El broche de oro de Concha Velasco

Carmen Martín (EFE)
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La actriz vallisoletana, a punto de cumplir 81 años el próximo mes, vuelve a subirse al escenario para interpretar 'La habitación de María', una obra escrita por su hijo Manuel

El broche de oro de Concha Velasco - Foto: Enric Fontcuberta

A punto de cumplir 81 años, Concha Velasco (Valladolid, 29 de noviembre 1939) vuelve a subirse a las tablas con La habitación de María, obra escrita por su hijo Manuel con la que quiere poner el broche de oro a su carrera, aunque ahora la jubilación no entra en su planes: «Mientras pueda, seguiré» con la «espinita» de no haber hecho un musical de La Celestina.

Con esta obra quiere despedirse de los escenarios, pero aún no. Tras recuperarse de la COVID-19 y pasar el confinamiento «encerradita», tiene ganas de trabajar: «He firmado un contrato por tres años que espero cumplir», explica la actriz.

«Es una obra complicada, con dificultad», afirma Velasco, que estudia el texto todos los días, «aunque de cabeza estoy perfecta, pero se me olvida de una vez para otra». Y añade: «Si la hubiera hecho del tirón, no tendría que repasar, pero con esto de la pandemia, pues...».

Tras la experiencia con El funeral, Manuel M. Velasco vuelve a escribir teatro para su madre. «Está muy bien escrita; si no, no la hubiera dirigido José Carlos Plaza».

Después de trabajar con los mejores directores, de los que «he aprendido mucho», reconoce que le cuesta ponerse en manos de noveles. «Si veo que un director duda, no paro de preguntar, me convierto en una mujer difícil, pero soy disciplinada», añade la protagonista de La chica Ye-Yé. Además, asegura que, ante el estreno hoy en el madrileño Teatro Reina Victoria, no está nerviosa: «Los nervios en mí serían una cosa infantil».

Esta obra habla de amistad, amor, felicidad, tristeza, vitalidad, soledad, «pero sobre todo de cultura, de cómo la escritura y la lectura pueden hacer que una persona que ha sufrido tanto salga adelante», explica Velasco.

De su trayectoria profesional hace un balance muy positivo. «Tengo una carrera de libro», afirma con orgullo. Y de su vida personal también está feliz: «A mí nadie me ha puesto una pistola para decir a quién tengo o no tengo que amar».

Ahora, en la plenitud de su vida, su objetivo es «ser mejor persona». Como actriz, nada que decir, «ahí están las hemerotecas».