Más cerca de la permanencia

D.V.
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El filial blanquivioleta doblegó al Unión Adarve con buen juego, pese a que no pudo evitar el sufrimiento final (2-1)

Más cerca de la permanencia

El filial del Real Valladolid sumó un importante triunfo al vencer al Unión Adarve por 2-1 (goles de Miguel y Zalazar) en un partido que dominó en su mayoría con un juego descarado en los metros finales y buen control desde la medular. Hasta los últimos veinte minutos de intriga, como señala el club en su web, en los que el bloque madrileño recortó distancias de penalti e inquietó hasta el final con su fútbol más directo. El filial supo contener sus embestidas y sumó tres puntos que le sitúan con 39 en la tabla clasificatoria, muy cerca de su objetivo por la permanencia.

El Real Valladolid B daba continuidad, en el día de hoy, a su esquema de juego, un 4-3-3 que contó con Raúl Navarro como volante tapón en sustitución de El Hacen, concentrado con la selección de Mauritania. El Promesas fue haciéndose con el control de la posesión tras unos primeros minutos de fútbol enfangado. Miguel avisó antes de hacer el 1-0: un disparo de Zalazar se estrelló en el palo y su rechazo cayó en el delantero, quien envió el balón al fondo de las mallas para adelantar a los blanquivioleta cuando restaban nueve minutos para el tiempo de asueto.

En la reanudación, el Real Valladolid B se mostró más confiado en su juego. Tenía más brío y desparpajo, como así evidenció enseguida, a los tres minutos, Miguel, quien recibió en el flanco izquierdo, se fajó de su par y entregó el esférico al segundo palo donde Zalazar no perdonó y puso más tierra de por medio (2-0, minuto 48).

Con la ventaja de dos goles, el Promesas monopolizó el esférico y propuso un fútbol más atemperado ante un Unión Adarve cariacontecido y sin ideas en ataque. Tan pocas que empezó a cortar la fluidez local con faltas y constantes interrupciones. El duelo, así, se ensució, lo que poco a poco fue beneficiando a los visitantes, más habituados a la guerra de guerrillas.

Sufrimiento final
El juego directo del bloque madrileño empezaba a dar sus frutos y a los jóvenes jugadores vallisoletanos les costaba taponarlo y calmar el partido. Finalmente, el Unión Adarve recortó distancias de penalti en el minuto 75 (Berodia) y atisbó la posibilidad de la igualada, pero el Promesas, que pudo haber ampliado la renta en una contra, maceró el partido y, con algo de sufrimiento, obtuvo la recompensa final al buen trabajo: tres puntos que, a falta de ocho jornadas para la conclusión del campeonato, valen oro.