El proyecto Pajarillos Educa pretende «cambiar» el barrio

M.R.I.
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Los doce centros del barrio se unen para trabajar por la integración y evitar la concentración de alumnos con problemas en varios colegios

El proyecto Pajarillos Educa pretende «cambiar» el barrio - Foto: Jonathan Tajes

El lema de que la educación es el arma más poderosa que se puede usar para cambiar el mundo nació con el premio Nobel de la Paz, Nelson Mandela, y ahora lo asumen los promotores del proyecto Pajarillos Educa, que forma parte de la Red Pajarillos, que engloba a las 12 comunidades educativas del barrio.

Esta red está centrada en «cambiar» la imagen del barrio y favorecer la integración de la población de más de 40 nacionalidades que conviven en él, además de un porcentaje elevado de vecinos de etnia gitana. «Pero sobre todo queremos acabar con los centros gueto, con problemas de absentismo y fracaso escolar, y donde la población del barrio no está representada», explica Javier Alonso, profesor del Galileo y coordinador de convivencia

Esta ‘guetificación’ implica, según Pajarillos Educada, que se limiten los resultados educativos y que muchas familias busquen opciones alternativas fuera del barrio, con lo que se daña la imagen del mismo. Por eso desde que comenzaron su andadura, hace varios años, se han centrado en este objetivo y aseguran que están consiguiendo que se incremente el número de matriculas en algunos centros. «Se han analizado las necesidades de los centros desde la realidad del barrio. La ley de distrito único favorece la guetificación y eso nos perjudica porque genera desigualdad y tiene un impacto negativo en la comunidad», constatan también varios de los integrantes de la red Pajarillos. Esta organización, donde se integra este proyecto educativo, se creó en 2003 y aglutina a diversas asociaciones que trabajan por mejorar el barrio.

Aunque para ver resultados reales habrá que esperar un tiempo y sitúan el horizonte en el año 2030. «El objetivo es empezar a trabajar para que, a medio y largo plazo se consiga el éxito académico y no la guetificación», reitera Alonso. De hecho, están logrando un músculo importante y acaban de presentar una programación socioeducativa, apoyada por las administraciones públicas, para «construir espacios de ciudadanía donde se aprende el significado de la convivencia». 

intervención con menores. Uno de estos espacios son los Laboratorios de Arte y Transformación Educativa (LATE), que permitirán continuar en horario no lectivo el trabajo realizado en las aulas, y que comenzará a seleccionar a sus alumnos el próximo 14 de octubre. «Este es un proyecto de intervención con menores, donde de 4 a 8 de la tarde, se les ofrece una oferta social y educativa», apunta Jon, responsable este proyecto. En estos talleres -de circo, teatro, música o parkur, entre otros- participarán unos 60 estudiantes seleccionados por los centros, pero también habrá plazas de matricula libre para otros chavales del barrio. De momento, se realizarán en el colegio Cristóbal Colón, pero a partir de febrero de 2020 se trasladarán al antiguo colegio Santiago López, que se convertirá en el centro de iniciativas ciudadanas del barrio. «Estas actividades tienen una visión integral y es la primera vez que se hace algo así», remarcan el coordinador. Aunque se apunta que deriva de una experiencia que se realizó el año pasado, que contó con una financiación de 3.700 euros del Ayuntamiento de Valladolid, y que ahora se ha mejorado «escuchando las demandas de los chavales».

Otro proyecto que se ha desarrollado durante lo que va de año y que vivirá su punto culminante el próximo 20 de octubre es el de Cinema Pajarillos. En la producción del largometraje de 60 minutos, que se estrenará en la Seminci, han participado 20 alumnos que mostrarán «cómo se vive en el barrio y mostrarán otra cara desconocida». Esta iniciativa, que cuenta con la colaboración del festival y la cátedra de Cine de la UVa, también ha supuesto la puesta en marcha de un laboratorio de cine, donde niños de Primaria y Secundaria podrán aprender a rodar un documental, que también tendrá acogida en la Seminci.

Otra iniciativa vinculada al arte es la del ‘Muro de la Esperanza’. Este proyecto artístico decorará el muro que separaba este centro del poblado de la Esperanza, un foco de marginalidad y tráfico de drogas hasta su desmantelamiento en 2003. De momento la comunidad educativa, representantes vecinales y alumnos del centro especial El Corro de niños con autismo, y políticos dejaron, en junio, la huella de sus manos en parte del muro. Esta actividad también recibió una subvención municipal para la primera acción.

centro de interpretación. Desde los orígenes de Pajarillos Educa se ha buscado conectar a los alumnos con la realidad del barrio, que los profesores recorren con ellas para conocerlo. «En Pajarillos tenemos 67 calles con nombres de aves y muchos de nuestros alumnos no sabían nada sobre ellas, apunta Javier. Para generar una conexión y preservar algunas de estas especies, se pedido al Gobierno que ceda al Ayuntamiento la parcela de los cuarteles de San Quintín para hacer allí un centro de interpretación de aves.

Otra iniciativa que ya están desarrollando los alumnos del colegio Cristóbal Colón, y al que se sumarán más colegios, es el del mapa de la felicidad. Los chicos realizan encuestas en el barrio para identificar los lugares en los que la gente tiene «recuerdos felices». Los resultados serán revisados por la Universidad de Valladolid para dar rigor científico al mapa de la diez zonas más felices, que se identificarán con un distintivo de «arte urbano sostenible» que hará esas zonas «más bonitas». Este es un proyecto a largo plazo porque en tres años se pretende repetir la encuesta para ver si ha cambiado la percepción del barrio. Este trabajo se presenta como un ejemplo de «un barrio que trabaja por cambiar».

El proyecto afronta su tercer curso de vida y una cita importante será la puesta en marcha de una mesa de trabajo, con representantes de todas las administraciones, el próximo 21 de octubre. «Diremos a los políticos que queremos cambiar las cosas en el barrio y deseamos centros educativos que se parezcan a la sociedad en la que les enseñamos, donde no haya exclusión y sí un éxito», apuntan. 

Antes, este jueves se han reunido los doce centros educativos que forman parte de Pajarillos Educa. «En los centros se percibe como positivo y hay mucha unión entre todos», detalla Alonso. Y por eso se han centrado en planificar e intentar resolver «conjuntamente» los problemas que se les plantean. Además, los profesores recibirán, por primera vez formación específica «sobre los mismos epígrafes» para afrontar con éxitos el reto de la integración. Ese ambiente se extiende a las asociaciones de padres existentes, que participan activamente en este proyecto. Además, otro objetivo es que en los que denominan centros gueto se constituyan también Ampas.

La red trabaja ya en la programación de la segunda Semana Cultural África Pajarillos y en la segunda fase del proyecto que ha permitido dar a conocer ya 17 especies de las aves que dan nombre a las calles del barrio y que en su segunda fase se centrará en otros 16 pájaros, en colaboración la Fundación Miguel Delibes y SEO Birdlife.