Encuentro con amigos

R.G.R
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Los diez lugares de Juan Ramón Alonso, presidente de Asaja Valladolid

La Academia de Caballería. Es su lugar predilecto. Lo elige por la cercanía de las casa de sus padres, que residían en la calle Gregorio Fernández. «Pasaba por allí prácticamente todos los días». Y además servía como lugar de encuentro para que los amigos quedaran durante la infancia. «Siempre nos veíamos debajo de las estatua de los héroes de Alcántara». Aún hoy, después de muchos años, le sigue pareciendo uno de los edificios más «imponentes» de la ciudad y cada vez que pasa junto de las puertas del edificio de la Academia de Caballería se acuerda de aquellos años en los que era un lugar de encuentro para toda la panda de amigos. 

El Campo Grande. Era un lugar de esparcimiento y aún lo sigue siendo. Una vez que la panda de amigos se juntaba el edificio de Caballería acudían con frecuencia al Campo Grande. «Es el pulmón de Valladolid». Los pavos reales y la barca eran dos de los atractivos fundamentales de aquella etapa de la vida. «Íbamos mucho para pasear. Era un lugar de expansión». Juan Ramón Alonso recuerda que se divertían viendo al resto de personas que se aproximaban hasta el Campo Grande. «Hay más de 60 especies vegetales diferentes». Eso sí, recuerda que durante sus años de juventud el Campo Grande le parecía de un tamaño superior al actual, a pesar de que son idénticos. «Tal vez porque era más joven...».

Teatro Calderón. Considera este espacio como uno de los referentes de la cultura vallisoletana durante toda una vida. Su grupo de amigos acudía con bastante frecuencia al cine. Una vez que terminaba la película, acudía con sus amigos a la zona de Portugalete para «tomar un vino». Matiza que entonces no tenía nada que ver con lo que cualquier vallisoletano se puede encontrar hoy en día. «Toda la zona ha cambiado mucho». Hoy en día continúa acudiendo para ver obras de teatro y también continúa frecuentando los bares de la zona para disfrutar de unos buenos vinos. 

INEA. Donde cursó sus estudios y donde hizo amigos que todavía hoy perduran. Permaneció en la escuela durante tres años desde 1981. «Íbamos a clase y luego estábamos mucho por aquella zona». Recuerda que muchos de los alumnos eran hijos de agricultores o ganaderos. «Todos los días, de lunes a viernes, estábamos en la zona». Recuerda que era un centro regentado por jesuitas y había más estudiantes que ahora, ya que eran dos clases por curso. 

La Plaza del Viejo Coso. «Es uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad». Durante su etapa de estudiante iban mucho a tomar «una cervecita» a los bares que estaban en el interior de la plaza. «Teníamos un amigo que tocaba muy bien la guitarra y nos poníamos allí para que se nos arrimara algún grupo de chicas y poder conocerlas». Era el lugar «de fiesta» del grupo de amigos, especialmente durante los viernes y los sábados por la noche. «A las ocho de la tarde era cuando solíamos ir porque luego los vecinos de las viviendas se quejaban si había ruido de noche».

El Pasaje Gutiérrez. Otra de esas zonas donde acudir por la noche para disfrutar de «un vino o un gyn-tonic» debido a «su gran atractivo». Esta ha sido una zona que ha descubierto ya de mayor y no es su adolescencia y su etapa de estudiante. 

Palacio de Los Vivero. Es un amante de la historia y considera que este palacio es paradigma de los hechos acontecidos es uno de las etapas más relevantes de la historia de Castilla. Sede de la boda de los Reyes Católicos. «Soy un enamorado de la Reina Isabel». Cada vez que acude a trabajar en sus tierras en Medina de Rioseco pasa por delante de la fachada y recuerda esta etapa de esplendor. «Fueron los artífices de la España moderna». 

Colegio de San Gregorio. Uno de los museos más importantes del panorama nacional. «Es uno de los espacios que frecuento más a menudo» y lo hace de forma especial cuando este espacio museístico recoge alguna obra de Medina de Rioseco. Su familia procede de esta localidad y siente un orgullo especial cuando se expone alguna pieza de aquí. 

La calle Juan Mambrilla. Sus hijos van al colegio en el CEIP La Esperanza y pasa durante largas temporadas por esta calle. Lamenta que se hayan perdido varios palacios, aunque aún se mantiene alguno. «Cada vez tengo menos tiempo para leer, pero me gusta la historia y me siempre he leído asuntos sobre los palacios de la época».

El Café Lion D’Or. Amigo íntimo del gerente del establecimiento, frecuenta mucho este espacio para tomar un café. «Suelo ir mucho y me tomo algo mientras hablo de lo divino y de lo humano con mi amigo. Es un sitio muy acogedor».