Resumen del siglo XX

Jesús Anta
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Jesús Anta descubre algunos de los secretos del paseo de Zorrilla

El paseo de Zorrilla, reflejado en una bola de cristal. - Foto: Jonathan Tajes

El paseo de Zorrilla es el compendio del Valladolid del siglo XX, pues durante esa centuria fue cuajando lo que ahora vemos a lo largo de los poco más de cuatro kilómetros que separa el monumento a los Cazadores de Alcántara (Mariano Benlliure, 1931) frente a la Academia de Caballería, y las dos columnas que forman las Puertas de Valladolid (Cristóbal Gabarrón) inauguradas en 1997 en la confluencia  con la Carretera de Rueda.  

Cuando se estrenó el siglo, la jurisdicción parroquial de San Idelfonso, inmediata a la Academia de Caballería, abarcaba hasta el Pinar de Antequera, lo que nos da idea de lo despoblado que estaba el actual Paseo Zorrilla, no por eso poco concurrido, pues era, junto con el puente Mayor, la entrada natural  más concurrida de la ciudad. Por aquí estaba la Puerta de Madrid, lo que ya nos da una idea de qué vía de comunicación hablamos.

Pero lo cierto es que entre el núcleo en torno a San Idelfonso y la Rubia apenas había un puñado de casas modestas que daban al paseo Zorrilla un aspecto muy humilde. De hecho, el nuevo Coso, que se inauguró en 1890, estaba rodeado de descampados. No obstante, por la Rubia se fueron levantando algunas villas, como la de los Luelmo asociadas a explotaciones agrícolas o para pasar el verano. 

La Academia de Caballería (el potente edifico con el que comienza el paseo) conocida en su momento como el Octógono por su forma primigenia de mediado el XIX, fue reconstruida por completo tras un devastador incendio. El actual edificio se remató definitivamente en 1928 (aunque estaba en funcionamiento desde 1924) y, al igual que el Hospital Militar, inaugurado en 1933, lleva la firma del ingeniero militar Adolfo Pierrad.

El Hospital dejó de ejercer el último día del año 1995 para, tras dos años de negociación con el  Ministerio de Defensa, ser adquirido por la Junta de Castilla y León para instalar en él la Consejería de Sanidad.

Entre tanto, en 1940 se inauguró en el paseo de Zorrilla el viejo estadio Municipal (bautizado once años más tarde como José Zorrilla), en el solar en el que posteriormente se construyó el  Corte Inglés. Un estadio que estuvo en servicio hasta 1982. 

Sin duda, el Corte Inglés ha creado un foco comercial muy importante (que se traduce en los numerosos negocios de su entorno),  no solo por la atracción que ejerce sobre el consumidor, sino por el desarrollo residencial en su proximidad (barrios Parquesol, Covaresa, Parque Alameda, etc.). Para buena parte de la población vallisoletana se ha convertido en un lugar de referencia para el paseo asociado a las compras.

Unos 6.000 habitantes convierten el paseo en la calle más poblada de Valladolid. Gente que vive en edificios que representan las más diversas tendencias arquitectónicas, estéticas y habitacionales del siglo XX, incluidas numerosas promociones de protección oficial. Destaca el edificio de las Mercedes, construido a primeros de los 60, pues fue el edificio residencial más alto de la ciudad hasta aquel momento: con sus 65 metros de altura solo era superado por la torre de la Catedral (incluyendo el Cristo que la corona).  

El paseo Zorrilla quizá es la calle con mayor densidad de tráfico de Valladolid, y no solo resume el siglo XX desde el punto de vista residencial, sino que también es un compendio de los aspectos relacionados con la movilidad: sobre si habilitar o no carril bici, dar mayor o menor prioridad al transporte público, modificar la semaforización con frecuencia más favorable al peatón, control de la velocidad, impermeabilización de medianas para evitar comportamientos peatonales inadecuados… a eso cabe añadir la tremenda polémica sobre el túnel subterráneo que se construyó en la zona del matadero y la modificación radical que se hizo de los jardines de la Rubia… en definitiva, como organizar la movilidad urbana actual.

Y hablando del matadero, nos estamos refiriendo a uno de los edificios de arquitectura racionalista más interesante de Valladolid. Se inauguró en 1935 y sustituyó al viejo matadero del Prado de la Magdalena. Frente a él, se yergue una escultura de José Luis Medina titulada ‘Toro’. Una escultura que forma parte de las siete que se instalaron en el paseo Zorrilla entre 1997 y 1999.