Al abrigo del Comediante

Óscar Fraile
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La actriz y dramaturga vallisoletana Elena González-Vallinas repasa sus diez lugares favoritos de la capital, entre los que destaca la estatua situada en la plaza de Martí y Monsó

Al abrigo del Comediante - Foto: Jonatan Tajes

1. Estatua de Rosa Chacel. Miles de vallisoletanos se habrán hecho una foto junto a Rosa Chacel gracias la escultura realizada por Luis Santiago Pardo e inaugurada en 1996 en la plaza de Poniente. «Si fuese a Valladolid por primera vez, me sentaría a su lado durante unos minutos, es increíble ver cómo una escultura puede contarte tanto, por su temperatura y su gesto... seguramente por la tranquilidad que da saber que la puedes observar desde todos los ángulos sin intimidarla», dice Elena.

2. Escultura El Comediante. La actriz salta de una estatua a otra para aterrizar en la de El Comediante, obra de Eduardo Cuadrado y situada en la plaza de Martí y Monsó, conocida popularmente como la plaza de Coca. «No dejaría de visitar al comediante caminando bajo la lluvia porque me impresiona mucho esta escultura de Eduardo Cuadrado», explica. A Elena le llama la atención «el contraste de los que se vive en esa plaza los fines de semana o cualquier otro día, y una vida que tienen que ver más con expresar lo que llevas dentro, lo que has luchado, respirado y negado... no dejaría de pasear con él», añade. Esta escultura recuerda que entre el siglo XV y el XX en esa zona de la ciudad estuvo el Corral de Comedias de Valladolid y, posteriormente, el cine Coca, ya desaparecido.

3. Catedral. Un lugar al que iría «de día y de noche». Para ella, es un sitio ideal para sentarse en uno de sus peldaños. «Pasaría toda la noche charlando con mis amigos allí», dice, porque es un espacio «donde se generan muchos contrastes», como a ella le gusta. Y también donde, de vez en cuando, impera la calma.

4. Heladería Iborra. Desde que era muy pequeña, una de sus paradas más habituales está en la heladería Iborra, situada en la calle Lencería, junto a la Plaza Mayor. «Un heladito siempre viene bien y ayuda a digerir cualquier cosa».

5. Claustro del Palacio de Pimentel. «Es una sala exposiciones muy especial, donde las horas pasan sin que una se dé cuenta», señala. Se trata de un lugar ligado a la relación con su madre, la pintora María Garrachón Arias, porque en este espacio ha expuesto sus obras en varias ocasiones. «Allí he podido ver parte de mi vida, y la suya, reflejada en todas esas paredes», recuerda.

6. Museo Nacional de Escultura.  No se entiende una ruta turística por Valladolid sin pasar por una de sus joyas: el Museo Nacional de Escultura, ubicado en el Colegio de San Gregorio. «Todo lo que diga de este museo es poco», señala Elena, que recomienda «entrar y perderse» entre esas paredes y obras de arte. «Yo lo haría varias veces, porque es difícil explicar la sensación que genera y, si pudiera, dormiría allí una o dos noches, aunque eso ya está más difícil», ironiza.

7. Biblioteca de Castilla yLeón «Las bibliotecas son lugares especiales, no solo por el espacio en sí, sino por la gente y las historias de sus pasillos», opina la dramaturga. Según ella, puede hacer un recorrido por su vida a través de los libros alquilados en este espacio. Además, su pluma también está entre los cientos de miles de tomos, ya que la Biblioteca tiene su primer texto publicado como dramaturga: Miedo o soltar. Historia de las despedidas en 4 partes. «Estoy muy orgullosa y siento mucha curiosidad por saber qué manos recorrerá y cuál será su historia», dice. A Elena también le gustaría recorrer sus pasillos y escuchar las conversaciones escondidas entre las estanterías.

8. Museo Patio Herreriano. Un lugar que no podía faltar, como buena amante del arte contemporáneo que es: «Me interesa lo inexplicable de algunas creaciones, la necesidad de respuesta, lo urgente... es un buen espacio donde perderse sin horario».

9. La Leyenda del Pisuerga. Forma parte de su adolescencia. «Un barco en la playa de Las Moreras... no se podía pedir más», dice. Además, destaca la belleza del proyecto. «Es una manera diferente de seguir indagando en lo desconocido de cada ciudad con la calma del movimiento y el sonido del agua», opina.

10. LAVA. Tampoco podía faltar el Laboratorio de las Artes de Valladolid, un espacio que siente como propio. «Acogieron muy bien mi primer proyecto de teatro cuando eran solo unas hojas, también su estreno y, ahora, la presentación de la publicación del libro por parte de Ediciones Invasoras Teatro... les estoy muy agradecida», asevera. Aparte de la experiencia personal, destaca del LAVA que es «un espacio esencial para el teatro contemporáneo, donde trabaja gente muy comprometida con este campo». Dice que «casi todo lo mejor de Madrid pasa por la sala Concha Velasco».