, después de abandonar una de las ciudades más afectadas por la guerra en Siria, con el objetivo de reunirse con sus dos hermanos mayores que ya habían logrado huir de Alepo hacia Europa Occidental hacía unos años. 

Al enterarse del fatal hundimiento, Fardi, uno de ellos, llegó a Kalamata desde Países Bajos el jueves en busca de él. Durante horas, mostró fotografías de Mohamed a quienes estaban en el puerto... hasta que finalmente lo encontró. «Gracias a Dios estás a salvo», dijo a su hermano pequeño mientras lo besaba entre lágrimas y trataba de abrazarlo cuando estaban separados por unas rejas metálicas.

El mayor de los tres hermanos llegó a Kalamata desde Alemania el mismo día y ahora, para visitar a Mohamed, se trasladarán al centro de acogida de Malakasa, a las afueras de Atenas, donde han sido trasladados los rescatados.

Sin embargo, todos no han tenido la misma suerte. La mayoría de las decenas de familias que llegaron desde el extranjero no han podido encontrar a sus seres queridos. Según los medios griegos, entre 500 y 700 migrantes iban a bordo de la abarrotada embarcación que se hundió tras volcar la madrugada del miércoles al suroeste de la Península del Peloponeso.

«La última vez que hablé con ella fue hace siete días. Había pagado 4.000 euros para subir al barco. No sé dónde está», se lamenta Malek, un refugiado sirio que vive en Alemania y busca a su esposa.

Tahir Razar, paquistaní que reside desde hace años en Grecia busca a su primo de 18 años sin éxito. «Quería dejar Pakistán e ir a Italia. Ya no aguantaba más la situación y la pobreza de nuestro país», relata.

La tragedia ha reavivado críticas hacia la Unión Europea por parte de organizaciones internacionales y diversas ONG que denuncian su política migratoria. «Seamos claros, este no es un problema griego. Este es un problema europeo», señaló hace unos días el secretario general de la ONU, António Guterres.

«Si los países no se comprometen a crear las condiciones para una migración ordenada y regular, los migrantes estarán en manos de traficantes y las consecuencias serán tan trágicas como las que vimos», señaló.