La escudería Red Bull, con Max Verstappen en lo más alto de la tabla de tiempos seguido de su compañero de ‘box’, Daniel Ricciardo, marcó ayer el ritmo en los primeros entrenamientos del Gran Premio de Fórmula Uno de México, donde el británico Lewis Hamilton tendrá la posibilidad de ganar mañana su quinto título mundial. 

El holandés, que ya fue el ganador el año pasado en el Autódromo Hermanos Rodríguez, lideró las dos prácticas, con un registro de 1,16,656 minutos en la primera y 1,16,720 en la segunda. En ambas fue escoltado por el australiano, a 483 y 153 milésimas, respectivamente. A pesar del dominio marcado por la escudería energética, el día no terminó de la mejor manera para Verstappen, ya que su monoplaza se detuvo casi al final de la última tanda por un «problema hidráulico sospechoso», según informó su equipo. 

El español Carlos Sainz sorprendió al lograr el tercer tiempo con su Renault en ambas sesiones, en la primera justo por delante de su compañero Nico Hülkenberg, que fue quinto en la segunda. Está claro que las características únicas del circuito hacen que los motores de la firma francesa, también utilizados por Red Bull, se muestren más fuertes de lo habitual respecto de las unidades de potencia de Mercedes y Ferrari. 

De hecho, fue muy distinto el panorama para los aspirantes al título. Hamilton, que logrará la ‘corona’ si termina al menos séptimo en la carrera, fue quinto y séptimo con su Mercedes. Mientras, su único rival por el entorchado del ‘Gran Circo’, Sebastian Vettel (Ferrari), que tiene una desventaja de 70 puntos en el Mundial y necesita un milagro para evitar la coronación del británico, obtuvo el séptimo registro en la primera sesión y mejoró en la segunda para culminar cuarto.