Aunque el primer fondo cotizado salió al mercado hace más de 40 años, estos productos, también conocidos como Exchange Traded Funds (ETF) se han popularizado en los últimos años hasta llegar a duplicar las aportaciones en solo un lustro. En la actualidad hay invertidos en todo el mundo casi 5,2 billones de dólares.
Estos productos permiten a un pequeño inversor gestionar su propia cartera de valores. Tan fácil como hacerlo desde un ordenador, con órdenes de compra y venta que se suelen ejecutar al momento, a diferencia de lo que sucede, por ejemplo, con los fondos de inversión. «Hay determinados portales de Internet que permiten gestionar una cartera de valores a través de brokers online», explica Jaime Díez, de Gestione Asociados.
Los ETF replican índices, es decir, vinculan la rentabilidad al índice que elija el inversor. Puede ser un índice bursátil, como el Ibex 35, el Dax o el Dow Jones, o el de cualquier materia prima, como el oro. Las ganancias o pérdidas de estos inversores están directamente vinculadas a la evolución de estos índices cada día. Es decir, se trata de una gestión pasiva. En cambio, en los productos de gestión activa, siempre hay un profesional detrás que compra y vende valores de determinadas empresas cuando cree que es el momento más adecuado. Jesús San Martín, de Cifuentes Asesoramiento Financiero, es partidario de esta segunda opción, pese al auge de los ETF. «Soy un poco tradicional, siempre acudiría a una oficina física donde hay un interlocutor que tienen que acreditar una determinada formación, porque somos partidarios de una gestión activa, no de unos instrumentos financieros que te repliquen a un índice», opina.
Ventajas. No obstante, estos productos también tienen algunas ventajas. Por ejemplo, la liquidación instantánea. «En un fondo de inversión normalmente tienes liquidez al final del día, y algunos tienen dos o tres días de carencia, mientras que los ETF replican índices y se pueden comprar y vender varias veces durante la sesión bursátil», explica Francisco Javier Manzano, de Manticor Servicios Financieros.
Aunque estas herramientas se puedan contratar a través de distintos portales de Internet, las operaciones de compra siempre hay que hacerlas a través de un broker online, que es el autorizado para operar en el mercado secundario, el de compraventa de valores. Evidentemente, estos portales de Internet y brokers cobran una comisión al inversor.
Aunque, como en toda inversión, existe un riesgo de pérdida si los índices de referencia bajan, algunos de estos fondos cotizados pueden ofrecer rentabilidades mucho más altas que otros productos del mercado, tal y como aseguran los expertos. Sirva como ejemplo el primero fondo cotizado el mundo referenciado al cannabis (Horizons Marijuana Life Sciences Index), que ofreció una rentabilidad del 50 por ciento en los primeros meses del año, tal y como publicó recientemente el diario Expansión.