Menos temporeros por vivienda y con la PCR superada

P.V.
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La campaña de la fresa, principalmente en la provincia de Segovia, es la primera gran prueba de fuego para el empleo temporal en el campo, donde ya notan la llegada de menos personal por «miedo» al contagio

Temporeros trabajando en la campaña de la planta de la fresa en una nave en la provincia de Segovia. - Foto: Rosa Blanco

Incertidumbre y lidiando con los problemas día a día. Así prevé que sea la campaña de este año el presidente de la Asociación de Viveristas de Segovia, Tomás Román, que recuerda que si ya habían tenido dificultades para encontrar mano de obra en los dos últimos años, «porque cada vez viene menos gente de los países del Este», este año con el tema de la covid-19 «se han complicado del todo porque la gente tiene miedo a venir».

Castilla y León es la Comunidad líder en la producción de planta de fresa de España, que se centra principalmente en Segovia, Ávila y Valladolid. Cada campaña da trabajo a más de 4.000 personas que se desplazan principalmente durante el otoño a nuestra región. De momento, 700 personas han desarrollado su labor desde marzo en la plantación, mientras que ahora en julio son mil las que se dedican a trabajar el alvéolo, como explicó Román. Será a partir del 25 de septiembre cuando lleguen unas 4.000 personas para el grueso de la campaña. «Tenemos miedo a que no vengan y ya tenemos que barajar alternativas: o forzarnos a buscar gente de la provincia o ir a Madrid y desplazar autobuses, pero el producto hay que sacarlo», indicó.

Ese miedo al que se refiere Román se traslada al trabajador temporal que en años anteriores realizaba su trabajo en los viveros segovianos. A estas alturas del año, los viveristas tenían prácticamente cerrada o muy adelantada la contratación de personal, sin embargo en esta ocasión desconocen qué puede ocurrir, tanto aquí como en Huelva, donde va la mayoría del producto y donde también necesitan mucha mano de obra para posteriormente plantar. 

Y eso pese a contar con unos protocolos sanitarios «muy fuertes», como defendió Tomás Román, que aseguró que se realizan los test PCR a todos los trabajadores que llegan, «para aislarlos en viviendas diferentes si hay algún positivo», y alojando a menos personas en las viviendas habilitadas para ellos. A esto se suman las medidas adoptadas en las naves donde desarrollan sus trabajos, con menos trabajadores «para no masificar» y poder guardar el metro y medio de distancia entre las personas. «En una nave donde antes metíamos a 200 personas, ahora serán 120. Todo se multiplica, nosotros no hemos parado», confirmó.

Mano de obra extranjera. Otro de los problemas con los que se han encontrado los empresarios es la falta de mano de obra local. «Hemos intentando que la gente de los ERTE se anime a venir a la campaña, por lo menos para aliviarnos la situación, pero hemos hecho una oferta y la gente no se inscribe, hay ocho o diez apuntados», comentó.

Ante la falta de trabajadores de la provincia, los viveristas contratan principalmente a personas de Rumanía y Bulgaria, y en los últimos años también llega personal de Mali o Marruecos. Precisamente de este último país esperan la llegada en próximos días de 300 personas que han terminado su trabajo en Huelva y se desplazarán ahora a Segovia.

Román aseguró que cumplen con las condiciones para alojar a estos temporeros, «pero los años de atrás metíamos un 20 por ciento más», aunque todavía deben reunirse con la Subdelegación del Gobierno para ver cómo se organiza la campaña de este año. Además, también están elaborando protocolos para los accesos a las naves. «Aquí lo que se trata es que si salta un positivo, porque puede pasar, que lo tengamos bien controlado y que cuando venga la inspección se hayan cumplido todas las medidas», puntualizó.

Román destacó la «incertidumbre» con la que están viviendo toda la campaña, «ya que desde que se ha empezado a plantar es difícil y de mucho gasto». «Lo que queremos es salvar la campaña, aunque ya hemos avisado a nuestros clientes que se puede alargar», sentenció.