La primera escuela de alcaldes de la democracia

D.V
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Los responsables de los partidos políticos y varios presidentes de la Diputación coinciden en destacar el papel de los alcaldes y los concejales de los pueblos de la provincia durante estos 40 años

La primera escuela de alcaldes de la democracia

Los pueblos forman parte del paisaje y de la fisonomía de la provincia de Valladolid, que supera el 90 por ciento de superficie de rural. Un escenario que no ha variado mucho en estas cuatro décadas, aunque se ha acentuado el problema de la despoblación en el entorno rural y se configura como uno de los «principales problemas» junto con la financiación. 

El municipalismo, como primer escalón de la democracia, donde los ayuntamientos son la institución más cercana a los vecinos de los que son «servidores directos» tiene el reconocimiento de todos los partidos políticos. «Han gestionado la mejora de las infraestructuras y de los servicios básicos dotando de un buen nivel de vida a nuestros pueblos», recalca Luis Miguel Gago, secretario provincial del PP de Valladolid. Aunque el ‘popular’, que también es director de Ordenación del Territorio y Administración Local de la Junta, reconoce que hay retos pendientes como la «correcta definición de las competencias». En este sentido, apunta que su partido «salvaguarda» los servicios propios de los consistorios y hace una «defensa a ultranza» de las prestaciones sanitarias, educativas y los servicios sociales en los entornos rurales.  Gago también considera que deben contar con la financiación «adecuada» y que debe «incrementarse la participación de los ayuntamientos en los ingresos del Estado. «La Junta da una ayuda muy importante, pero el coste de los servicios actuales no es el mismo de hace años».

La secretaria provincial del PSOE y alcaldesa de Medina, Teresa López, también destaca la «cercanía» de los ayuntamientos, lo que propia que sean la administración que «mejor» conoce los problemas de los vecinos. «El problema es que tenemos pocas competencias propias y una mala financiación», apunta. La socialista reconoce que la gestión municipal ha avanzado «mucho» en estas cuatro décadas, pero matiza que «de la gestión técnica de los recursos se ha pasado a convertirnos en centros de prestación de servicios a los vecinos».

López no encuentra justificación, al igual que la mayoría de los políticos consultados por El Día de Valladolid, a que la financiación municipal sea una de las cuestiones «que más se ha retrasado y menos interesa a nivel nacional». En este sentido, hace un llamamiento a sus compañeros dar un paso adelante y «solucionarlo».

Una tesis que también respalda su compañero de partido y expresidente de la Diputación de Valladolid, Francisco Delgado, que reitera que esta es la «asignatura pendiente». «Recuerdo que ya en mi época se decía: este es el momento del municipalismo, de verdad vamos a tener competencias y una ley de haciendas locales que nos reconozca el papel y que nos dé los recursos suficientes. Lamentablemente, ni los diferentes gobiernos han sido capaces de impulsar el papel de los ayuntamientos, ni tampoco las comunidades autónomas». Delgado, se muestra muy crítico y considera que se acepta que el Estado «ya hizo lo que tenía que hacer, que era descentralizar en las comunidades autónomas, y que son ellas las que tienen que descentralizar en sus ayuntamientos». Una situación que deja, según él, papel del ayuntamientos como menor. «Y eso es un error, un error de país, pero no hay ninguna voluntad de descentralización».

mancomunidades. Una vía para compartir recursos y servicios se ha abierto ahora con la constitución de las mancomunidades de interés general. «Uno de los mayores avances del municipalismo es que los ayuntamientos han descubierto las relaciones de vecindad», recalca Gago. En este sentido, el director de Ordenación del Territorio y Administración Local, explica que ya en el mundo rural se entendió «perfectamente» esta opción para la recogida de residuos, que lleva mancomunada mucho tiempo. Ahora llega el turno para nuevas asociaciones, como la de Valladolid y su alfoz o la de Medina y su entorno, que considera que son «esenciales para seguir prestando servicios en el futuro de una manera coordinada entre los ayuntamientos». El ‘popular’ defiende que estas relaciones de cooperación  permiten «optimizar y ser más eficaces», y a la vez garantizar la pervivencia de los municipios. «El número de municipios debe ser una fortaleza en Valladolid», recalca.

Unos municipios donde todos coinciden en que se valora el papel de los ayuntamientos, con sus luces y sus sombras. «Los he visto con un papel claramente identificado con los ciudadanos, independientemente de que gestionen con mayor o menor acierto. Los alcaldes y concejales tienen claro su papel y su labor en el ayuntamiento: tener el pueblo en orden, con unas buenas infraestructuras y buenos servicios, ofertar servicios culturales y deportivos,... La evolución ha sido positiva», concluye Delgado.