La crisis abarata el precio del lechazo hasta los 30 euros

R.G.R
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El sector ovino en la provincia está pasando por un momento «muy delicado» por la falta de demanda. Prevén que la caída será más pronunciada en abril cuando las cámaras frigoríficas no tengan capacidad

La crisis abarata el precio del lechazo hasta los 30 euros - Foto: J.TAJES

Situación delicada la que están pasando los ganaderos de ovino de la provincia debido a la falta de demanda de corderos tras el cierre del sector hostelero tras el decreto del estado de alarma. La fuerte costumbre de disfrutar del lechazo asado en numerosos establecimientos se cortó de raíz, algo que ha pasado factura a los ganaderos, que están viendo cómo el consumo se ha desplomado y el precio de los corderos no deja de caer. 

Las cooperativas de la provincia se han mantenido más fuertes ante las cadenas compradoras y han podido mantener precios más elevados, pero algunos ganaderos se han visto obligados a vender a precios «irrisorios» ante la necesidad de dar salida a los animales de la explotaciones. El precio medio de los corderos de 11 kilogramos en esta época del año suele ser de unos 38 euros. Sin embargo, algunos ganaderos no han tenido más remedio que vender a 25 euros por cabeza, con pérdidas de hasta 13 euros por animal, algo «muy difícil de soportar».

El presidente de la Cooperativa Ganaderos de Valladolid, Faustino Verdugo, ganadero de Campaspero, apuntó que algunos ganaderos ni siquiera han sido capaces de vender sus corderos porque los intermediarios ni siquiera han querido comprarlo. Destacó que se debe tener en cuenta que la mayor parte de los lechazos que se comercializan no van directamente a los mercados para su venta al público, sino que se están almacenando en cámaras frigoríficas para su posterior venta. Eso hace que algunos ganaderos ya no tengan ni siquiera demanda para vender sus animales aunque rebajen mucho el precio. «Algunos incluso lo están vendiendo a 25 euros o incluso menos para darles salida». Tal es la necesidad que tienen algunos ganaderos para sacar sus lechazos de las explotaciones que algunos se han decantado por la venta directa a conocidos y vecinos de sus respectivas localidades. «No queda otro remedio y algunos lo están vendiendo a amigos. Al menos sacan un dinero y liberan a la oveja del lechazo». 

La crisis abarata el precio del lechazo hasta los 30 eurosLa crisis abarata el precio del lechazo hasta los 30 eurosEl precio medio de los lechazos en la provincia se podría situar rondando los 30 euros. «Criar corderos a este precio no merece la pena». A pesar de las campañas promocionales que se han iniciado por parte de la Consejería de Agricultura, no se ha conseguido aumentar el consumo. Al menos, el precio de la leche de oveja está «un poco más caro» que el año pasado, lo que compensa la pérdida de dinero por la venta de corderos.  

congelados. Los ganaderos y las organizaciones sindicales alertan de que esta caída del precio no viene acompañada de una bajada también de los costes de producción. «Tienes que alimentar a la oveja durante cinco meses y luego otros 20 días para criar al cordero» comenta Verdugo, y comenta que el precio de los piensos no ha bajado. 

Los productores temen que el precio continúe en esta tendencia a la baja durante los próximos meses, cuando la capacidad de almacenamiento de los carniceros no dé más de sí y caiga más aún la demanda. Esperan que la apertura de los restaurantes una vez que se vayan cumpliendo las fases de la ‘desescalada’ anunciada por el Gobierno pueda paliar la bajada de los precios. 

 

Fernando y Jesús Pérez / Ganaderos de Santibáñez

«Hemos perdido dinero con las últimas ventas»

Jesús y Fernando López son dos hermanos ganaderos de Santibáñez que tienen 800 cabezas de ovino. «La situación es muy mala, la verdad es que vendemos los lechazos como nos dejan y no como queremos». El precio del último mes ha bajado hasta los 30 euros más o menos. El año pasado, en esta época del año, el valor de los lechazos rondaba los 45 euros. «Son pérdidas muy importantes». Los dos hermanos, de 60 y 57 años, llevan «toda la vida» con las ovejas y la verdad no recuerdan una situación de estas características. «En estas fechas depende mucho de cómo cayera la Semana Santa, pero siempre estaban más caros». Critican que con el precio actual no merece la pena continuar en el negocio. Son conscientes de que cuando ellos se jubilen no tendrán más remedio que venden los animales, ya que sus hijos no quieren continuar con el negocio y ellos mismos tampoco lo verían con buenos ojos. «Aquí se trabaja todos los días sin descansos, ¿para qué?». Sienten cierta pena por el hecho de ver cómo el negocio acabará con ellos. 

La crisis abarata el precio del lechazo hasta los 30 eurosLa crisis abarata el precio del lechazo hasta los 30 eurosSiguen saliendo al campo a diario con las ovejas, al menos con las de raza Churra que tienen. Por eso, no tienen tanta prisa por esquilar como aquellos ganaderos que siempre las tienen en la nave. «Nos lo hacen una cuadrilla, pero lo haremos más adelante».

 

Constancio Peña  / Ganadero de Becilla de Valderaduey

«Es una ruina. Son unos precios bajísimos»

Constancio Peña tiene 61 años y 1.100 ovejas en la localidad de Becilla de Valderaduey. Se ha visto obligado a vender los corderos entre 25 y 27 euros. «Una ruina». Es un precio «bajísimo», pero no ha tenido más remedio, ya que tenía muchos y se ha visto obligado a «darle salida». «Estoy trabajando y sufriendo todos los días para ahora verme así». «Tal vez haya perdido entre doce y trece euros en cada uno». 

Reconoce que el hecho de que en esta época del año haya una gran cantidad de corderos le ha perjudicado. «Se han vendido mucho en una etapa en la que no están los restaurantes abiertos y eso ha hecho que baje mucho el precio». No confía mucho en las campañas de promoción y sí en la apertura de los restaurantes, especialmente los de Madrid. «Casi se podría decir que en un barrio de Madrid se comen más corderos que en toda la provincia de Valladolid». ?

Este mes ha vendido unos 400 corderos y está convencido de que ha perdido «mucho dinero» con su cría. Entiende que la gente joven no quiera arrancar su plan de vida en este profesión y por su escaso rendimiento. «Si conocen lo que hay aquí lo normal es que no vengan». «Tengo dos hijas y ninguna quiere el negocio, pero si se animaran yo les quitaría la idea». Cuando se jubile venderá las ovejas y otra explotación que cerrará sus puertas.