El pasado 3 de marzo se cumplieron tres años desde que la compañía valenciana Damel anunciase la adquisición de Dulciora, una histórica empresa de Valladolid que comenzó su actividad a principio de la década de los 60 y que anteriormente pertenecía a Mondelez Internacional. Se ponía así fin a un culebrón de negociaciones que se iniciaron cuando los antiguos propietarios hicieron pública su intención de cerrar esta planta, ubicada en el polígono de San Cristóbal. La transición no fue fácil, toda vez que los 200 empleados que trabajaban en Dulciora se quedaron en 60, pero los representantes de los trabajadores asumieron que eso era mucho mejor que resignarse al cierre.
Han pasado tres años desde entonces y la planta ha experimentado un cambio sustancia gracias a una inversión que en principio iba a ser de algo más de seis millones, pero que finalmente ha rebasado los ocho. Buena parte de ese dinero ha ido destinado a poner en marcha una nueva línea de productos: los suplementos nutricionales. Esta nueva línea de negocio ya representa el 30 por ciento de la actividad de la planta y ha ayudado a impulsar el empleo. De hecho, los 60 trabajadores con los que inició Damel su actividad ya se han convertido en un centenar.
Algunos de los suplementos que se producen en esta nueva línea son multivitaminas, probióticos (indicados para mejorar la salud digestiva), con DHA (ácido docosahexaenoico), minerales, proteínas y con melatonina, indicados para regular el sueño. A esta actividad se añade una línea de caramelos de la marca Pectol que antes de producía en Crevillente (Alicante) y otra de caramelo de goma.
Esta estrategia de diversificación de la producción ha abierto a Damel nuevos mercados, especialmente el de Estados Unidos, principal consumidor de suplementos nutricionales. De hecho, allí se venden en el canal generalista. Es decir, se pueden encontrar en supermercados, mientras que en otros países están restringidos al canal pharma (farmacias). «Nuestro principal mercado es Estados Unidos porque es el principal mercado en este tipo de productos, pero también está muy desarrollado en Oriente Medio y toda Asia», explica el director general de Grupo Damel, José Vicente López.
El máximo responsable de la compañía reconoce que el grueso de las inversiones ya se han realizado, «aunque siempre queda algo», pero avanza que habrá que invertir más a medio plazo porque es la única fórmula para seguir siendo competitivos en un mercado tan pujante como el de los suplementos nutricionales. «Ahora estamos volcados en hacer funcionar la planta a pleno rendimiento, y eso se podría traducir en más empleo a medida que vayamos aumentando el ritmo de producción», avanza. Respecto a las inversiones, señala que, «por supuesto que habrá más», aunque no está previsto que sean a corto plazo. «El mercado de los suplementos nutricionales es muy exigente, con mucha investigación y desarrollo (I+D), de modo que es necesario seguir invirtiendo», añade. Damel tiene su centro de I+D en Crevillente, pero en Valladolid también hay un equipo con esta función que ha ayudado a desarrollar estos nuevos productos.
El director general también reconoce que los profundos cambios que ha experimentado la planta no han sido fáciles. «Ha pasado de ser una pieza más de una multinacional a una planta con vida propia, y eso implica un cambio cultural y de filosofía al que hay que adaptarse, tanto lo que llevan años aquí como para los que llegamos nuevos», añade López.
Los planes de esta empresa familiar gestionada por tres hermanos se están cumpliendo en Valladolid. Pocos días después de cerrar la compra, el director general ya avanzaba con los 61 empleos con los que tomaba el relevo tendrían que ir a más para satisfacer la mayor carga de trabajo que vendría derivada de las inversiones previstas. Y así ha sido. Fuentes de la plantilla también reconocen que la planta de San Cristóbal pasa por un «muy buen momento», en contraste con la incertidumbre que vivió la mayor parte de esta plantilla en los meses previos a la operación de venta.