Atascado, sin ideas, alocado y con ansiedad. Y así es imposible. El Real Valladolid ‘tiró’ otro partido más lejos del José Zorrilla. Perdió una nueva ocasión de asestar un golpe definitivo a un rival ‘tocado’ y en el furgón de cola de la clasificación, Osasuna, como ya hizo en Lugo, Miranda, Sabadell o Leganés. Ayer con más dolor aún ya que jugó media hora con superioridad numérica. Pero no leyó bien el encuentro e incluso concedió más y mejores ocasiones a su rival.
Y todo tras la mejor primera parte de la temporada que, curiosamente, acabó con derrota parcial por 2-1, a la postre definitiva.
Al Real Valladolid le está pudiendo la responsabilidad o la ansiedad. Se nota en encuentros como el de El Sadar. Va como favorito a todos los campos porque se ha puesto esa etiqueta él mismo. Pero no acaba de demostrar el porqué, y a veces ni puede. Ni por calidad, ni por garra ni por contundencia, tanto en la definición como en la parte de atrás. Y se atasca. Así conjuntos como Osasuna, con todo eso multiplicado por mil ante su afición, son capaces de ganarte sacándote los colores.
Los de Rubi comenzaron mejor, mucho mejor, que su rival en un partido loco en sus primeros minutos. Tocando bien en el centro del campo, llegando más por banda derecha, con Chica y Bergdich, que por la izquierda, y con Jeffren muy participativo entre líneas. Loco porque Rubio pudo hacer penalti a Nino tras un mal control, Munuera anuló un gol a Bergdich sin saber aún el porqué y Nekouman aprovechó la parsimonia defensiva tras un saque de esquina para hacer el 1-0. Todo en menos de dos minutos.
Aun así, el Real Valladolid de ayer fue mejor. Y el 1-1 de Óscar González lo refrendó al cuarto de hora. Solo le faltó un poco más de acierto en el último pase o en el remate. Pero parecía un día propicio para el triunfo. Pero no.
En otra acción desacertada atrás, con posible falta sobre Óscar en un rechazo, pero con la defensa parada, un pase de Torres lo medio aprovecha Cedrik, con la involuntaria ayuda de Valiente, para poner el 2-1. Dos llegadas y dos goles. Y pudo ser peor, porque Nino tuvo el tercero en dos ocasiones. En la primera, el colegiado señaló fuera de juego cuando el balón ya entraba. En la segunda cabeceó alto.
Así que había que encomendarse a la segunda parte, que comenzó con el balón en posesión blanquivioleta y que tuvo su momento clave con la segunda amarilla a Javi Flaño (las dos por faltas sobre Mojica).
Lo que parecía la remontada acabó con un atasco por el medio. Rubi pasó a Rubio al centro de la defensa, colocó a Óscar Díaz de punta, a Jeffren y Bergdich en tierra de nadie, y al Real Valladolid se le nubló la vista. ¿Tuvo ocasiones para empatar? Sí, dos de Óscar González y una de Óscar Díaz, pero no dio la sensación de entender que el partido necesitaba pausa y tener el balón, y que las oportunidades llegarían por bandas. No lo hizo y permitió que Osasuna jugase cómodo atrás y saliese, casi siempre con Sisi, en rápidas contras.
El Real Valladolid sigue empeñado en hacer difícil lo fácil, en dar vida a equipos casi muertos y en complicarse sus opciones de ascenso. Así será mucho más complicado.
Osasuna: Santamaría, Javi Flaño, Miguel Flaño, David García, Sisi, Nekounam, Raoul Loé, Merino (Cadamuro, min. 54), Torres, Cedrick (Kodro, min. 68) y Nino (Ansarifard, min. 89).
Real Valladolid: Varas, Chica, Valiente, Samuel (Óscar Díaz, min. 60), Peña, Álvaro Rubio (Omar, min. 83), André Leão, Bergdich (Jorge, min. 78), Óscar, Mojica y Jeffren
Árbitro: Munuera Montero (Valenciano). Expulsó a Javi Flaño por doble amonestación (min. 39 y 52). Amarillas a Sisi (min. 9) y Loé (min. 49), por Osasuna; y a Samuel (min. 6), Óscar (min. 43) y Mojica (min. 73), por el Real Valladolid.
Goles: 1-0 (minuto 4). Nekouman. 1-1 (minuto 16). Óscar González. 2-1 (minuto 35). Marc Valiente (p.p.).