Cocina con marca, nombre y apellido

M.B
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Gabi García nos abre las puertas de sus fogones, donde el plato estrella es el carpaccio de lubina

Gabi García, en su cocina. - Foto: J.C.Castillo

Fuera del centro de Valladolid y alejado de las zonas más turísticas de la ciudad se ubica este restaurante que, en seis años, se ha abierto un hueco en la gastronomía local. Ubicado en la calle Vereda, en una vía que une el paseo de Zorrilla con el Camino Viejo de Simancas en el sur de la capital, Gabi García abrió las puertas de su establecimiento un 19 de diciembre de 2014. 

Él, iniciado en los fogones casi por casualidad, pone sobre la mesa de su local una cocina nacional, sobre todo mediterránea y con toques internacionales, «de Francia o de Inglaterra, donde hay buenos asados, caza...». 

Gabi García empezó en la cocina mientras prestaba el servicio militar obligatorio, la antigua mili, en Medina del Campo: «Caí allí y de alguna manera me sentía a gusto». De ahí que sus inicios fuesen casi por casualidad. Así que al acabar hizo un curso en Tres Cantos (Madrid), yéndose a trabajar a Londres. Allí permaneció seis años, tres de ellos compaginando su labor en un hotel con un Grado de Hostelería en el Southgate Collegue. A su vuelta se fue a Tenerife, donde estuvo como jefe de cocina en un apartahotel, pasando luego por el Chistu, ya en la capital de España, y por el A Casiña, en la Casa de Campo. «Volvimos a Valladolid con el nacimiento de mi primer hijo», recuerda. Y tras dirigir la cocina y la hostelería de El Corte Inglés del Paseo Zorrilla se embarcó en su proyecto: «Después de buscar por el centro muchos locales, hubo varios factores que me hicieron salir de esa idea, principalmente el tema de los alquileres. Vi este local, estudié la zona, el área de mercado. Es una zona residencial, ya con algunos años y en la que siempre hay aparcamientos libres». Así nació Gabi García, que hace tres años creció con una ampliación de espacio: «Fue un pálpito. Mi mujer me apoyó y nos metimos de cabeza».

Ahora son seis personas en el restaurante; tres, con él a la cabeza, entre fogones, donde están Franqui y Mónica. «Tenemos parte de clientela fija y funciona el boca a boca. La gente nos tiene cariño y confianza», asegura.

Su cocina tira de producto nacional, pero con esos toques de la francesa e inglesa: «Al estar yo allí...». Pero sobre todo de mercado: «Lo que nos sale del alma».

Entre sus clásicos están las milhoja de berenjena rebozada, verduritas salteadas con pato confitado y vinagreta de miel o el canelón de carrillera de buey con champiñones cremosos, aunque el plato estrella es el carpaccio de lubina con vinagreta de tomate , cebolleta y pimienta rosa: «Es una suerte encontrarlo y que sea gancho; que se venda igual desde el día 1. Es nuestro best seller (algo así como el más vendido). Si lo quito de la carta me la cargo».

Gabi García abre todos los días de la semana (menos los domingos) para comidas y cenas; de 13.30 a 16.00 horas y de 21.00 a 00.00. No tiene menú del día y funciona con una carta fácil de leer que suele cambiar, «como la temporada de moda», en otoño-invierno y primavera-verano». Cuenta con tres espacios, con unos 45 comensales en los dos salones interiores y otras 20-25 en la terraza. También han dado algún bautizo o comunión para un máximo de 25 personas y tiene, en uno de los salones, proyector y pantalla para reuniones de empresa con posterior comida. 

A pesar de esa ubicación, fuera de la zona de influencia de toda la gastronomía, Gabi García, como GastroLava o La Cocina de Manuel, por citar dos más, han hecho de la zona sur de Valladolid un nuevo foco de sabor, con cocina mediterránea, no reñida con toques internacionales y con ciertos aires modernos. El toque aquí lo da el mismo Gabi de apellido García. Cocina con marca.